El placer egoísta

Daryl Hannah saltó a la fama al protagonizar junto a Tom Hanks la película 1, 2, 3…Splash, dirigida por Ron Howard (1984). Como le sucedió a otras actrices, cuando era joven se presentó a supuestas pruebas artísticas en Las Vegas, en los que se anunciaba que estaba todo pagado, viajes, ropa y hotel, para darse cuenta, más tarde, que en realidad estaban buscando prostitutas de lujo. Hoy, la actriz está ayudando en diversas organizaciones que luchan contra la explotación de la mujer. Desgraciadamente, los engaños siguen al orden del día.

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Esa es una de las muestras de la esclavitud del siglo XXI: millones de personas en todo el mundo, muchas menores de edad, son esclavas sexuales porque otros pagan dinero para a satisfacer sus deseos. En el día de hoy ese es el mayor negocio de las mafias, con ganancias mucho más abundantes que la venta de drogas o cualquier otro tipo de sustancias… Aunque si quieres que te diga la verdad, los verdaderos culpables no son solo los traficantes de personas, sino también aquellos que pagan por los mal llamados favores sexuales. Ellos sí deberían estar perseguidos en todos los lugares del mundo, para que nadie pudiera esclavizar a nadie. ¡Mucho menos a menores de edad! Hay incluso países dónde las personas viajan con ese único propósito, los conocidos como “paraísos del turismo sexual”, donde pueden encontrar niños y niñas esclavizados desde los diez años ¡e incluso menos!

Deberíamos no solo alzar la voz, sino también luchar por la dignidad de todas las personas y pedir a los estados que persigan a ese tipo de delincuentes. Tenemos que hablar y tratar de convencer a las personas que el placer no lo es todo. ¡Todos somos culpables de que la sociedad haya llegado hasta dónde ha llegado! Quizás puedes pensar que estoy exagerando, pero hay muchos países en donde el “culto al cuerpo” ha llegado a tener dimensiones espectaculares. Nadie se preocupa por lo importante, lo que hay en el interior de las personas (el amor, amistad, paz, fidelidad, carácter, etc.) pero muchas personas se someten a operaciones quirúrgicas para estar más atractivas físicamente. Eso nos demuestra que la sociedad está enferma, porque esa adoración sexual es lo que está guiando a las personas a todo tipo de conductas delictivas. 

El sexo en el día de hoy no tiene nada que ver con el compromiso, ni con el conocimiento de la otra persona y sus necesidades: al placer no le interesa la identificación con el otro ni ningún tipo de sacrificio de amor. El sexo se ha convertido en una satisfacción momentánea que crea una frustración permanente. Las relaciones sexuales han pasado a ser simplemente un juego, en el que lo único que vale es el placer, y el otro/a no tiene  más valor que la propia satisfacción. Todos olvidan que amar es darse y comprometerse fielmente con quien amas. 

Si te has sentido usada/o de alguna manera, recuerda que hay una salida: “¡Mi corazón esta conmovido, lleno de compasión por ti! (dice el Señor)” (Oseas 11:8). Dios es el único que puede restaurar tu vida. Su amor por ti es más grande de lo que imaginas.