El consumismo es uno de esos ídolos al que se le ha sacrificado todo, como se hacía con aquellos dioses paganos de la antigüedad.
El derroche desmedido siempre ha sido y es una de las señales de la abundancia, cuando no se escatima en gastos y se piensa que hay recursos más que suficientes para llevar una vida a todo tren. La fastuosidad y el lujo se convierten en los emblemas de la riqueza y el poder, que hay que mostrar a toda costa para que los demás lo perciban, porque la ostentación externa es compañera vital de la grandiosidad. Pero lo mismo que ocurre con el alcohol, que produce una sensación de euforia e inmunidad engañosa, así ocurre con el derroche, donde la embriaguez se hace dueña y acaba en una espiral de insensato despilfarro.
[ads_google]div-gpt-ad-1623832500134-0[/ads_google]
Parece que hemos llegado al punto de no retorno, donde ya no hay vuelta atrás, porque las condiciones de sobreexplotación a las que los recursos del planeta han sido sometidos van más allá de lo recuperable y el afán de tener, que no conoce límites, es el adorado ídolo al que se rinde culto en todas partes. Parece cómico que se diga, si no fuera porque realmente es trágico, que el ateísmo está ganando terreno en nuestro tiempo, cuando en verdad nunca hubo tantos ídolos ante los que tantos doblan su rodilla. Por eso aquellos que se burlan de los que creen en Dios, como si fueran ignorantes redomados o ingenuos engañados, son los auténticos ignorantes e ingenuos, porque ellos mismos dan culto a una infinidad de dioses falsos. No hay ateos y el ateísmo no existe, mal que le pese a Marx y compañía, porque todo hombre cree en algo o alguien, sea lo que sea, dado que el corazón humano es una fábrica inagotable de ídolos.
El consumismo es uno de esos ídolos al que se le ha sacrificado todo, como se hacía con aquellos dioses paganos de la antigüedad, y aunque ahora aparecen algunos profetas seculares denunciando el peligroso estado actual de cosas, basándose en la presunción de que por nosotros mismos seremos capaces de salir del embrollo en el que nos hemos metido, es necesario considerar que hace ya mucho tiempo se instituyeron unas leyes justas y razonables que nos instruían para ser comedidos y prudentes, en cuanto al uso y disfrute de los recursos materiales. No solamente eso, también se enseñaba quién hizo y hace posible la existencia de dichos recursos e igualmente se enseñaba la necesidad y justicia de serle agradecidos, porque en última instancia nuestra dependencia no es de los recursos, sino del Dador de los recursos.
Pero la insensata creencia de que todo obedece al azar o al esfuerzo humano, vino a suplantar la sensata y razonable creencia de que todo lo que ha venido a la existencia ha sido por la acción de una Causa personal, con lo cual no había nadie a quien dar gracias ni de quien depender, ni hacer caso. Llenos de sabiduría propia nos embarcamos en una nave llamada Autosuficiencia, que ahora va al naufragio. Lo que es peor es que los pilotos que están al mando de esta nave, como el piloto y el patrón de la nave en la que Pablo iba a Roma, piensan que tienen la solución, que no es otra que sus propias decisiones, basadas en diagnósticos y planteamientos erróneos.
¡Qué diferentes hubieran sido las cosas si en vez de aventurarnos a depender de nosotros mismos, hubiéramos sido humildes y nos hubiéramos dejado enseñar por quien verdaderamente sabe! Pero la arrogancia va unida a la ceguera y ambas no pueden acabar sino en el precipicio.
Hay un tweet de Dios que dice lo siguiente: ‘No me des pobreza ni riquezas; manténme del pan necesario; no sea que me sacie y te niegue y diga: ¿Quién es el Señor? O que siendo pobre, hurte, y blasfeme el nombre de mi Dios.’ (Proverbios 30:8-9). En primer lugar, llama la atención que la pobreza y la riqueza no son casualidades que acontecen por sí mismas o que obedecen a una ley ciega, sino que tienen un origen, que es Dios. Aquí está el punto de partida donde hay que comenzar, atribuyendo a Dios la competencia que tiene sobre esas realidades. Sí, porque en última instancia es Él el que tiene la potestad final al respecto. Y la petición que le hizo el que escribió estas palabras hace 3.000 años, fue de que no le diera pobreza ni riqueza. No es difícil identificarse con la primera petición, porque ¿quién quiere la pobreza? Pero no es tan fácil identificarse con la segunda, porque ¿quién no quiere la riqueza?
[ads_google]div-gpt-ad-1623832402041-0[/ads_google]
Y aquí tenemos cómo un creyente en Dios de hace 3.000 años le da lecciones a todos los profetas seculares de nuestro tiempo, al pedir a Dios, no a su propia sabiduría, que le mantenga del pan necesario, esto es, de lo básico para vivir. Es una actitud de contentamiento con lo material y respetuosa con los recursos, pero no por los recursos en sí, lo cual es secundario, sino porque su deseo primario es vivir en la voluntad de Dios, dado que el peligro de la pobreza reside en la violación de las normas de Dios y el peligro de la riqueza en la negación de Dios.
Si este sencillo y breve pasaje hubiera sido tenido en cuenta, otro gallo nos cantaría. Pero, ¿cómo se iba a tener en cuenta, si de lo que se trataba era de ridiculizar y abatir al Autor del mismo? Y el resultado inesperado, pero esperable, es que los ridiculizados y abatidos han sido y son los que pretendieron ridiculizarlo y abatirlo.
La conmemoración de la Reforma, las tensiones en torno a la interpretación bíblica de la sexualidad o el crecimiento de las iglesias en Asia o África son algunos de los temas de la década que analizamos.
Estudiamos el fenómeno de la luz partiendo de varios detalles del milagro de la vista en Marcos 8:24, en el que Jesús nos ayuda a comprender nuestra necesidad de ver la realidad claramente.
Causas del triunfo de Boris Johnson y del Brexit; y sus consecuencias para la Unión Europea y la agenda globalista. Una entrevista a César Vidal.
Analizamos las noticias más relevantes de la semana.
Algunas imágenes del primer congreso protestante sobre ministerios con la infancia y la familia, celebrado en Madrid.
Algunas fotos de la entrega del Premio Jorge Borrow 2019 y de este encuentro de referencia, celebrado el sábado en la Facultad de Filología y en el Ayuntamiento de Salamanca. Fotos de MGala.
Instantáneas del fin de semana de la Alianza Evangélica Española en Murcia, donde se desarrolló el programa con el lema ‘El poder transformador de lo pequeño’.
José era alguien de una gran lealtad, la cual demostró con su actitud y acciones.
Celebración de Navidad evangélica, desde la Iglesia Evangélica Bautista Buen Pastor, en Madrid.
Madrid acoge el min19, donde ministerios evangélicos de toda España conversan sobre los desafíos de la infancia en el mundo actual.
Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores se realizan a nivel personal, pudiendo coincidir o no con la postura de la dirección de Protestante Digital.
Si quieres comentar o