Muchas personas conocen el comunismo extremo y el ateísmo estricto de Albania desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta principios de la década de 1990. Pero lo que es menos conocido es la historia de coexistencia pacífica interreligiosa del país antes y después de este período de dictadura.

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La Alianza Evangélica de Albania (VUSH, por sus siglas en albanés) se enorgullece de desempeñar su papel en el fomento de la armonía entre las comunidades religiosas para fortalecer el bien común.

El pastor Ylli Doçi, presidente de la Alianza Evangélica, es también presidente del Consejo Interreligioso de Albania, que reúne a todas las comunidades religiosas reconocidas de la nación e involucra a los principales representantes de todas las confesiones en el país. Otros líderes de VUSH también forman parte de la Junta Ejecutiva de este organismo.

¿Por qué? ¿Por qué la Alianza dedica tiempo a este trabajo interreligioso?

“¡Es mi trabajo!”, dice Ylli. “Los evangélicos deben trabajar junto con otras comunidades religiosas por la libertad religiosa y de conciencia para todos. Nuestra voz necesita ser escuchada. El Consejo Interreligioso ayuda a construir una plaza pública civil donde se respeta a cada comunidad”, añade.

El Consejo se basa en las relaciones entre los líderes de las comunidades religiosas. Esto permite que se construya una buena relación y que se eliminen los malentendidos.

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Ylli también explica: “Podemos ser abiertos entre nosotros, podemos ser amigos. Todo esto sin comprometer nuestros distintivos religiosos. Sabemos que nuestras creencias se contradicen entre sí, pero todos apoyamos el principio de que las personas deben ser libres para convertirse de una religión a otra”.

El organismo va mucho más allá de la amistad, hablando regularmente sobre las necesidades del momento.

Cuando los musulmanes fueron atacados en Nueva Zelanda o los cristianos fueron atacados en Sri Lanka, las comunidades religiosas se unieron en solidaridad. Cuando la libertad de expresión se ha visto amenazada en Albania, el Consejo se ha pronunciado sobre ello.

El organismo también produce recursos sobre debates de política nacional y mantiene el contacto con ministros gubernamentales y miembros del parlamento. El Consejo se compromete a promover los valores morales que defienden todas las comunidades religiosas y que esperan que sean una brújula para guiar a Albania en su objetivo de unirse a la Unión Europea.

La tensión interreligiosa a veces emerge a la superficie en Albania. Y las generaciones más jóvenes están menos acostumbradas a relacionarse más allá de las fronteras religiosas. Los miembros del consejo no son ingenuos acerca de los desafíos. Pero están decididos a dar un buen ejemplo e inspirar a todas las comunidades de fe a vivir en paz y con plena libertad religiosa o de conciencia.

Ylli Doçi está comprensiblemente orgulloso del Consejo y aprecia a los demás líderes religiosos. “Les he dado las gracias. He mencionado el hecho (que ellos conocen muy bien) de que el 99% de los evangélicos albaneses se han convertido de una de sus comunidades de fe. Pero el hecho de que me traten como a un igual habla de la verdadera tolerancia y armonía”, dice.

“¡Ah! Y, por supuesto, regularmente comparto las Buenas Nuevas de Jesús con ellos”, agrega. “Él es mi amado Salvador y ellos son mis amigos”.

Julia Doxat-Purser, representante sociopolítica de la Alianza Evangélica Europea (EEA, por sus siglas en inglés). Este artículo se publicó por primera vez en el sitio web de la EEA y se ha reproducido con permiso.