Valentía y cobardía

Hace muchos, muchos años, durante la clase de música, cuarenta y dos alumnas cantaban al unísono, con tan mala fortuna que la melodía no terminaba de escucharse bien por causa del mal oído de una de ellas. La profesora se enfadaba una y otra vez, daba gritos, pedía que esa chica cerrase la boca para no estropear el conjunto de voces que debía resultar angelical. Pero la alumna que entonaba mal no se daba por aludida. El mal oído tiene esas cosas. Cuanto más le advertía, más se esforzaba la criatura en dar la nota. La profesora, desconocía quien era, insistía e insistía en que callase, y sus nefastos acordes continuaban sobresaliendo sobre los demás. Harta ya, situada al otro extremo de la clase, pidió que fuesen las compañeras las que diesen el paso, descubrieran de quién se trataba y le dijesen que cerrara la boca, que cantaba fatal, que no era apta para estar allí. Aquella mujer adulta se hacía la valiente al vociferar, al mandar poner en evidencia a la chiquilla. Sin embargo, no era capaz de afrontar el problema, por eso pedía que fueran las propias amigas de la víctima las que diesen la cara y lo revolvieran. Era valiente al proclamar el problema y cobarde al no afrontarlo. 

La alumna, una chica estupenda que sacaba sobresaliente en todo menos en música, buena amiga, leal y comprometida, nunca supo que era la causante. Ninguna de las compañeras quería perder su amistad. Además, tampoco era obligación de ellas acusarla.

¿Pueden unirse la valentía y la cobardía? Sí, aunque el resultado ambos conceptos no es bueno, es una actitud tramposa. 

Hay personas que son valientes en apariencia al pronunciar sus verdades a voz en grito, pero en el fondo no se enfrentan con quien de verdad tienen que hacerlo. Más bien envían emisarios a dar la cara. Los que aceptan el reto ven esta cobardía camuflada de liderazgo y se sienten como siervos enviados a hacer la supuesta justicia que la persona valiente-cobarde les indica, como la profesora de canto, sólo que en aquella clase las alumnas fueron leales a su amiga y no la descubrieron.