La necesidad de medidas y pesos correctos es fundamental para un orden social que se basa en la justicia.
Dios odia la mentira y la manipulación. Por eso prohíbe manipular las medidas con fines fraudulentos. Se trataba en un principio de los pesos normalizados del oro y de la plata, pero también de medidas que establecían las cantidades para medir cereales, vino y aceite. El Creador relaciona estas leyes con su propio carácter y con la historia de Israel: el fraude lleva a la servidumbre y la esclavitud. El que altera las medidas en su favor es un ladrón y no importa si se trata del vendedor de trigo en el mercado local o del rey mismo. En los tiempos del Antiguo Testamento existía la posibilidad de manipular las balanzas de plata y oro o los contrapesos que establecían el valor de las mercancías. En épocas posteriores era muy popular manipular las monedas quitando un poco del metal precioso con una lima. Para evitar este tipo de fraude las monedas más tarde incluyeron relieves y cantos estriados, porque así se notaba en seguida si alguien había quitado un poco del metal precioso para pagar menos. Los gobiernos de turno empezaron a devaluar el valor de las monedas de oro y plata mezclándolas con metales más baratos.
Es curioso que hasta el día de hoy uno de los símbolos de la justicia es la balanza romana. Significa que el que tiene la balanza es el juez. Según la Biblia la última balanza la tiene Dios (Daniel 5:25-27). Por lo tanto, alguien que comete un fraude da a entender: no hay justicia y Dios, Juez, no existe.
De los dos pasajes centrales sobre este tema -Levítico 19:35-36 y Deuteronomio 25:13-16- podemos sacar muchas conclusiones. Quiero limitarme a dos:
Dios llama a los pesos falsos en el intercambio comercial “abominación” e “injusticia”.
Una nación que usa medidas exactas y justas tiene la promesa de una existencia larga, mientras que en caso contrario está bajo el juicio de Dios.
Por lo tanto, la necesidad de medidas y pesos correctos es fundamental para un orden social que se basa en la justicia. Donde esto no se garantiza estamos ante un crimen: el que ha trabajado para adquirir o vender un bien se ve defraudado de una parte de lo que le corresponde. Aquellos que se enriquecen de esta manera acumulan “tesoros de impiedad” según Miqueas 6:10.
Hay un fenómeno fundamental en la Creación de Dios: las cosas materiales se pueden medir. Este principio hace posible la convivencia y las ciencias, entre muchas otras cosas, porque algunas de las cosas que Dios ha creado son inalterables. Precisamente por eso sirven para medir otros cosas que pueden sufrir cambios. Los elementos más constantes y estables han servido como medio de intercambio, como el oro y la plata. Nombres de monedas como por ejemplo el shekel o los talentos que aparecen en la Biblia se refieren al peso de un elemento inalterable. El nombre “peso” o “peseta” refleja precisamente este principio.
Y con esto llegamos a un ejemplo de fraude que nos toca a todos de cerca.
El dinero que usamos para pagar trabajos, servicios y mercancías está sujeto a fluctuaciones constantes por una sencilla razón: es manipulable y alterable porque todos los estados del mundo dejaron de garantizar el valor de sus respectivas monedas con oro. En agosto de este año se cumplieron 50 años desde la decisión del presidente norteamericano Nixon de desvincular el dólar del oro y las demás divisas del dólar. A consecuencia de esta decisión, por primera vez en la historia literalmente todo el mundo está usando obligatoriamente “pesos” injustos y falseados. En círculos financieros se habla de dinero fiat1, es decir, creado artificialmente de la nada por el hombre.
Fenómenos como tipos de interés negativos y el creciente poder político de los bancos centrales son consecuencia directa de este fraude de medidas. A partir de la decisión de Nixon tenemos un fenómeno interesante que documenta este engaño monumental: mientras que el PIB de los países de la UE y de EE.UU. se ha triplicado, el poder adquisitivo real de los asalariados ha quedado en el mismo nivel.2 Para nombrar solo un ejemplo: el tiempo que un europeo promedio necesita para pagar una vivienda se ha cuadruplicado en los últimos 50 años. Se trata de una redistribución gigantesca de capital, pero no de los millonarios a los mileuristas, sino justo al revés. La creación de una economía y un sistema monetario basados en la intervención continua de burócratas lleva a la pérdida de libertades para el ciudadano y a su expropiación sistemática. Pero esta manipulación no quedará impune. Todos los estados a lo largo de la historia sufrieron las consecuencias terribles de este engaño. Es fácil demostrarlo con estadísticas y datos históricos. Pero en el contexto bíblico queda claro lo que hay detrás de este fenómeno: el juicio divino causado por un fraude institucionalizado. Este hecho refleja una parte importante de los mensajes de los profetas del AT. Por eso que nadie se engañe: ya ha empezado lo que culminará en los próximos años y que tendrá dimensiones de una plaga bíblica.
Otra de las consecuencias del abandono de “pesos justos” es la vuelta de la esclavitud al mundo laboral. La diferencia con tiempos anteriores es que esta vez no se llama así y los esclavos ni siquiera se dan cuenta de dónde viene su pérdida de libertad. Ha empezado la época de esclavos felices que se vigilan a sí mismos porque han sido educados así. Han perdido su libertad porque han creído las mentiras de un Estado todopoderoso que reparte sus bondades a sus allegados, hasta que el sistema fraudulento que lo alimenta se derrumbe. El sistema que convierte a los que antaño eran ciudadanos en esclavos no se llama “dictatorial”, “fascista” o “socialista”, sino “estado de bienestar”. Una lectura de dos libros de George Orwell como “Rebelión en la granja” y “1984” nos ayuda a entender lo que está pasando en nuestros días. Una frase de un video promocional del Foro Económico Mundial del año pasado lo expresa a la perfección: “En el año 2030 no tendrás nada y serás feliz”3.
En una sociedad que se basa en la esclavitud y la expropiación a base de impuestos, tipos de interés negativos e inflación, el trabajo se convierte en explotación. La responsabilidad personal creativa es pulverizada por la exigencia de cumplir con cuotas dictadas por gremios de burócratas al servicio de una élite. La motivación personal y las ganas de ser creativos se reemplazan por una economía planificada. Una élite no controlada por nadie asume más y más responsabilidades mientras pone a los demás bajo la esclavitud de salarios mínimos, puestos de trabajo precarios y una sociedad regulada y controlada.
El trabajo productivo y creativo es el distintivo de personas responsables que forman una sociedad libre, mientras que el castigo económico impuesto al trabajo -por algo se llaman “impuestos”- estimula a la gente para ser irresponsable y e improductiva. Y da igual si estos “impuestos” se cobran mensualmente restándolos del salario, si simplemente no se paga un salario en condiciones porque el estado no permite un mercado libre y competitivo o si se devalúa una moneda por una creciente inflación de precios.
En resumidas cuentas: la manipulación monetaria que devalúa el fruto del trabajo o lo hace incluso inútil es la consecuencia de una sociedad cuyos líderes han abandonado el temor a Dios y sus leyes. La devaluación del dinero siempre va mano en mano con una devaluación de la obediencia a lo que Dios exige. El fundamento de cualquier sociedad injusta son medidas falseadas puestas por el hombre en todos los sectores de la vida. En palabras de Miqueas: son “tesoros de impiedad”.
Una sociedad que castiga el esfuerzo laboral de sus ciudadanos con inflación e intereses negativos en nombre del crecimiento económico no solamente está expropiando paulatinamente a los sectores más vulnerables en favor de los más cercanos al poder y a los bancos4, sino que está destinada a fracasar porque en última instancia desafía a Dios. No hay que olvidar: la palabra “abominación” se combina en la Biblia con frecuencia con el tema de los pesos falsos y manipulados. Robar a una persona los frutos de su trabajo tendrá según la Biblia solo un resultado: el juicio divino sobre aquellos que institucionalizan el fraude y la sociedad que representan. Y a eso vamos.
Notas
1 Se refiere a la palabra usada en la traducción latina de la Biblia cuando habla de la creación del mundo de la nada.
2 https://wtfhappenedin1971.com/
3 La frase viene de un video del año 2020 del Foro Económico Mundial.
4 En la economía esto se llama el “efecto Cantillon”.
La conmemoración de la Reforma, las tensiones en torno a la interpretación bíblica de la sexualidad o el crecimiento de las iglesias en Asia o África son algunos de los temas de la década que analizamos.
Estudiamos el fenómeno de la luz partiendo de varios detalles del milagro de la vista en Marcos 8:24, en el que Jesús nos ayuda a comprender nuestra necesidad de ver la realidad claramente.
Causas del triunfo de Boris Johnson y del Brexit; y sus consecuencias para la Unión Europea y la agenda globalista. Una entrevista a César Vidal.
Analizamos las noticias más relevantes de la semana.
Algunas imágenes del primer congreso protestante sobre ministerios con la infancia y la familia, celebrado en Madrid.
Algunas fotos de la entrega del Premio Jorge Borrow 2019 y de este encuentro de referencia, celebrado el sábado en la Facultad de Filología y en el Ayuntamiento de Salamanca. Fotos de MGala.
Instantáneas del fin de semana de la Alianza Evangélica Española en Murcia, donde se desarrolló el programa con el lema ‘El poder transformador de lo pequeño’.
José era alguien de una gran lealtad, la cual demostró con su actitud y acciones.
Celebración de Navidad evangélica, desde la Iglesia Evangélica Bautista Buen Pastor, en Madrid.
Madrid acoge el min19, donde ministerios evangélicos de toda España conversan sobre los desafíos de la infancia en el mundo actual.
Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores se realizan a nivel personal, pudiendo coincidir o no con la postura de la dirección de Protestante Digital.
Si quieres comentar o