El poder de la gracia

Hemos hablado en un par de ocasiones sobre la película Una mente extraordinaria (2001) basada en la vida del matemático John F. Nash. Esta vez me gustaría mencionar lo que su esposa Alicia dice de él. ¡Aún a pesar del problema de esquizofrenia que sufre el científico! “Lo miro y me obligo a mí misma a ver el hombre con el cual me casé, y él se convierte en ese hombre. Se transforma en alguien a quién amo. Y yo me transformo en alguien que lo ama”. Una frase absolutamente genial.

[ads_google]div-gpt-ad-1623832500134-0[/ads_google]

Nunca llegaremos a recalcar demasiado el poder de la gracia. Solo cuando vivimos en ese amor inquebrantable nos damos cuenta de que nuestra existencia tiene sentido. La gracia es lo único que puede transformar a las personas: cuando amamos, ejercemos un poder que cambia a las personas y nos hace cambiar a nosotros. Cuando perdonamos y regalamos una segunda oportunidad, el mundo entero se siente mejor; de una manera absolutamente radiante, nos ponemos en sintonía con nuestro Creador para llenar de alegría cada rincón de dónde vivimos. 

¡No puede ser de otra manera! Todas las historias, libros, películas, canciones, etc., nos muestran algo de esa gracia. Siempre hay alguien que recibe lo que no merece; alguien que ama a aquel a quién todos le han dado la espalda; alguien toma la decisión de perdonar cuando todo parece estar perdido. Siempre hay alguna persona que se enfrenta a todo y a todos por el poder del amor. Las historias que llegan al corazón viven llenas de gracia: no nos cansamos de disfrutarla, de escuchar canciones sobre ella, de leer poemas. ¡Jamás debemos desistir de vivirla y regalarla a los demás! Esa gracia es lo único que nos regala el poder para romper los límites de nuestro corazón.

Nunca queremos dejarla de lado. La gracia nos reconcilia con nosotros mismos y con los demás. 

¿Sabes la razón? La gracia es la esencia del carácter de Dios. Jamás estamos más cerca de Él que cuando nos sumergimos en esa gracia para disfrutarla y derrocharla a todos los que nos rodean. ¡Aún en los momentos más difíciles de nuestra vida! ¡A pesar de todos los desprecios de quienes no pueden comprender un amor tan incontrolable! El profeta Isaías escribió sobre lo que el amor de Dios es capaz de hacer dentro de cada uno de nosotros, aún cuando atravesamos los momentos más difíciles: “Ya no llorarás más. El Señor tendrá compasión de ti al oír que gritas pidiendo ayuda; y apenas te oiga, te responderá. Y aunque el Señor te dé el pan del sufrimiento y el agua de la aflicción ,El que es tu maestro no se esconderá más. Con tus propios ojos le verás, y si te desvías a derecha o a izquierda, oirás una voz detrás de ti que te dirá: “Por aquí es el camino, id por aquí” (Isaías 30:19-21).

Por algo Dios es el Dios de toda gracia.