El fundamento y la meta de nuestra esperanza está en el Dios Triuno, quien nunca cambia por mucho que cambien nuestras circunstancias.
Pedro nos exhorta a estar siempre dispuestos a dar razón de la esperanza que tenemos (1 Pedro 3:15). Entonces, ¿cómo pude negarme cuando me pidieron que compartiera mi esperanza en la sesión inaugural del congreso ‘Hope for Europe’ en Sarajevo la semana pasada?
[ads_google]div-gpt-ad-1623832500134-0[/ads_google]
Para ser honesto, ni el escenario del congreso ni los titulares diarios le dieron credibilidad a mi tema. El primer tiro de la Primera Guerra Mundial se disparó no lejos de donde nos reuníamos.
Una placa indica el lugar donde el Archiduque Francisco Fernando fue asesinado en una esquina de una calle en Sarajevo, activando una reacción en cadena que condujo a la muerte de millones de personas.
Desde 1996, Bosnia ha luchado para recuperarse del asedio militar más largo de la historia moderna, que duró casi cuatro años y se cobró 11.500 vidas.
Las esperanzas de una disminución de las tensiones étnicas durante las dos décadas transcurridas desde mi última visita a la capital de Bosnia no se vieron reforzadas por las elecciones nacionales del pasado fin de semana, que solo profundizaron las divisiones. Los jóvenes bosnios están abandonando su tierra natal en masa para buscar un futuro más esperanzador.
A medida que se reunían los 250 delegados del congreso de toda Europa, también se oscurecían las nubes de la guerra en la frontera entre Ucrania y Rusia. Putin acababa de subir las apuestas al anunciar la “anexión” del Donbás, prometiendo seguir luchando contra el “Occidente satánico”.
Agrega a todo esto los desafíos que ya enfrentamos en todo el continente: inflación galopante, costes de energía en espiral, problemas de migración, cambio climático, una nueva ola de Covid, tensiones religiosas, sociedades polarizadas y mucho más.
[ads_google]div-gpt-ad-1623832402041-0[/ads_google]
Así que, ¿quién se atreve a hablar de esperanza en estos días?
Hace treinta años, el estado de ánimo era eufórico cuando el mundo cambió repentinamente con el inesperado colapso del comunismo. El futuro parecía muy prometedor. De todos los rincones, los equipos de evangelización inundaron Europa central y del este, a menudo creando confusión y competitividad.
Como líder recién nombrado de JCUM Europa, fui invitado a reunirme con líderes de otros movimientos en Europa para explorar la colaboración. El resultado fue el movimiento ‘Esperanza para Europa’, que puso en red una variedad de ministerios similares en diferentes lugares del continente.
A principios del nuevo milenio, llevamos a cabo el congreso ‘Hope•21’ en Budapest, con mil participantes de veinte redes.
Los líderes de la red se reunían anualmente en las Mesas Redondas Europeas para profundizar las relaciones y desarrollar la visión. Las redes han seguido funcionando en toda Europa desde entonces. En 2011, 2018 y en esta semana, en Sarajevo, se han celebrado más eventos de ‘Esperanza para Europa’.
Sin embargo, ¿cuál era nuestro objetivo? ¿Qué estábamos esperando? ¿Cuáles eran nuestras esperanzas para Europa? Contábamos con redes pero necesitábamos una teología de la esperanza.
Comenzamos a buscar una respuesta bíblica a la perspectiva pesimista y fatal entre algunos evangélicos que esperaban que las cosas empeoraran a medida que se acercaba el “fin de los tiempos”.
Esta actitud había paralizado a muchos en una aceptación fatalista de la decadencia de Europa (y de la iglesia). Sin embargo, Jesús nos enseñó a orar, que venga su reino; es decir, que se haga su voluntad en la tierra, en Europa, como en el cielo.
Por definición, siempre es la voluntad de Dios que se haga su voluntad. Nunca es la voluntad de Dios que no se haga su voluntad. ¡¿Por qué tantos aceptan que es su voluntad que no se haga la suya?!
Porque la esperanza cristiana no depende de las circunstancias actuales ni de las perspectivas positivas, sino de la voluntad de Dios. Nuestra esperanza está en el Dios Triuno, que nunca cambia por mucho que cambien nuestras circunstancias.
El fundamento de nuestra esperanza es la Trinidad: la persona, los propósitos y las promesas del Padre nos dan esperanza; o la vida, muerte y resurrección del Hijo sucedió y tenemos esperanza, o no sucedió y estamos sin esperanza; la efusión del Espíritu en Pentecostés en cumplimiento de la profecía de Joel es consecuentemente, la garantía, el anticipo y el depósito de lo que está por venir.
La meta de nuestra esperanza, la que esperamos, es también la Trinidad: gobernar y reinar con el Padre; el regreso del Hijo que reconciliará todas las cosas bajo el cielo y en la tierra; y el continuo derramamiento del Espíritu hasta que todos los pueblos hayan sido bendecidos”.
La iglesia debe ser una flecha, dijo Jürgen Moltmann, enviada al mundo para señalar el camino hacia el futuro. Su tarea es llevar luz a la oscuridad, esperanza donde hay desesperación.
El pueblo de Dios debe ser un pueblo de esperanza, como lo está demostrando la iglesia en Ucrania en las situaciones más oscuras
¡Sí, todavía hay esperanza, incluso para Europa!
Jeff Fountain, director del Centro Schuman de Estudios Europeos.
Este artículo se publicó por primera vez en el blog del autor, Weekly Word.
La conmemoración de la Reforma, las tensiones en torno a la interpretación bíblica de la sexualidad o el crecimiento de las iglesias en Asia o África son algunos de los temas de la década que analizamos.
Estudiamos el fenómeno de la luz partiendo de varios detalles del milagro de la vista en Marcos 8:24, en el que Jesús nos ayuda a comprender nuestra necesidad de ver la realidad claramente.
Causas del triunfo de Boris Johnson y del Brexit; y sus consecuencias para la Unión Europea y la agenda globalista. Una entrevista a César Vidal.
Analizamos las noticias más relevantes de la semana.
Algunas imágenes del primer congreso protestante sobre ministerios con la infancia y la familia, celebrado en Madrid.
Algunas fotos de la entrega del Premio Jorge Borrow 2019 y de este encuentro de referencia, celebrado el sábado en la Facultad de Filología y en el Ayuntamiento de Salamanca. Fotos de MGala.
Instantáneas del fin de semana de la Alianza Evangélica Española en Murcia, donde se desarrolló el programa con el lema ‘El poder transformador de lo pequeño’.
José era alguien de una gran lealtad, la cual demostró con su actitud y acciones.
Celebración de Navidad evangélica, desde la Iglesia Evangélica Bautista Buen Pastor, en Madrid.
Madrid acoge el min19, donde ministerios evangélicos de toda España conversan sobre los desafíos de la infancia en el mundo actual.
Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores se realizan a nivel personal, pudiendo coincidir o no con la postura de la dirección de Protestante Digital.
Si quieres comentar o