¿Alguna vez has pensado en lo que podrías decir si tuvieras demencia? ¿Qué oiría la gente salir de tu boca?

Tal vez tú nunca lo hayas hecho, pero yo sí, y sí, oro para que nunca ocurra. Pero si sucede, es probable que ni siquiera sepa lo que estoy diciendo. Pero, ¿significa eso que no debería importarme?      

La Biblia dice: “Porque la boca habla de lo que el corazón está lleno”. O en otras palabras: “Lo que sale de la boca de una persona muestra de qué está hecha en su ser más íntimo”. Esto deja bastante claro de qué voy a hablar en un caso tan extremo, porque de esto es de lo que hablo ahora.

Aquellas cosas que permito que habiten en mi corazón, de las que hablo ahora en momentos de despreocupación; las cosas que me emocionan, y también las que me hacen detener y reflexionar, por las que me lamento y, en el mejor de los casos, oro por ello. Todo esto viene de mi corazón. 

Lo que deseo     

Anhelo que salgan de mi boca muchas cosas buenas, bonitas y positivas. Pero tal vez lo más importante sea entender qué es lo que la gente oye ahora cuando hablo. ¿Y qué saben de ti? ¿Cosas positivas y agradables? ¿Superficialidades? ¿Chismes? ¿Desvaríos?

¿Reconoce la gente lo que decimos ser, que queremos ser personas de esperanza y paz, gente del Libro?

¿Cómo entra lo que se supone que va a salir?

Estos días estoy leyendo el libro de Jürgen Werth “Lieber Dietrich ... Dein Jürgen - Über Leben am Abgrund - ein Briefwechsel mit Bonhoeffer”  (Querido Dietrich ... Tuyo, Jürgen - Sobre la vida al límite - intercambio de cartas con Bonhoeffer). Jürgen Werth, un ex miembro de la junta directiva de la Alianza Evangélica Europea (AEE), responde a las cartas que Bonhoeffer escribió mientras estaba encarcelado.

Dietrich Bonhoeffer escribe desde la prisión de Tegel, el domingo de Pascua de 1943, cómo, antes de acostarse, seguía repitiendo los versículos de la Biblia que había aprendido de memoria durante el día y leía himnos y salmos a las 6 de la mañana.

Los guardias y los compañeros de prisión le consideraban una persona extraordinaria. Evidentemente, la entrada influye en la salida.

Compromiso bíblico

Hubo una época en la que el tiempo de lectura de la Biblia para una persona normal   estaba en una proporción muy diferente al aporte de noticias y otros tipos de comunicación. El otro día hablé con un holandés de unos cincuenta años. Me dijo que, cuando era niño, en su familia se leía la Biblia en cada comida. Cuando le pregunté cómo se hacía ahora en su familia, me contestó: “Después de una comida al día, y de hecho acabamos de cambiar a un plan de lectura de la Biblia”.

El tema de la AEE para el primer semestre de 2021 es el ‘Compromiso Bíblico’. El compromiso bíblico necesita tiempo y espacio. Sin embargo, vivimos en una época en la que todo tipo de medios compiten por nuestra atención. Es un reto salvaguardar el espacio en el que podamos estar expuestos y sin obstáculos al compromiso y la oración bíblicos.  Muchos mensajes (negativos) en diferentes canales quieren cegarnos constantemente. Pero la entrada determina la salida y dará forma a nuestros pensamientos y luego a nuestro discurso.

No existe una fórmula mágica, pero sí el discernimiento espiritual. ¿Te dejarás arrastrar por cualquier noticia? ¿O le pedirás al Espíritu Santo que te ayude a distinguir lo que sale de tu boca y en base a ello determinar lo que esto significa respecto a la aportación a la que debes exponerte?

¿Cómo sería, pues, hacerlo como Bonhoeffer? ¿Compromiso bíblico al levantarse, al mediodía y al final de la jornada? ¿Llenar lo que se supone que debe salir? Esto será verdaderamente una Buena Noticia.

Thomas Bucher es el secretario general de la Alianza Evangélica Europea.