Los pecados sexuales en términos generales se llaman “fornicación” en la Escritura.
La semana pasada empezamos la tercera parte de este serie sobre los desafíos con la amenaza de la destrucción sistemática de la familia en la sociedad actual. Hoy vamos a profundizar un poco más. En pocas palabras quiero brevemente mencionar algunos temas que me parecen importantes en este contexto. No hay espacio para entrar en estudios detallados aunque el tema indudablemente lo merece.
Al mismo tiempo quiero limitarme en este contexto estrictamente al ámbito de la Iglesia y la vida de los creyentes. Ya mencioné la situación que existe en el mundo. Hoy hablamos de la Iglesia del Señor porque tenemos bastante que barrer delante de nuestras propias puertas.
Antes que nada hay que aclarar un error bastante extendido: aquel de que “todos los pecados son iguales”. No es así. Sin ir más lejos: los pecados sexuales no son igual que todos los demás. 1 Corintios 6:18 dice:
Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca. ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.
Las palabras de Pablo no admiten otra lectura. Con mucho que hayan cambiado los tiempos, las normas éticas y las leyes en nuestra sociedad, no cabe ninguna duda que la Biblia no aprueba las relaciones extramatrimoniales, homosexuales o prematrimoniales. No son una opción para el creyente. Los pecados sexuales en términos generales se llaman “fornicación” en la Escritura.
Que la Biblia prohibe en muchos lugares explícitamente las relaciones extramatrimoniales es un hecho conocido y no necesita ser comprobado específicamente en este contexto. Otra cosa son las relaciones prematrimoniales. Hay un texto central que establece con claridad las normas divinas. En Génesis 2:24 leemos:
Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.
El “dejar” la casa paterna se lleva acabo en un acto formal y público. Reservándose exclusivamente para el futuro cónyuge está en consonancia con la voluntad de Dios. Esto no solamente honra a la otra persona sino también a Dios como Creador. Otro texto bíblico sería la forma como José trata a María. En el contexto judío tanto del AT como del NT relaciones prematrimoniales se consideraban como una violación del séptimo mandamiento. Los argumentos que a veces se oyen en círculos cristianos para justificar las relaciones prematrimoniales vienen de cualquier lugar menos de la Biblia y sus principios. La Iglesia del Señor tiene la tarea de hacer todo lo posible para que los creyentes (y también los que no lo son) entiendan lo que es la voluntad de Dios. Pero desde luego no es llamada a adaptarse a las costumbres del mundo.
En este contexto quiero resaltar específicamente que el adulterio no solamente se limita a una unión física. Jesucristo menciona en Mateo 5:28 la función de los ojos. Y esto me lleva a otro tema que quiero mencionar porque supone uno de las grandes amenazas para el cristiano al inicio del siglo XXI: la pornografía en internet.
Aunque los datos a continuación se refieren a los creyentes evangélicos en EE.UU.1 -como de costumbre- no creo que haya una diferencia significante con los evangélicos europeos.
El 37% de los pastores norteamericanos admitía que veía regularmente pornografía en internet. Más de la mitad dijo haber visitado páginas pornográficas en los últimos 12 meses.
El 29% de los evangélicos afirmó que no veía ningún problema con ver películas con comportamientos sexuales explícitos. Y el 57% de los pastores dijo que la adicción a la pornografía era el factor que más daño causaba en sus congregaciones. Son cifras escalofriantes.
Con una situación así ¿quién puede poner en duda el enorme daño que esto está causando en la vida espiritual de un creyente? Y esos pastores y creyentes son directamente responsables de una de las mayores tragedias dentro de las iglesias: la credibilidad, fuerza moral y el vigor espiritual del cristianismo se ve gravemente afectado por este comportamiento. El daño causado por la adicción a la pornografía para la Iglesia del Señor es incalculable. No cabe otra cosa que avisar de la gravedad del asunto, predicar el arrepentimiento y enseñar maneras de evitar el problema.
El tema de la homosexualidad es tan evidente que no quiero dedicarle mucho espacio. La homosexualidad practicada es un pecado condenado en el AT y el NT en tantos lugares que de nuevo no hace falta ni especificarlos. Solamente una exégesis deficiente y chapucera es capaz de torcer estos textos bíblicos de tal modo que algunos luego se atreven a proclamar que la Biblia no dice nada en contra de tales prácticas. Aunque la legislación actual en la totalidad de los estados de la UE equipara las prácticas homosexuales a las heterosexuales e incluso concede a las parejas homosexuales el derecho de contraer matrimonio e adoptar hijos, la postura de la Biblia es evidente: la homosexualidad practicada es un pecado según la Palabra de Dios y por lo tanto no una opción que un creyente puede escoger y contar con la bendición de Dios. Que esto se manifieste en un odio abismal contra el Dios de la Biblia y sus seguidores consecuencia lógica de esta actitud.
De la misma manera es evidente que la Biblia habla desde el primer momento de las diferencias que existen entre hombre y mujer. No son intercambiables. Hombre y mujer no tienen las mismas funciones, ni son iguales en su forma de ser. No es cuestión de superioridad o inferioridad. Se trata simplemente de constatar que hay difrencias físicas, psíquicas y emocionales. Que esto no tiene nada que ver con la absoluta igualdad delante de Dios debería ser evidente. En cuanto a la salvación en Cristo no hay diferencia entre hombre y mujer, claro está.
La Iglesia, por lo tanto, debe de rechazar tajantemente todos los intentos de la nivelación de las diferencias creadas por Dios como algo ajeno a la voluntad de Dios.
Y un último tema quiero mencionar en este contexto: las iglesias no deben, ni pueden callarse antes casos de abuso sexual o violencia doméstica entre sus miembros. Los niños y las mujeres deben de estar bajo protección especial de los que tienen autoridad en la iglesia. Mirar por otro lado no es una solución. El machismo que se cree superior y con todo el derecho de imponer su criterio por la violencia física o verbal es una ofensa contra Dios y una perversión de lo que Dios ha creado: el matrimonio.
Una de las mejores contribuciones que la Iglesia puede hacer para renovar la sociedad es ofrecer enseñanza bíblica sobre estos temas y hacer todo lo posible para fomentar una vida familiar cristiana. Esto tiene que ser una de sus prioridades más importantes. Y nunca debe olvidar: una iglesia es el lugar donde se da la bienvenida a aquel que está cargado de pecados. Y no importa qué tipo de pecados. El Hijo del Hombre ha venido para los enfermos, no para los que se creen sanos. Una iglesia no es un museo de santos perfectos, sino un hospital de enfermos donde se ofrece ayuda y sanación a aquel que se ha dado cuenta de su pecado. El creyente no es mejor que nadie, pero es alguien que sabe dónde encontrar ayuda para recibir perdón y vida nueva.
Notas
La conmemoración de la Reforma, las tensiones en torno a la interpretación bíblica de la sexualidad o el crecimiento de las iglesias en Asia o África son algunos de los temas de la década que analizamos.
Estudiamos el fenómeno de la luz partiendo de varios detalles del milagro de la vista en Marcos 8:24, en el que Jesús nos ayuda a comprender nuestra necesidad de ver la realidad claramente.
Causas del triunfo de Boris Johnson y del Brexit; y sus consecuencias para la Unión Europea y la agenda globalista. Una entrevista a César Vidal.
Analizamos las noticias más relevantes de la semana.
Algunas imágenes del primer congreso protestante sobre ministerios con la infancia y la familia, celebrado en Madrid.
Algunas fotos de la entrega del Premio Jorge Borrow 2019 y de este encuentro de referencia, celebrado el sábado en la Facultad de Filología y en el Ayuntamiento de Salamanca. Fotos de MGala.
Instantáneas del fin de semana de la Alianza Evangélica Española en Murcia, donde se desarrolló el programa con el lema ‘El poder transformador de lo pequeño’.
José era alguien de una gran lealtad, la cual demostró con su actitud y acciones.
Celebración de Navidad evangélica, desde la Iglesia Evangélica Bautista Buen Pastor, en Madrid.
Madrid acoge el min19, donde ministerios evangélicos de toda España conversan sobre los desafíos de la infancia en el mundo actual.
Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores se realizan a nivel personal, pudiendo coincidir o no con la postura de la dirección de Protestante Digital.
Si quieres comentar o