Del 5 al 8 de Diciembre tuve el privilegio de participar en el Encuentro de Graduados de los Grupos Bíblicos Universitarios en Cullera. He de confesar que valoro mucho estos encuentros porque me permiten saludar y conversar con amigos y amigas a algunos de los cuales conozco por varias décadas. Yo era estudiante en La Universidad Complutense de Madrid en 1966, cuando intentamos empezar un GBU. Hubo esfuerzos de personas como el veterinario Rodolfo González y su hermana Lydia que promovían activamente la revista latinoamericana Certeza, que se publicaba en Argentina e iba dirigida al universitario pensante. La obra de GBU avanzó luego con la llegada y el trabajo pionero de David Burt y Stuart Park y poco después la entrada en España de Ruth Siemens, quien después del trabajo exitoso en Perú y Brasil se estableció en Barcelona. Fue la época en que conocí a personas como Daniel Giralt, Francisco Mira, Arturo Ortega, Pablo Martínez, Elena Flores, que eran entonces universitarios y que fueron tocados por el desafío de la universidad como “campo de misión”. Y que por gracia de Dios han persistido como graduados.

Profundización en la Palabra

En cierto modo un encuentro como éste de GBG en Cullera permite tomarle el pulso al protestantismo español. A eso dedique un tiempo de reflexión mientras participaba en el evento. Un aspecto del cual disfruté más fueron las varias mesas de libros montadas por Editorial Andamio. Ver a tantas personas observando las mesas con cuidado y hojeando la variedad de libros expuestos y comprando fue para mí un índice del avance del pueblo evangélico. Se trata de profundizar en el conocimiento de la Palabra de Dios, fundamento de la Iglesia, y de ir respondiendo con ella a los desafíos e interrogantes de cada nueva generación. Un buen índice de avance es que haya discípulos que se toman tiempo para leer y también casas editoriales que toman en serio la cuestión de profundizar en la fe y están dispuestos a invertir tiempo y dinero en publicar ese tipo de libros.  

El catálogo de Andamio incluye libros de gran calibre teológico y pastoral, como El mensaje de la Trinidad por Brian Edgar (419 págs. 2019) o Caminar con Dios a través del dolor y el sufrimiento por Tim Keller (552 págs., 2019). Son obras de madurez de autores reconocidos, traducidas del inglés. Pero Andamio también está consiguiendo estimular a autores evangélicos españoles en su colección Básicos. Una muestra es La fuerza de las palabras libro en el cual escriben Helena Villar Janeiro, Juan Antonio Monroy, Pablo Martínez Vila y Manuel Suárez (88 págs. 20018). También acaba de aparecer Formar para transformar, un libro escrito por la pedagoga Edith Vilamajó Sanchis (209 págs.2019) quien trabajó varios años con los GBU. Su libro contiene una propuesta para renovar el ministerio de enseñanza en la Iglesia.

[photo_footer]Libros de Andamio./ GBG[/photo_footer] 

Un movimiento que ministra en las universidades como GBU tiene que tener discípulos capaces de leer e interpretar las tendencias culturales actuales. Estos discípulos-pensadores se forman en los grupos universitarios locales, aunque algunos se han formado ya en sus iglesias y el grupo estudiantil les permite servir en una constante tarea docente y discipuladora. En GBU hay agrupaciones de profesionales que disfrutan de comunión conforme se esfuerzan en ser testigos del Señor en el ejercicio de su profesión. 

Renovación ministerial 

Miriam Sarti es una universitaria de mi iglesia local en Valencia, la Primera Iglesia Bautista en la Calle Quart. Tomó parte en el equipo de colaboradores del evento en Cullera. Unas semanas antes de éste nuestra Iglesia encomendó al ministerio cristiano a Miriam para servir en GBU, junto con Ana Ribera y Juan Hernández obreros de GBU que forman equipo en la Comunidad Valenciana. Para un veterano de la obra evangélica en el mundo estudiantil, como este servidor, esta renovación de cuadros es evidencia de que el Evangelio avanza en España. Pero la tarea que tenemos por delante es inmensa.

[photo_footer]Jaume Llenas y Samuel Escobar. / GBG[/photo_footer] 

El hecho de que mi iglesia local haya encomendado a Miriam es indicativo de las buenas relaciones de GBU con las iglesias de diversas denominaciones. Siempre hemos insistido en que GBU no pretende sustituir a la iglesia local. Y es un hecho que discípulos formados en los GBU son hoy líderes y siervos en iglesias por toda España. La plena libertad religiosa abre puertas a las iglesias evangélicas para que puedan presentar su mensaje y opinión en público, por todo el país. Esta es una tarea pendiente para las nuevas generaciones de pastores y líderes. Los periódicos locales y otros medios de comunicación aceptan la colaboración escrita u oral de pastores y responsables del ámbito evangélico. Hay que abrirse campo en ese sentido y el esfuerzo vale la pena.

Oro regularmente por GBU y GBG y agradezco al Señor por las señales de avance que pude advertir en Cullera. Todo sea “A mayor gloria de Dios”.