La mejor arma

Siempre se dice que la realidad supera a la ficción. Debieron pensarlo así cuando se preparó la campaña publicitaria de la película Juego de patriotas (1992), dado que se eliminó del tráiler del film una frase que decía: “Nunca se ha producido un ataque terrorista en suelo americano”, por miedo a que fuera una premonición, lo que realmente se cumpliría años más tarde en la tragedia del atentado contra las torres gemelas de Nueva York (el conocido como 11-S).

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Tenemos un problema muy grave en nuestro mundo, un problema que tiene que ver con la ira, la violencia, la venganza, el odio… No importa quién “comience” una contienda, todos creen que serán más felices viendo sufrir a su “enemigo”, pero déjame decirte que eso no es cierto. La amargura en nuestro corazón no desaparece con la venganza, porque la ira y el odio siguen ahí si no sabemos perdonar. Por más que intentemos desahogarnos a base de gritos y acciones violentas, la ira jamás nos abandona; todo lo contrario ¡Muchas veces aumenta!

Tratándose de venganzas, ninguno de nosotros quiere dar su brazo a torcer, así que todos ponemos nuestro grano de arena en el desierto de la incomprensión y el odio, para que la maldad no tenga fin. Como dice un proverbio angoleño, “El que tira una piedra olvida, el que recibe la pedrada, recuerda para siempre”.

Como nuestro corazón no es limpio, a veces Dios tiene que disciplinarnos para que nos demos cuenta del mal que le hacemos a los demás. El profeta Isaías escribe, de parte del Señor: “El único idioma que entienden es el castigo” (28:11). Solemos comportarnos como niños, sin ser capaces de reaccionar bien si no nos amenazan ¡Parece que solo cuando nos castigan comenzamos a reflexionar sobre nuestro comportamiento!

No creas que esta es solo una descripción espiritual de lo que está sucediendo; el propio Einstein dijo un día: "No se como será la tercera guerra mundial, solo se que la cuarta será con piedras y lanzas". El poder del ser humano para destruir es tan grande como su propia insensatez. La necesidad que el ser humano tiene de vengarse es capaz de lograr que se destruya a sí mismo. El famoso físico nuclear se dio cuenta de eso, porque cuando le preguntaron si había algún arma capaz de contrarrestar la fuerza de la bomba atómica, respondió: “Si, la mejor de todas, la paz”. 

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Esa es la razón por la que la Biblia nos enseña que es mejor siempre llegar a un acuerdo para frenar la violencia. “Acuerdo”, esa palabra tiene la misma raíz que “acorde”, como si se tratara de una música a la que dos o mas corazones se unen. Música llena de paz, desde luego, porque un acuerdo son dos corazones unidos en un mismo acorde.