Nada se dice de la infancia, la juventud ni la familia del apóstol, excepto seis versículos en la epístola a los Romanos y una breve alusión a un sobrino y una hermana en Hechos 23:16.
En el libro histórico de los Hechos de los Apóstoles, escrito por el médico y evangelista Lucas, el apóstol de los gentiles, como se le denomina, aparece con dos nombres: Saulo y Pablo. Saulo es la forma helenizante del hebreo Sa’ul, nombre propio de varios judíos en tiempos del Nuevo Testamento. Según Lucas, Saulo era su nombre propio y Pablo su nombre romanizado con el cual sería conocido más adelante hasta el día de hoy.
Saulo, antes de ser Pablo, aparece en la Biblia con motivo del apedreamiento de Esteban. Se le calculan entonces unos treinta años. Nada se dice de su infancia, ni de su juventud, ni de su familia, excepto seis versículos en la epístola a los Romanos y una breve alusión a un sobrino y una hermana en Hechos 23:16.
Los biógrafos que han estudiado la vida de Pablo coinciden que nació en Tarso, famosa ciudad de Cilicia (Hechos 1:11), no lejos del mar, diez años después de la muerte de Cristo. Sus padres eran judíos ortodoxos, miembros de la tribu de Benjamín, como Pablo reclama: “hebreo de hebreos, en cuanto a la ley, fariseo” (Filipenses 3:5).
De su padre, Pablo heredó junto a la ciudadanía de Tarso el derecho de ciudadanía romana, como refiere en Hechos 21:26-28. Según era habitual entre los judíos de confesión farisea, a la edad de cinco años empezó a leer el Antiguo Testamento. Al mismo tiempo aprendía el idioma griego, que era habitual en Tarso. Al cumplir los 15 años fue enviado a Jerusalén a fin de profundizar en el conocimiento de la Escritura. Algunos biógrafos sostienen que inició la carrera de rabino en la escuela del más famoso maestro de la época, el rabino Gamaliel (Hechos 22:3). Bajo la dirección de Gamaliel estudió a fondo el Antiguo Testamento y las interpretaciones de los rabinos.
Como escribí anteriormente en estas letras, muy poco sabemos de la familia de Pablo, excepto breves alusiones a una hermana, un sobrino y la mención de seis parientes.
¿Estuvo Pablo casado? A pesar de las investigaciones llevadas a cabo por prestigiosos tratadistas del Nuevo Testamento nada se ha aclarado.
En 1ª Corintios 9:5 la versión Reina Valera de la Biblia hace decir a Pablo: “¿No tenemos derecho de traer con nosotros una hermana por mujer como también los otros apóstoles?”. Otras versiones de la Biblia traducen mujer por esposa, como la prestigiosa Nueva Traducción Viviente, donde se lee: “¿No tenemos derecho a llevar con nosotros a una esposa cristiana?”. El teólogo jesuita Juan Leal, traductor y comentarista de una acreditada versión de la Biblia llevada a cabo por la Orden Jesuita, sostiene que la esposa de Pablo, de la que luego se divorció, le acompañó en algunos de sus viajes misioneros.
Esto no resuelve la incertidumbre si Pablo estuvo casado alguna vez, o no lo estuvo nunca. Los investigadores del tema suelen optar por dos posiciones mayoritarias: Una, había estado casado y enviudó, sin contraer nuevo matrimonio. En la primera carta a los Corintios escribe: “Digo a los solteros y a las viudas que bueno les fuera quedarse como yo” (1ª Corintios 7:8). Según este texto a Pablo se le clasifica entre los viudos, porque el matrimonio era preceptivo en el caso de los rabinos, aunque no consta evidencia alguna en la Biblia.
Una segunda posición posible establece que Pablo pudo haber estado casado, pero se divorció porque su mujer no estaba dispuesta a seguir el ritmo de sus viajes. Este supuesto ha sido vinculado con el llamado “privilegio Paulino”, consistente en el derecho que tiene de romper el vínculo matrimonial la parte cristiana cuando considera que la otra no se aviene a seguir su estilo de vida.
La idea de que Pablo estuvo casado antes de su conversión no cuenta con evidencia bíblica alguna que lo atestigüe de manera absoluta.
En el capítulo 16 de la epístola a los Romanos Pablo menciona a seis parientes.
Aunque él no había estado nunca en la capital del imperio cuando escribe la carta a los Romanos, era natural que conociese a un buen número de cristianos establecidos en Roma y a otros que le habían ayudado en su ministerio en diferentes ciudades. A todos manda saludos, empezando por Febe. Más adelante menciona a parientes carnales: Andrónico, su esposa Junías, Herodión, Lucio, Jasón y Sosípatro. Aquí se dice que no sólo que eran compatriotas judíos, sino que además eran familiares de Pablo.
El matrimonio compuesto por Andrónico y Junías fue compañero de prisiones de Pablo. La frase “muy estimados entre los apóstoles” indica que colaboraron con los doce y prestaron un servicio muy estimado en la obra del Señor. Además de Andrónico y Junías, Pablo incluye a Herodión como pariente según la carne. En los versículos 7 y 12 cuando Pablo dice de estos familiares que “fueron antes de mi en Cristo” está infiriendo que fueron convertidos antes que él.
Según Barclay, “Lucio puede ser uno de los profetas y maestros de Antioquía que primero enviaron a Pablo y Bernabé a sus viajes misioneros. Sosípatro puede ser el Sosípatro de Berea que llevó la parte de su Iglesia en la colecta con el grupo que fue a Jerusalén, y Jasón puede ser el Jasón que dio hospitalidad a Pablo en Tesalónica y que sufrió por él a manos de la multitud”, según Hechos 17.
Nada más se dice de estos tres parientes.
Cuenta Lucas en los capítulos 21, 22 y 23 de los Hechos que unos judíos de Asia, al ver a Pablo en el templo de Jerusalén, alborotaron la ciudad y procuraron matarle. Cuando iban a meter a Pablo en la fortaleza pidió permiso para hablar al pueblo. Su discurso ocupa 21 versículos. No convenció. Algunos de los presentes gritaron al tribuno de la ciudad: “Quita de la tierra a este hombre, porque no conviene que viva”. Cuando empezaron a azotarle con correas aludió a su ciudadanía romana, por lo que cesaron los azotes. Al día siguiente, el tribuno, queriendo saber las causas por la que querían matar al apóstol, convocó “a los principales sacerdotes y a todo el concilio para escuchar de nuevo a Pablo. Temiendo que los revoltosos llegaran a matarlo, lo protegió”. Al día siguiente más de 40 judíos tramaron un nuevo complot para matarlo.
“El hijo de la hermana de Pablo” tuvo noticias del complot. Es la primera y única vez que se menciona a la hermana de Pablo en la Biblia. Sólo una línea. Por esta razón el lector advertirá que en todo lo que llevo escrito no la he mencionado antes; imposible escribir la biografía de una mujer con sólo una línea de documentación. Es de creer que la hermana estaba casada en Jerusalén, pero no hay ninguna noticia al respecto.
El sobrino de Pablo, inteligente y decidido, compareció ante el tribuno y le puso en antecedentes de lo que se tramaba contra Pablo. El tribuno, convencido del peligro que corría Pablo, lo envió al gobernador Félix. Las precauciones que tomó el tribuno para que nada ocurriese a Pablo durante el traslado hasta Cesaréa parecen excesivas. Lo hizo proteger por “doscientos soldados, setenta jinetes, y doscientos lanceros” (Hechos 23:23) Todos al cuidado de un solo hombre que no portaba arma alguna.
Así termina esta historia, que la he alargado hasta llegar a la hermana de Pablo.
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