Cristianos de todo tipo

Steve Jones ganó el abierto de golf de Estados Unidos en el año 1996. Cuando le entregaron el premio y tuvo que hablar a la multitud de seguidores del torneo, Steve dijo: «Quiero dar las gracias al Señor Jesucristo; aún con su presencia, yo estaba bastante nervioso».

«El Señor honra al que le es fiel» (Salmo 4:3 NVI). Es una de mis frases preferidas en el libro de los Salmos. Aun así, y contrariamente a lo que algunos piensan, eso no quiere decir que si crees en Dios vas a ganar siempre. Incluso con su ayuda, seguirás estando nervioso en muchas ocasiones

¿Sabes? No todas las personas que creen en Dios son iguales. No todos los creyentes viven de la misma manera. Puede que suene un poco a broma, pero déjame decirte que a veces los cristianos nos comportamos como...

1- Carretillas: siempre necesitan que alguien les empuje. Siempre dependen de los demás: de sus líderes, de los libros que leen, de lo que otros dicen... No son capaces de moverse por sí mismos.

2- Pelotas: nunca sabe nadie dónde van a rebotar o caer. A veces están arriba y a veces abajo... El viento se los lleva de un lugar a otro. Están siempre «a la última», pero jamás saben dónde están ni quién soplará para que aparezcan o desaparezcan.

3- Globos: llenos de aire, se hinchan tanto que tarde o temprano explotan. Hay poca sustancia dentro de ellos, así que a la más mínima se van volando. Tienen todos los récords de membresía en iglesias diferentes.

4- Loros: repiten lo que otros dicen. No suelen hablar de la Biblia, sino (¡siempre!) de lo que menciona tal o cual líder espiritual.

5- Luces intermitentes: se encienden y se apagan. Todo depende de su estado de ánimo, pueden brillar y desaparecer en cuestión de segundos.

Desgraciadamente, también tenemos muchas maneras diferentes de actuar:

1- El tradicional es incapaz de dar un solo paso adelante. Defiende siempre lo que siempre fue.

2- El que vive atacando a los demás: su vida solo tiene sentido cuando habla de los errores ajenos.

3- El que solo conoce un edificio, su propia iglesia. Es imposible sacarlo de ahí.

4- El que siempre se mira a sí mismo. Todo lo que sucede le sucede a él.

5- El que quiere controlar a todos los demás porque no le llega con su propia vida... que normalmente suele estar bastante descontrolada.

Lo penoso del caso, es que esta lista se podría ampliar sin ningún problema (mejor dicho, ¡después de muchos problemas!). A veces estamos tan inmersos en nuestras actividades y en nuestra vida religiosa que no nos damos cuenta de que nosotros mismos podemos llegar a ser ese tipo de personas.

Dios honra al que le es fiel. Dios busca a sus hijos para estar con ellos y que ellos disfruten de su presencia. Dios quiere que crezcamos en madurez para parecernos cada día más al Señor Jesús, por el poder del Espíritu Santo. Es tiempo de que le dejemos a Dios hacer algunos cambios dentro de nosotros. Es el momento de serle fieles.