El amor es eterno

Marvin Gaye y, más tarde la conocida Diana Ross, fueron los primeros en popularizar la melodía compuesta por Ashford & Simpson “Ain´t no mountain high enough”. En el estribillo, la canción alcanza el “clímax” del romanticismo: “No hay montaña lo suficientemente alta, ni valle lo suficiente bajo, ni río lo suficiente profundo, para alejarme de ti”. Miles de parejas se dedicaron esas palabras… para poco tiempo más tarde cambiar todo el romanticismo por un “si te he visto no me acuerdo”, en cuanto aparece otro “amor” ¡El desafío a amar y ser fiel es uno de los más difíciles de llevar a cabo en la vida! Esa es la razón por la que nunca está de más meditar en esta paráfrasis de uno de los capítulos más conocidos de la Biblia, 1 Corintios 13:

El amor no tiene envidia, es capaz de vencer los celos porque se alegra sinceramente del bien de los demás. El que ama da, no vive pidiendo. Amar es ayudar a aquellos a quienes amamos para que cumplan sus sueños.

El amor no es arrogante ni grosero. La persona que ama sabe escuchar y le encanta saber lo que piensan aquellos a quienes ama. Jamás quiere imponer su opinión porque es humilde; a veces no le gusta ni siquiera que hablen demasiado bien de ella. Amar es regalar a los demás la libertad que les pertenece y luchar con ellos para que esa libertad sea cada día más plena.

El amor no se comporta de una manera equivocada, no hace nada fuera de lugar. No es áspero ni se encoleriza, sino que disimula las equivocaciones de los otros. Quien ama sabe cómo hablar, jamás hiere con su “sinceridad” ni mucho menos justifica su comportamiento. Cuando amamos, tratamos con sensibilidad, tacto y cariño. Amar es no obligar jamás a una persona a hacer algo que le daña, le denigra o le destruye.

El amor no busca lo suyo, no es egoísta. Piensa siempre en primer lugar en lo que los demás pueden sentir. Sabe hablar y escuchar. La persona que ama no quiere que todos se sometan a su voluntad. Amar es dar cuando necesitas recibir.

El amor no toma en cuenta el mal, es incapaz de ver las malas intenciones. La persona que ama, perdona, y olvida lo malo; no guarda rencor. Amar es vencer las sospechas que destruyen nuestra confianza en aquellos a quienes amamos. Amar es perdonar aunque nadie lo merezca.

El amor todo lo sufre, el amor pasa por alto las faltas. El que ama da una nueva oportunidad y prefiere cargar con la culpa, antes de hacer daño. Amar es disculpar y saber llorar con el que está sufriendo.

El amor todo lo acepta, confía de una manera incondicional y no cree al que habla mal de los suyos. La persona que ama siempre quiere restaurar, y ayuda en todos las circunstancias posibles. Amar es aceptar a quien amamos de una manera incondicional y creerle por encima de todas las circunstancias.

El amor lo soporta todo. Ausencia, dolor, problemas, incomprensión, amargura, desilusión, frustración, malas palabras, sufrimiento, muerte… El amor jamás se da por vencido. La persona que ama es como un bálsamo que, con su sola presencia, hace que el dolor sea menos dolor. Amar es soportar aún lo que nos parece insoportable, porque el mismo amor nos enseña que podemos confiar en aquellas personas que han sufrido.

El amor nunca deja ni dejará de ser,  El Amor es eterno.