Puzzle

Por Ana Pérez Bernad

Doy gracias a Dios porque Él tiene el control de mi vida, porque Él me da la paz que necesito y porque Él me cuida.

Quiero que imagines que antes de que nos confinaran fuiste a comprar un puzzle de 5000 piezas y un marco precioso, porque cuando lo termines, quieres colgarlo en tu comedor. Durante todo este tiempo, con mucho cuidado, lo has estado montando, y ya solo te quedan 10 piezas por colocar. Pero de repente viene alguien y te tira todo el puzle al suelo.

Tú te desesperas, es una gran frustración. Miras las piezas tiradas y solo te dan ganas de cogerlo todo y tirarlo por la ventana. Pero antes de que puedas hacer nada, por la puerta entra tu mejor amigo. Te mira a los ojos, te coge de las manos, que todavía están temblando y te dice: ‘Te voy a ayudar a montarlo de nuevo’.

Después de un rato, el puzzle está montado. ¿Cómo lo habéis montado tan rápido? ¡Además es más precioso de lo que imaginabas! Lo enmarcas y lo cuelgas en la pared. Cada vez que mires el cuadro, te acordarás de la ayuda de tu amigo.

Pues así es como me he sentido en muchas ocasiones desde que me prometí con Marc: hemos planeado y soñado con cosas que de repente se desmontaban.

Pero Dios ha venido y nos ha ayudado a montarlo de nuevo, y al final todo ha resultado mucho mejor de lo que esperábamos. La última vez ha sido hace poco. Teníamos planes de casarnos este 18 de abril. Ya habíamos tachado muchas tareas de la lista de cosas por hacer. Pero entonces apareció el virus, y el confinamiento. Y parecía que todo estaba por el suelo. Pero una vez más, Dios nos ayudó a montarlo de nuevo.

Estamos convencidos de que cuando Él permita que nos casemos nuestra boda será como un cuadro espectacular que nos recordará que Dios siempre está a nuestro lado para mejorar las cosas que se nos estropean.

Entonces colgaremos nuestro puzzle perfectamente acabado en nuestro comedor y podremos enseñarlo a otras personas para que vean que Dios tiene el control de nuestras vidas, que Él nos da la paz que necesitamos y que Él nos cuida.

“Y a aquel que es poderoso para hacer todo mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que obra en nosotros, a Él sea la gloria en la iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones, por los siglos de los siglos. Amén” (Efesios 3:20-21).

Ana Pérez Bernad – Obrera de APEEN – Barcelona (España)

¿Quieres escribir en Tu Blog? Infórmate aquí.