Ley y mandamiento no constituyen una carga gravosa, sino un deleite, porque son amados en razón de que se ama al que los ha dado.
Ley está entre las palabras que no son precisamente de las más amables y queridas, existiendo un aforismo latino que haría honor a ese aspecto hosco de la ley, que dice: Dura lex, sed lex. Esto es, la ley es dura, pero es la ley. Mucho más en nuestro tiempo la animadversión hacia todo lo que suene a ley se manifiesta cotidianamente, dado que la ley se alza como freno ante el desenfreno y como norma objetiva ante el capricho subjetivo.
[ads_google]div-gpt-ad-1623832500134-0[/ads_google]
Poco o nada amada, la ley es considerada una especie de mal necesario que no queda más remedio que sobrellevar, en aras de evitar males mayores, aunque siempre está abierta la opción de cambiarla por otra que la haga más soportable y se adapte mejor a los deseos de unos u otros.
Y sin embargo, ¿qué sería del mundo si no hubiera ley? Las mismas ciencias y disciplinas de toda índole nos enseñan su absoluta necesidad. Por ejemplo, la música, ese arte capaz de crear belleza auditiva mediante los sonidos, es en esencia una ley, donde la armonía, el ritmo y la melodía obedecen a unas pautas bien ordenadas. Pero tocar las teclas de un piano, pulsar las cuerdas de una guitarra o soplar por la boquilla de una flauta sin ton ni son, esto es, sin ley, lo único que producirá serán sonidos, pero no música.
Ahora mismo estoy sentado escribiendo en una habitación del edificio donde vivo, el cual ha sido construido siguiendo unas leyes físicas, lo cual permite que sea estable. Pero si el arquitecto que lo diseñó se hubiera saltado las leyes que rigen cualquier construcción, es posible que ya no estuviera en pie. La misma máquina con la que escribo, el ordenador, está hecha siguiendo unas minuciosas y estrictas leyes, según las cuales en minúsculos circuitos integrados corren los electrones, que se convertirán en documentos e imágenes. ¿Puede un ordenador funcionar, sin respetar las leyes de la electricidad?
Y lo que escribo, para que sea inteligible, tiene que estar escrito conforme a una ley, la gramatical, porque si en vez de escribir “la ley es dura, pero es la ley”, escribo “dura es la pero ley, es ley la”, nadie entenderá la frase. Y para escribir o para hablar con sentido, es preciso que las neuronas de mi cerebro estén bien conectadas unas con otras, según las leyes que les asignan las tareas específicas que han de realizar.
[ads_google]div-gpt-ad-1623832402041-0[/ads_google]
Pero no solamente a efectos más reducidos la ley es necesaria; también lo es en el plano cósmico, porque ¿cómo podría el universo ser un conjunto de incontables cuerpos moviéndose en el vacío sin que el resultado fuera un catastrófico caos, si no fuera porque hay una ley que hace posible el movimiento ordenado y armonioso de tales cuerpos?
En resumen, la ley es totalmente necesaria, pero no como un mal que no queda más remedio que sobrellevar, sino como un bien absolutamente benigno. Mas igual que ocurre con las leyes materiales y físicas, ocurre también con la ley moral, que, dada por el Legislador que nos ha hecho, resulta ser necesaria y bienhechora.
Hay un tweet de Dios que dice lo siguiente: ‘Hijo mío, no te olvides de mi ley y tu corazón guarde mis mandamientos; porque largura de días y años de vida y paz te aumentarán.’ (Proverbios 3:1-2). Aquí se equipara la palabra ley con la palabra mandamientos, porque la ley moral de Dios no consiste en un conjunto de consejos o sugerencias, por si nos viene a bien tenerlos en cuenta, pero en caso contrario podemos seguir nuestro propio criterio y no pasa nada. Del mismo modo que saltarse las leyes físicas supone pagar las consecuencias, así también ocurre con la ley moral.
Pero el texto tiene un enfoque paternal y animoso, yendo dirigido no a un extraño, sino a un hijo, y contemplando los beneficios derivados de la obediencia. Es decir, proviniendo de quien proviene y produciendo lo que produce, ¿cómo no hacer caso de la sabia dirección que marca la ley y de la sana instrucción a la que compele el mandamiento? Y de ese modo, ley y mandamiento no constituyen una carga gravosa, sino un deleite, porque son amados en razón de que se ama al que los ha dado. Por eso, no se trata de una observancia legalista y externa, sino de un precioso bien que se guarda celosamente en el corazón, sede de la personalidad.
En el texto se nos manda no olvidar esa ley, siendo precisamente su olvido y abandono la verdadera causa del estado de cosas en el que se encuentra hoy el mundo.
La conmemoración de la Reforma, las tensiones en torno a la interpretación bíblica de la sexualidad o el crecimiento de las iglesias en Asia o África son algunos de los temas de la década que analizamos.
Estudiamos el fenómeno de la luz partiendo de varios detalles del milagro de la vista en Marcos 8:24, en el que Jesús nos ayuda a comprender nuestra necesidad de ver la realidad claramente.
Causas del triunfo de Boris Johnson y del Brexit; y sus consecuencias para la Unión Europea y la agenda globalista. Una entrevista a César Vidal.
Analizamos las noticias más relevantes de la semana.
Algunas imágenes del primer congreso protestante sobre ministerios con la infancia y la familia, celebrado en Madrid.
Algunas fotos de la entrega del Premio Jorge Borrow 2019 y de este encuentro de referencia, celebrado el sábado en la Facultad de Filología y en el Ayuntamiento de Salamanca. Fotos de MGala.
Instantáneas del fin de semana de la Alianza Evangélica Española en Murcia, donde se desarrolló el programa con el lema ‘El poder transformador de lo pequeño’.
José era alguien de una gran lealtad, la cual demostró con su actitud y acciones.
Celebración de Navidad evangélica, desde la Iglesia Evangélica Bautista Buen Pastor, en Madrid.
Madrid acoge el min19, donde ministerios evangélicos de toda España conversan sobre los desafíos de la infancia en el mundo actual.
Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores se realizan a nivel personal, pudiendo coincidir o no con la postura de la dirección de Protestante Digital.
Si quieres comentar o