Historia fascinante

Tony Scott, el director de películas tan famosas como “Top gun” o “Amor a quemarropa”, se tiró desde un puente en los Ángeles, después de dejar una nota de suicidio. Tenía casi setenta años  y era muy rico, pero se le descubrió un tumor maligno que no podía ser tratado, y muchos creen que ese fue el motivo que le impulsó a quitarse la vida.

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Sé que todos pasamos por circunstancias muy difíciles, pero jamás debemos desistir ni caer en la desesperación: cada día es único, cada momento es una aventura. Ocurra lo que ocurra, estamos disfrutando de la vida que Dios nos regala. 

Si vivimos en la singularidad de cada día, de cada cosa que hacemos, de cada momento de nuestro trabajo; estaremos venciendo no sólo al aburrimiento, sino también a la desesperanza. Tenemos que aprender a disfrutar de cada detalle, de cada vida que nos rodea, de cada encuentro, de cada emoción por mínima que parezca. Muchas veces despreciamos lo sencillo y nos aferramos a nuestros sueños esperando que lo espectacular brille, para darnos cuenta más tarde de que todo lo que deseábamos eran sólo fuegos artificiales para el alma; y éstos nunca nos satisfacen.

Necesitamos saborear cada momento que vivimos, no sólo aquellos que son dulces, sino también los salados e incluso los amargos. Cada día millones de personas se abrazan, y miles de palabras emocionantes son pronunciadas; cada hora se dan miles de besos en todo el mundo y cada uno de ellos es el comienzo de una vivencia entrañable entre dos personas, o simplemente el agradecimiento por el cariño recibido. Si conociéramos lo que sucede en esas historias particulares, la vida dejaría de ser aburrida: recuerda que cuando  uno de esos relatos es llevado al cine, nos asombra a todos, porque conocemos las circunstancias que hay detrás de cada persona ¡Recuerda que tú eres una de esas historias fascinantes!

Por eso Dios ama la individualidad y Él jamás se aburre. Dios no es el Dios de la humanidad en conjunto, sino de cada persona en particular. Dios conoce los nombres y las circunstancias de cada uno. Dios te conoce a ti, conoce tu corazón, tus deseos y tus luchas. Esa es la razón por la que Jeremías escribió: “Una cosa quiero tener presente y poner en ella mi esperanza: El amor del Señor no tiene fin ni se han agotado sus bondades. Cada mañana se renuevan ¡qué grande es su fidelidad! Y me digo: ¡El Señor lo es todo para mí; por eso en El confío!” (Lamentaciones 3:21-24).  

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Nuestra existencia es el primer regalo que Dios nos dio, cada mañana su fidelidad se renueva para nosotros ¡podemos disfrutar de cada momento! Piénsalo, comemos todos los días, pero es ese plato especial de hoy el que te hace disfrutar. Caminamos todos los días, pero el paseo de hoy con alguien a quien amas, es completamente diferente. Hablamos miles de veces, pero la conversación que hemos tenido hace algunos momentos es la que ha hecho que este día sea extraordinario ¡Podríamos seguir escribiendo cientos de ejemplos parecidos!

¡Tu vida merece la pena! Confía en la fidelidad de Dios y disfruta con Él cada mañana, cada tarde, cada noche… ¡cada momento!