Si todos pretendemos honestamente llegar a la verdad, todos acabaremos acercándonos al mismo lugar.
“Esto lo entendería un niño de cuatro años, ¡rápido, que traigan a un niño de cuatro años!” La mayor parte de los intelectuales de ahora piensan que la fe es una especie de suicidio intelectual, que Dios no nos ha creado a nosotros, sino nosotros a él, que la ciencia y la religión no pueden ser reconciliadas; pensamiento mágico, lo llaman, incluso dentro de la comunidad científica.
Hoy me permito analizar por qué esa premisa es un error, siempre he tenido claro que la mayoría, por el hecho de serlo, no tiene necesariamente razón, muy al contrario; negar a Dios, sin conocer todos los datos (que es como lo hace esa mayoría) y desde un juicio superficial, nacido de la inercia y de la espiral del silencio, no es precisamente científico. No olvidemos que la ciencia nunca niega las posibilidades. ¿Por qué negar la posibilidad de Dios?
Mucho antes de la cita de Groucho Marx, Mateo, 18 insistía: “De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como los niños, de ningún modo entraréis en el reino de los cielos”
Por suerte algunos científicos de altísimo nivel lo ven de otra manera, el líder del Proyecto Genoma Humano y del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos durante más de una década, Francis Collins, viniendo del ateísmo llegó a la fe monoteísta (y cristiana) maravillado por sus descubrimientos, hasta el punto de escribir un libro que les recomiendo (“Cómo habla Dios”). Su principal argumento es que el tránsito del ateísmo a la fe, llega precisamente de la mano de la razón y el progreso científico: “Ninguna hipótesis actual se acerca a explicar cómo en el espacio de apenas ciento cincuenta millones de años el ambiente prebiótico que había en la Tierra dio lugar a la vida”
Collins considera que la elegancia que se esconde tras la complejidad de la vida es primero causa de asombro y después de fe en Dios, la elegancia digital del ADN, los componentes de las cosas vivas, desde el ribosoma que traduce el ARN en proteína, a la metamorfosis de la oruga en mariposa, son elementos estéticamente sublimes. En su testimonio manifiesta que no es posible valerse de la ciencia para desbancar la creencia en Dios, y en particular de la teoría de la evolución o de los descubrimientos en genética, para refutar las religiones monoteístas o para fundamentar el ateísmo.
Se atribuye a Werner Heisenberg, creyente y padre de la física cuántica que «El primer sorbo de un vaso de ciencia natural te hará ateo, pero, en el fondo del vaso, Dios te espera».
Verán, si algo he aprendido del contacto con científicos es a no dar absolutamente por sentada nunca, ninguna información que provenga de otros seres humanos con idénticas taras y limitaciones que yo o más porque “La fe no contradice el conocimiento, va más allá del conocimiento” Kierkegaard.
Albert Einstein decía que la fe sin ciencia es ciega, pero que la ciencia sin fe es coja. Lo cierto es que una y otra responden preguntas distintas y se complementan.
Un error habitual es pretender convertir a la biblia en un libro de ciencia cuando no pretende hablar un lenguaje científico sino explicar quién ha creado este mundo y para qué. Tanto en la fe (que no se parece en nada a la superstición) como en la ciencia, existe la confianza en revelaciones anteriores además de la razón. La ciencia tiene que reconocer que hay cuestiones que van más allá de su campo, el sentido de la vida, las preguntas últimas, la epistemiología… Con respecto a los dilemas que se nos plantean, no hay que tenerles miedo (hay conflicto constante en el mundo de la ciencia donde unas teorías rebaten a otras), el cristianismo debe estar siempre abierto a dialogar con la ciencia y no temer, ni acomplejarse por los avances científicos puesto que, si todos pretendemos honestamente llegar a la verdad, todos acabaremos acercándonos al mismo lugar. La ciencia es una de las herramientas que Dios nos da para entender lo que él hizo. Tenemos un cuerpo, el mundo es material, pero hay más. Por otra parte, el reduccionismo y el materialismo ahogan tanto que las personas acaban por dar el salto a la degradación de los valores, a la superstición y a las adicciones.
Robert Jastrow, premio nobel de física y agnóstico (se convirtió al cristianismo a la edad de sesenta años) reconoce que “no se puede negar la idea de diseño” y algunos científicos como Allan Rex Sandage, un conocido cosmólogo que recibió el equivalente al Nobel en su área científica considera “altamente improbable que un orden así proceda del caos, tiene que haber algún principio organizativo. Dios es la única explicación al milagro de la existencia, de por qué hay algo en lugar de la nada”.
Basta hojear un libro de anatomía o fijarse en el funcionamiento de una célula (no hablemos del sistema respiratorio, del pabellón auditivo) ... para darnos cuenta de que el cuerpo humano es una creación tan brillante e inimitable que deslumbraría al mejor ingeniero de todos los tiempos. ¿Cuál es la planta, el animal, el elemento o el astro que no lleve grabado el sello de quien Platón llamaba el “eterno geómetra”?.
Las ciencias físicas nos dicen que la materia es inerte, pero si lo es y el mundo material se mueve continuamente, debe haber un Principio fuera de la materia que produzca el movimiento. El universo no siempre existió. Tuvo un comienzo…. ¿qué lo causo? Los científicos no tienen una explicación para la repentina explosión de luz y materia.
¿Podríamos en la historia de la humanidad hacer una pregunta más relevante de si existe Dios?
La ciencia, si es ciencia, no puede permanecer al margen de la totalidad de las variables.
Algunos científicos cristianos contemporáneos:
Francis Collins (1950). Genetista estadounidense. Protestante. Ha dirigido el Proyecto Genoma Humano, con el que se descubrió la secuencia del genoma humano.
Werner Heisenberg (1901-1976). Físico alemán. Protestante. Premio Nobel de Física en 1932 por el descubrimiento de las formas alotrópicas del hidrógeno.
Karl Landsteiner (1868-1943). Patólogo y biólogo austriaco. Católico. Premio Nobel de Medicina en 1930 por descubrir y tipificar los grupos sanguíneos.
Peter Grünberg (1939). Físico alemán. Católico. Premio Nobel de Física en 2007 por su descubrimiento de la magnetorresistencia gigante.
Clyde Cowan (1919-1974). Físico estadounidense. Católico. Codescubridor del neutrino en 1956 junto a Frederick Reines. Premio Nobel de Física en 1995 por sus estudios sobre las partículas subatómicas.
Donald Knuth (1938). Científico estadounidense. Protestante. Es uno de los mayores expertos en ciencias de la computación.
Henrietta Swan Leavitt (1868-1921). Astrónoma estadounidense. Protestante. Descubrió y catalogó las estrellas variables de las Nubes de Magallanes.
Pierre Duhem (1908-1988). Físico francés. Católico. Experto en estudios históricos sobre la ciencia medieval. Fue propuesto dos veces para el Premio Nobel de Física.
Joseph Edward Murray (1919-2012). Médico y cirujano plástico estadounidense. Católico. Hizo grandes contribuciones a la mejora de los transplantes de órganos. Recibió el Premio Nobel de Medicina en 1990.
Joseph John Thomson (1856-1940). Científico británico. Anglicano. Premio Nobel de Física en 1906 por su trabajo sobre la conducción de la electricidad a través de los gases.
Arthur Leonard Schawlow (1921-1999). Físico estadounidense. Metodista. Premio Nobel de Física en 1981 por su contribución al desarrollo del láser espectroscópico.
Niels Bohr (1885-1965). Físico danés. Protestante. Premio Nobel de Física en 1922 por sus trabajos sobre la estructura atómica y la radiación.
Gerty Cori (1896-1957). Bioquímica estadounidense. Católica. Premio Nobel de Medicina en 1947 por descubrir el mecanismo por el que el glucógeno se convierte en ácido láctico en el tejido muscular. Fue la primera mujer que recibió este premio.
Eric Wieschaus (1947). Biólogo estadounidense. Católico. Premio Nobel de Medicina en 1995 por sus descubrimientos sobre el control genético del desarrollo embrionario.
Brian Kobilka (1955). Fisiólogo molecular y celular estadounidense. Católico. Premio Nobel de Química en 2012 por el estudio de los receptores acoplados a proteínas G.
Carlo Rubbia (1934). Físico de partículas italiano. Cristiano creyente. Premio Nobel de Física en 1984 por descubrir las partículas W y Z en el CERN.
Albert Claude (1899-1983). Biólogo belga. Católico. Premio Nobel de Medicina en 1974 por ensanchar el conocimiento de las células.
Werner Arber (1929). Microbiólogo suizo. Protestante. Premio Nobel de Medicina en 1978 por sus investigaciones sobre las enzimas de restricción.
Mario Molina (1943). Ingeniero químico mexicano. Católico. Premio Nobel de Química en 1995 por ser uno de los descubridores de las causas del agujero de la capa de ozono antártica.
Charles Hard Townes (1915-2015). Físico estadounidense. Miembro de la Iglesia Unida de Cristo. Premio Nobel de Física en 1964 por su trabajo fundamental en el campo de los electrones cuánticos.
William Daniel Phillips (1948). Físico estadounidense. Metodista. Premio Nobel de Física en 1997 por sus contribuciones al campo de la refrigeración mediante láser.
Max Born (1882-1970). Físico y matemático alemán. Protestante. Premio Nobel de Física en 1954 por sus trabajos en mecánica cuántica.
William Thomson (1929). Físico y matemático británico. Protestante. Es uno de los modernizadores de la física. Desarrolló la escala de temperatura Kelvin.
John Carew Eccles (1903-1997). Neurofisiólogo australiano. Católico. Estudió la transmisión de señales entre los nervios y los músculos.
Antonino Zichichi (1929). Físico italiano. Católico. Uno de los pioneros de la física nuclear, prolífico autor y galardonado con premios y grados en varios países.
José Agustín Pérez del Pulgar (1875-1939). Físico español. Sacerdote católico. Se especializó en electricidad y física matemática. Fundó la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de la Universidad Pontificia de Comillas.
Antonio Romañá Pujó (1900-1981). Matemático español. Católico y religioso de la Compañía de Jesús. Doctor en Ciencias Exactas, estudió el efecto-Tierra en la actividad solar, así como las manchas solares.
Piedad de la Cierva (1935-2012). Científica española. Católica. Fue pionera en los estudios de la radiación artificial en España.
Juan Martín Maldacena (1968). Físico teórico argentino. Católico. Ha hecho importantes estudios de la teoría de cuerdas y formuló la hipótesis más realista sobre el principio holográfico.
Maria Montessori (1870-1952). Médica, psiquiatra, bióloga y psicóloga italiana. Católica. Fue la primera mujer italiana que se doctoró en Medicina.
Raoul Bott (1923-2005). Matemático húngaro. Católico. Hizo notables contribuciones al campo de la geometría.
Manuel Carreira (1931). Astrofísico español. Sacerdote católico. Miembro del Observatorio del Vaticano, ha colaborado con la NASA en diversos proyectos.
Henri Breuil (1877-1961). Naturalista, arqueólogo y geólogo francés. Católico. Fue el pionero del estudio del arte paleolítico de las cavernas.
Wolfgang Pauli (1900-1958). Físico austriaco nacionalizado estadounidense. Cristiano excatólico. Premio Nobel de Física en 1946 por su descubrimiento del Principio de exclusión.
John Gurdon (1933). Biólogo británico. Anglicano. Premio Nobel de Medicina en 2012 por sus descubrimientos sobre la clonación.
Heinrich Rudolf Hertz (1857-1894). Físico alemán. Protestante. Descubrió el efecto fotoeléctrico, la propagación de las ondas electromagnéticas y las formas para producirlas y detectarlas.
Salvador Cervera (1935-2012). Médico psiquiatra español. Católico. Fue uno de los grandes impulsores de la psiquiatría científica basada en los fundamentos biológicos de la enfermedad mental.
Laurent Lafforgue (1966). Matemático francés. Católico. Es el actual director del Centro Nacional para la Investigación Científica (CNRS) de Francia.
César Nombela Cano (1946). Científico español. Católico. Especialista en microbiología y académico de número de la Real Academia Nacional de Farmacia, ha presidido el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España y actualmente es rector de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.
Pierre Macq (1930-2013). Físico belga. Católico. Hizo notables investigaciones en física nuclear experimental. Trabajó en el CERN y fue el primer rector laico de la Universidad Católica de Lovaina.
Gregorio Marañón (1887-1960). Médico y científico español. Católico. Fue el fundador de la endocrinología en España.
José María Albareda (1902-1966). Científico español. Sacerdote católico. Doctor en Farmacia. Fue el primer secretario general del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España y el primer rector de la Universidad de Navarra.
George Ellis (1939). Cosmólogo sudafricano. Cuáquero. Coautor del libro “La estructura a gran escala del espacio-tiempo” junto al físico británico Stephen Hawking.
Mary Kenneth Keller (1914-1985). Informática estadounidense. Religiosa católica. Fue la primera persona que se doctoró en Informática y la primera mujer en obtener un doctorado en Computación.
Russell Stannard (1931). Físico británico. Cristiano creyente. En 1998 La Reina Isabel II le nombró oficial de la Orden del Imperio Británico por sus contribuciones a la física, la Universidad Abierta y la popularización de la ciencia.
Karl Stern (1906-1975). Neurólogo y psiquiatra canadiense. Católico. Hizo investigaciones sobre neuropatología y psicoanálisis.
Charles Coulson (1910-1974). Matemático y químico británico. Metodista. Fue un pionero de la aplicación de la teoría cuántica de valencia a problemas de estructura molecular, dinámica y reactividad.
Arthur Peacocke (1924-2006). Bioquímico británico. Sacerdote anglicano. Fue pionero en investigar los principios de la química física del ADN.
Buzz Aldrin (1930). Ingeniero, Doctor en Ciencias y astronauta estadounidense. Presbiteriano. Fue la segunda persona en pisar la Luna, en 1969.
Owen Gingerich (1930). Astrónomo estadounidense. Cristiano creyente. Gran divulgador científico, dirigió el comité de la Unión Astronómica Internacional para la definición de planeta.
Stanley László Jáki (1924-2009). Físico húngaro. Sacerdote católico. Recibió el premio Lecompte du Noüy en 1970 y el premio Templeton en 1987.
Arthur Compton (1892-1962). Físico estadounidense. Presbiteriano. Descubrió el efecto Compton de los fotones de rayos X.
Theodosius Dobzhansky (1900-1975). Genetista ucraniano. Cristiano ortodoxo. Es uno de los fundadores de la segunda oleada de la síntesis evolutiva moderna.
* Fuente: Listado Científicos, Gobierno de Canarias.
La conmemoración de la Reforma, las tensiones en torno a la interpretación bíblica de la sexualidad o el crecimiento de las iglesias en Asia o África son algunos de los temas de la década que analizamos.
Estudiamos el fenómeno de la luz partiendo de varios detalles del milagro de la vista en Marcos 8:24, en el que Jesús nos ayuda a comprender nuestra necesidad de ver la realidad claramente.
Causas del triunfo de Boris Johnson y del Brexit; y sus consecuencias para la Unión Europea y la agenda globalista. Una entrevista a César Vidal.
Analizamos las noticias más relevantes de la semana.
Algunas imágenes del primer congreso protestante sobre ministerios con la infancia y la familia, celebrado en Madrid.
Algunas fotos de la entrega del Premio Jorge Borrow 2019 y de este encuentro de referencia, celebrado el sábado en la Facultad de Filología y en el Ayuntamiento de Salamanca. Fotos de MGala.
Instantáneas del fin de semana de la Alianza Evangélica Española en Murcia, donde se desarrolló el programa con el lema ‘El poder transformador de lo pequeño’.
José era alguien de una gran lealtad, la cual demostró con su actitud y acciones.
Celebración de Navidad evangélica, desde la Iglesia Evangélica Bautista Buen Pastor, en Madrid.
Madrid acoge el min19, donde ministerios evangélicos de toda España conversan sobre los desafíos de la infancia en el mundo actual.
Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores se realizan a nivel personal, pudiendo coincidir o no con la postura de la dirección de Protestante Digital.
Si quieres comentar o