¿Fin de la Reforma?

¿Estamos en un momento histórico que puede significar el final de una paréntesis de 500 años de separación de la Iglesia Católica Romana? Así nos lo explican al menos algunos evangélicos. Personalmente tengo mis serias dudas. Por lo tanto, cuando hablamos de los desafíos para los evangélicos, es el primer tema que estoy tratando. Porque tiene que ver con nuestras creencias más elementales.

¿Qué cree el papa? O mejor dicho: ¿Qué es lo que no cree?

Como ejemplo del credo personal de Francisco apareció en el año 2014 una conversación suya con su amigo, el rabino Abraham Skorka de Buenos Aires. Francisco y Skorka muestran en esta conversación un concepto de sus creencias que se parece bastante a un teólogo liberal del siglo XVIII: el alemán Friedrich Schleiermacher. Existe una “transcendencia divina”, según Schleiermacher, un ser divino, y un “contacto del hombre con este ser divino que se manifiesta en las diferentes religiones”. Según Schleiermacher, religión es sentimiento y “gusto por lo infinito”. Cualquier manifestación religiosa tiene - así creyó Schleiermacher - su sentido.

Esas misma ideas expresa Skorka en la conversación con el papa de la siguiente manera:

“Cada hombre tiene su propia relación con Dios. ¿No somos todos distintos en nuestra manera de ser, en nuestras preferencias y en nuestras experiencias? Lo mismo ocurre por nuestra relación con Dios y con nuestro diálogo con él y por lo tanto con las tradiciones religiosos.”¹

Según Skorka existen las diferentes religiones porque las experiencias individuales son diferentes. Lo interesante es que el Papa Francisco no contradice a estas afirmaciones en la conversación ni de forma directa, ni de forma indirecta. Todo lo contrario Francisco afirma lo siguiente:

“Dios se hace sentir en el corazón de un ser humano. Él respeta también la cultura de los pueblos. Cada pueblo concibe poco a poco esta visión de Dios y la traduce según su propia cultura, la procesa, la limpia y le da un sistema. Hay unas culturas que son más originales en sus expresiones. Pero Dios se abre a todos los pueblos. Los llama a todos, los reta a todos para que le busquen y le descubran a través de la creación.”²

¿Dónde queda en este contexto el Evangelio? Para el “año de la misericordia” 2016 el papa Francisco publicó un libro con el título: El nombre de Dios es misericordia.³ Este libro sale de una entrevista con Andrea Tornilli, donde Francisco explica las razones de la proclamación del año de la misericordia.

En todo el libro se menciona solo en un lugar la muerte de Cristo en la cruz. Desde luego no es este tema que le interesa al papa. El centro de su atención en el libro se dirige a algo que solamente se entiende desde una perspectiva católica. Es la autoridad de la Iglesia y de cada sacerdote de perdonar pecados. Sobre todo le inquieta el tema de si un sacerdote puede perdonar demasiado o por lo contrario mostrar una falta de perdón. No me sorprende que el Papa encuentre una típica solución jesuita: se pueden perdonar los pecados de una persona si por lo menos se arrepiente de no haberse arrepentido.

Lo que se promueve en su libro es sencillamente otro evangelio que no tiene nada que ver con el evangelio que predicaron los apóstoles. Según el Nuevo Testamento es necesario predicar el evangelio a aquellos que no creen en Jesucristo porque es el único nombre que nos es dado para tener salvación.

En la celebración de la Pascua en marzo de 2016⁴ el papa dijo en presencia de representantes de los musulmanes, hindúes y protestantes:

Todos nos hemos reunido aquí: musulmanes, hindúes, católicos, coptos y cristianos evangélicos. Todos somos hermanos, hijos del mismo Dios.⁵

Lo que está claro - y el papa ni siquiera tiene que pronunciarlo - es el hecho de que es él, y únicamente él, quien representa al segmento cristiano.

Desde el momento de su elección el papa Francisco ha expresado su deseo de la unidad de todas las iglesias cristianas: ortodoxos, anglicanos y las diferentes denominaciones protestantes - al los cuales su antecesor Benedicto XIV alias Ratzinger había negado incluso el estatus de “iglesia”. 

Aun así - y a pesar de todo - existe hoy en día casi un consenso que une amplios sectores del protestantismo: la separación de la Iglesia Católica y las iglesias evangélicas es un escándalo que debilita el testimonio cristiano en todo el mundo. Por lo tanto hay que hacer todos los esfuerzos posibles para remediar esta división. Y ningún momento pareció más adecuado que la celebración de los 500 años de la reforma protestante hace dos años.

Desde hace años representantes de iglesias protestantes tienen las puertas abiertas en Roma. Esto incluye particularmente a los protestantes conservadores: los evangélicos. Últimamente, uno tiene la impresión de que no puede haber ningún líder evangélico que se aprecie que no salga en una foto conjuntamente con el papa.

La primera vez que esta afinidad saltó a la vista fue - para sorpresa de muchos - con la famosa declaración “Evangelicals and Catholics together.”⁶ (“Evangélicos y Católicos juntos”).

Entre los firmantes por parte de los evangélicos destacaron entre otros:

• Charles Colson, Prison Fellowship.


• Dr. John White, Geneva College y Asociación Nacional de Evangélicos


• J.I. Packer, conocido teólogo y escritor evangélico (Packer, por cierto, luego retiró su apoyo al documento).

Apoyaron el documento, sin haberlo firmado: Bill Bright, Os Guinness y Pat Robertson.

También había voces discrepantes, por ejemplo las de D. James Kennedy, John F. MacArthur, y R. C. Sproul.

El papa actual parece ejercer una atracción sin límites sobre líderes evangélicos en todo el mundo. Rick Warren quedó impresionado con las “sencillez y humildad” de Francisco incluso y llego a calificarle como “nuestro nuevo papa.”⁷

Luis Palau, cuya amistad con Francisco se remonta muchos años atrás, apunta también al estilo personal de vida del actual papa como la razón principal de su alta estima entre los evangélicos. Geoff Tunnicliffe, el ex presidente de la Alianza Evangélica Mundial, volvió de su visita en el Vaticano hablando del comienzo de “una nueva era en las relaciones entre evangélicos y católicos”. Y Timothy George, el rector del Deeson Divinity School escribió un artículo llamando al papa “Our Francis, too” (“también nuestro Francisco”)⁸. El vice-secretario general de la WEA (Alianza Evangélica Mundial), Thomas Schirrmacher, publicó en el 2016 un libro que lleva el título: “Kaffeepausen mit dem Papst” (Tomando café con el papa) y después de la lectura del libro uno casi tiene la impresión que el papa se ha vuelto evangélico y que Schirrmacher tiene su segunda residencia en el Vaticano.

Voy a cerrar con un último ejemplo del obispo anglicano Tony Palmer. Ante un grupo de seguidores afirmó:

“La renovación católica y carismática es la esperanza de la Iglesia.” (…) Cuando mi mujer se dio cuenta que (…) podía ser católica, carismática y evangélica y que la Iglesia Católica aceptaba esto completamente me dijo que le gustaría reencontrarse con sus raíces, con la cultura católica. Y así lo hizo. (…). Hermanos, la protesta de Lutero se acabó. ¿La vuestra también?”⁹

Me parece una pregunta excelente. Me da la sensación que la respuesta - en muchos casos tácita - de algunos líderes evangélicos en el mundo de hoy es un “sí”.

Y sinceramente: eso me preocupa.

Notas

1^#https://bibelbund.de/tag/papstum/

2^# ibid

3^#https://www.amazon.com/El-nombre-Dios-misericordia-Spanish/dp/0399588787

4^#http://www.abc.es/sociedad/abci-papa-lavara-pies-refugiados-musulmanes-coptos-y-hindu-primera-fuera-roma-201603240201_noticia.html

5^#http://www.periodistadigital.com/religion/vaticano/2016/03/24/lavatorio-iglesia-religion-dios-jesus-papa-obispo-emigrantes-lavatorio-jueves-santo.shtml

6^#http://www.leaderu.com/ftissues/ft9405/articles/mission.html

7^# Christianity Today, 23 de septiembre de 2015

8^#https://www.christianitytoday.com/ct/2013/june/our-francis-too.html

9^#http://thetruthwins.com/archives/pope-francis-and-the-emerging-one-world-religion