Todo aquello que pensábamos que daría sentido a nuestra existencia puede, de la noche a la mañana, dejar de hacerlo.
Uno puede pensar a la luz de las primeras escenas de The Sound of Metal (2019) que nos encontramos ante una película como Whiplash (2014). Una magnifica y tensa, pero controvertida, cinta sobre un joven aspirante a baterista. Pero, en realidad, estamos ante un tema muy distinto: cómo los inesperados reveses de la vida, y que echan al traste nuestros proyectos de futuro, pueden, sin embargo, llevarnos a descubrir otra realidad insospechada. Esto es lo que le sucede a Ruben, el protagonista de The Sound of Metal que, repentinamente, empieza a quedarse sordo. Su vida es su batería, pero su incipiente pérdida de audición ponen en duda que todo pueda seguir girando en torno a sus conciertos. Y es que nuestros planes pueden cambiar en unos momentos. Todo aquello que pensábamos que daría sentido a nuestra existencia puede, de la noche a la mañana, dejar de hacerlo.
En el papel de Ruben, el baterista de heavy-metal con un transfondo de adicción a las drogas, tenemos al actor británico de origen pakistaní Riz Ahmed, que ha aparecido, entre otras cintas en Rogue One: Una historia de Star Wars (2016) o Venom. La interpretación de Riz Ahmed es excelente. Le acompañan en el reparto Olivia Cooke, como Lue, la novia de Ruben, cuya vida se desenvuelve asimismo en torno a la música. Como otro protagonista principal tenemos también al muy convincente Paul Raci, como Joe, en el papel de responsable del centro de acogida de personas con sordera al que acuden Ruben y Lou en busca de soluciones. Raci resulta muy genuino y auténtico, como un veterano de la guerra de Vietnam que ha superado el alcoholismo. El actor Paul Raci es hijo, además, de padres sordos, y domina a la perfección el lenguaje de signos. Y esto se nota en su interpretación. La trama de esta película gira en torno a ese centro, y el modo en el que sus variopintos residentes, encabezados por Joe, afrontan la hipoacusia. Joe, respetando a todos los que busquen alternativas para recuperar la audición, considera que la dificultad de algunos de los que allí se encuentran no reside en sus oídos sino en sus mentes. En la aceptación, o no, de lo que sería ahora para ellos su nueva normalidad. Para Joe la sordera no es una desventaja, sino una forma de vida distinta en la que hay contrapartidas. Todo depende de cómo se miren las cosas. Este es uno de los temas de la cinta. El director, Darius Marder, testigo de cómo su abuela afrontó la sordera, consigue transportarnos hábilmente, una y otra vez a lo largo de la cinta, y de una manera paulatina, desde un mundo ensordecedor, a otro donde reina el silencio. Lo hace de un modo muy inteligente, procurando que podamos entender la discapacidad auditiva desde dentro. Como afirma Alejandro Alegré en El Confidencial: “Marder genera dosis considerables de tensión dramática a través de un diseño de sonido que amplifica la confusión y la rabia que azotan a su protagonista, a menudo a través de cambios abruptos de enfoque: primero nos adentra en la perspectiva de Ruben -la banda sonora pierde sus contornos, las voces se difuminan y se ahogan- y luego, de repente, la película abre plano para presentarnos todos los sonidos cotidianos que él ya no puede escuchar, ya sean las risas de un grupo de comensales o sus propios dedos golpeando rítmicamente un tobogán”. Es digno de admiración el respeto y la ternura, desprovista de todo paternalismo, con la que se trata la hipoacusia. A algunos nos ha recordado la sensibilidad de la albaceteña Rozalén en sus conciertos, acompañada de Beatriz Romero, su signante. Esta ha dicho que: "Ver es la forma de escuchar de un sordo”, y la película consigue que viendo, nos introduzcamos en esa otra realidad de la sordera. Algunas escenas de este rodaje me recuerdan muy vívidamente el cine de Terrence Malick: la cámara deslizándose pausadamente por distintos paisajes y elementos de la naturaleza, a modo de indicios de lo que hay de trascendente en los objetos más cotidianos de la creación de Dios.
Aunque es Ruben el que toma la decisión final, es Lue la que está detrás de su ingreso en la comunidad, lo cual implica su separación, al menos por algún tiempo. En su nueva existencia, la cinta refleja con gran naturalidad como Ruben experimenta frustraciones, e ira, pero también el calor y el compañerismo de los residentes de ese centro de acogida, muchos de ellos con trasfondos tan complejos como el suyo. Incluso Ruben percibe que puede llegar a ser muy útil para otros, siguiendo las indicaciones de Joe sobre cómo ayudar. De hecho, hay aspectos atractivos en esa nueva normalidad que le ha sido impuesta. Pero, finalmente, Ruben comprende que está ante un dilema. Ahora que ha conocido otro modo de existencia tiene que optar por recuperar lo que tenía antes, de alguna manera, o quedarse con esa vida en silencio, como su nuevo mundo. Esta alternativa, poder oír de nuevo mediante una operación en la que le colocan unos implantes cocleares, es, ciertamente, legítima a todas luces. Pero, puede elegir, como ha hecho la comunidad, por aceptar una nueva normalidad con sus oscuros pero también sus claros.
Pero, en su caso particular, para llegar a la aceptación de su nueva condición, Ruben necesita una buena terapia, y algo más. Necesita experimentar por sí mismo lo insospechado, lo que se puede descubrir en el silencio, lejos del ruido atronador que caracteriza a nuestro mundo. En una de sus conversaciones, Joe le desvela el secreto de la paz que tiene en su vida a solas en su habitación, y le dice que: “ esos momentos de sosiego, ese refugio es el Reino de Dios, y ese refugio nunca te abandona”. Y es que hay una vivencia sobrenatural a la que muy someramente se alude en la cinta, pero que es la que explica la filosofía del centro, y que tiene que ver, en esas palabras de Joe a Ruben, con la experiencia del Reino de Dios en uno mismo. Comentando esta frase de la cinta, Brett McCracken dice que: “Es la línea clave a la que vuelve la película en su toma final, y una que tiene una sorprendente resonancia del evangelio”. Y es que nuestro Señor Jesucristo, el Rey, ha inaugurado con su venida el Reino de Dios. Un Reino al que cualquiera por muy perdido que esté, puede acceder, porque no depende de nosotros sino del poder del Espíritu (Juan 3:3). Un Reino que ya está presente por ese Espíritu que nos ilumina para ver la gloria de Dios en la faz de Jesucristo. Y es que es solo por la confianza en la vida y muerte del Señor que somos introducidos en su Reino. Un Reino que todavía no ha alcanzado su plenitud, pero que alcanzará esa consumación final con el Regreso del Rey.
Una realidad, la del Reino que, a veces, puede pasar desapercibida a menos que nos paremos y tengamos un momento para la quietud. Y esto es justamente lo que Joe le aconseja a Ruben que haga. En su caso, su sordera le puede abrir una puerta a una verdad inusitada. La enorme dificultad de Ruben para estarse quieto y callado, a solas consigo mismo, es una parábola de nuestro mundo actual. Ya lo decía Blaise Pascal: “Todos los problemas de la Humanidad residen en la incapacidad del ser humano para quedarse sentado a solas y en silencio, en una habitación”. Dios nos dice en su Palabra: “En descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza” (Isaías 30:15). O en el Salmo 46:10: “Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; Seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra”. El consejo de Joe a Ruben está en la línea de Isaías 30:7: “Su fortaleza sería estarse quietos”. Como afirma Rusty McKie, esta cinta, realizada antes de la pandemia, es: “Extrañamente oportuna … para algunos la cuarentena ha transformado el ruido y el ritmo frenético de la vida en un silencio y una quietud desconcertantes”. Lo cual es, asimismo, la experiencia de muchos de nosotros durante el pasado confinamiento domiciliario. Curiosamente, en la Escritura, se asocia el silencio con la aptitud adecuada para contemplar a Dios y sus obras: Habacuc 2:20; Sofonías 1:7; Zacarías 2:13. Incluso en el cielo, se hace silencio, ante la revelación de los justos caminos de Dios (Apocalipsis 8:1). Quizás tu también necesitas sosiego para así oír la voz de Dios. ¿Te has parado a pensarlo? ¿Puedes hacer un alto en medio del frenesí de la vida y admirar a Dios y sus caminos?
Pero, como Ruben, y como Lue en ciertos aspectos, nosotros también podemos perder todo lo que daba sentido a nuestra vida. Ruben, al final de la película, en su silencio, parece apreciar que, aún así, no todo se ha desvanecido. Y es que, como afirmó Martín Lutero, aunque todo lo que más queremos se vaya a pique: “De Dios el Reino queda”. Por eso, ¡busca el Reino de Dios ahora! Párate, y escucha la voz de Cristo que te dice: “El tiempo se ha cumplido, y el Reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio” (Marcos 1:15). Y, mientras tanto, como iglesia también, en medio de nuestras nuevas y viejas normalidades, tantas veces frustrantes las unas y las otras, no cesamos de implorar al Señor, al unísono, o en silencio: ¡Venga tu Reino!
La conmemoración de la Reforma, las tensiones en torno a la interpretación bíblica de la sexualidad o el crecimiento de las iglesias en Asia o África son algunos de los temas de la década que analizamos.
Estudiamos el fenómeno de la luz partiendo de varios detalles del milagro de la vista en Marcos 8:24, en el que Jesús nos ayuda a comprender nuestra necesidad de ver la realidad claramente.
Causas del triunfo de Boris Johnson y del Brexit; y sus consecuencias para la Unión Europea y la agenda globalista. Una entrevista a César Vidal.
Analizamos las noticias más relevantes de la semana.
Algunas imágenes del primer congreso protestante sobre ministerios con la infancia y la familia, celebrado en Madrid.
Algunas fotos de la entrega del Premio Jorge Borrow 2019 y de este encuentro de referencia, celebrado el sábado en la Facultad de Filología y en el Ayuntamiento de Salamanca. Fotos de MGala.
Instantáneas del fin de semana de la Alianza Evangélica Española en Murcia, donde se desarrolló el programa con el lema ‘El poder transformador de lo pequeño’.
José era alguien de una gran lealtad, la cual demostró con su actitud y acciones.
Celebración de Navidad evangélica, desde la Iglesia Evangélica Bautista Buen Pastor, en Madrid.
Madrid acoge el min19, donde ministerios evangélicos de toda España conversan sobre los desafíos de la infancia en el mundo actual.
Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores se realizan a nivel personal, pudiendo coincidir o no con la postura de la dirección de Protestante Digital.
Si quieres comentar o