Y es que María Teresa Fernández de la Vega, junto a otras mujeres de la política, de la prensa y de la cultura, hizo un acercamiento al África negra, al foco de conflicto, allí donde la pobreza es un insulto a la humanidad y un escándalo que nos quita a todos parte de nuestra dignidad como personas. Allí, De la Vega se puso un atuendo típico de las mujeres del lugar que habría sido un insulto para aquellas mujeres no ponérselo.
Por un momento, De la Vega se contextualizó y se identificó con la lucha que llevan esas mujeres desde la pobreza. Se trataba de llevarles ayudas desde la cooperación española. Y este rasgo de inculturación y de solidaridad con la mujer africana, no debe pasarle factura política... aunque yo creo que no se la pasó. Porque no sólo María Teresa prefiere dar esa imagen en Mozambique junto a las mujeres africanas, sino muchos españoles. Y, entre ellos, muchos cristianos.
La sensibilidad cristiana debe estar más cerca de la foto de la vicepresidenta en esta viaje africano que con otras fotos de los políticos identificándose con la violencia, con las guerras o con otras insolidaridades.
Yo creo que la intervención de Zaplana no fue solamente un rasgo de ignorancia o de machismo como le achacó De la Vega, sino un rasgo de insolidaridad con el mundo pobre y negro, con las mujeres africanas. Cualquier cristiano que valore los valores del Reino que trajo Jesús, se va a posicionar, inmediatamente, del lado de la Vicepresidenta. Yo creo que son en estos rasgos políticos, como el viaje de De la Vega a Mozambique, en ese acercamiento al mundo pobre, donde parece que puede haber un cierto ecumenismo en lo social.
Ese viaje, lo mismo lo podría haber hecho María Teresa Fernández de la Vega, que el Papa o que un pastor protestante que representara los valores solidarios y comprometidos de la misión diacónica de la Iglesia. Son en esos viajes donde se podrían juntar las diferentes confesiones religiosas con algún que otro ateo de por medio. Son desde estas actividades desde donde se pueden derivar aprobaciones de Jesús como la de
“por mí lo hicisteis”, aunque algunos de los comprometidos en estas líneas solidarias, que quizás ni saben si creen o no, o incluso se confiesan ateos, podrían ser de los inconscientes que deben preguntar a Jesús desde su perplejidad:
“Señor, ¿cuándo?”. Porque quizás, con el Señor, no se cumple sólo desde las cuatro paredes del templo. Hay formas de hacer su voluntad que se pueden dar desde el mundo secular... porque Dios no se deja encerrar en los templos por nadie, ni siquiera por los llamados cristianos. Él será quien, en última instancia, deberá dar su aprobación o reprobación para salvación o condenación.
Por tanto, un gesto político y una escaramuza en el Congreso de los Diputados, puede hacernos reflexionar a los cristianos de todo el mundo. Y es que
quizás, el cumplimiento de la gran tarea de los que somos sus discípulos, que algunos llaman con el anglicismo de “gran comisión” que nosotros en España deberíamos decir “la gran tarea”, no se cumpla sólo con palabras, pues los gestos hablan, las acciones comunican y la solidaridad evangeliza, fundamentalmente cuando parte de personas comprometidas con el cristianismo. Quizás con María Teresa de la Vega no sea este el caso, pero el ejemplo ahí queda. El atavío que se puso nuestra vicepresidenta, es una llamada a todos los hombres, incluidos los cristianos, a la práctica de la solidaridad, en este caso con la mujer negra y pobre, pero que se puede extrapolar a todas aquellas personas que sufren pobreza o marginación.
Señor, ayúdanos a los cristianos a ser también ejemplo y que sepamos ponernos el atavío de la solidaridad para con el mundo pobre y todos los sufrientes de nuestra historia. Porque eso es lo que tú quieres y de ello nos diste ejemplo.
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