5 ideas del GWF 2019

A finales del mes de junio se celebró en Manila el Foro Global del Trabajo del Movimiento de Lausana. Unos 900 participantes de 150 países se reunieron durante una semana para estudiar la relación del trabajo con la Misión. Una de las participantes de España, Zulima Sáenz, que es la presidenta del Grupo Profesional de Tres-e, Evangélicos en Economía y Empresa, de los Grupos Bíblicos Unidos (GBU), nos cuenta cuáles han sido las ideas que más le impactaron del encuentro:

Emprendimiento misional

Hemos sido creados a la imagen de Dios y para su Gloria. Somos la obra de sus manos, y estamos llamados a realizar su obra. Somos la obra maestra de Dios y podemos darle gloria realizando obras maestra. Somos la obra de sus manos, creados en Cristo para hacer buenas obras ( Efesios 1:4-6; 2:10) . Emprendimiento es el proceso de diseñar, lanzar y llevar adelante un negocio. El emprendimiento misional es ir donde nadie va, hacer lo que nadie está haciendo y arriesgar lo que nadie arriesga. Es llevar a cabo una transformación espiritual, económica y ambiental, para la gloria de Dios.

El potencial de los emprendedores para resolver la pobreza

Kenia ocupa la primera posición del ranking de los 40 países más corruptos del mundo; aún siendo un país donde más del 80% de la población se considera cristiana. Investigaciones revelan que además de la pobreza económica, Kenia sufre pobreza de liderazgo sacrificial. Un líder sacrificial lidera de manera ética y pone las necesidades del pueblo por encima de las suyas.

Los emprendedores exitosos generan una profunda influencia cultural a nivel global, tanto para bien como para mal. Incluso en algunos casos estos emprendedores se han convertido en presidentes. La influencia de los emprendedores se da a todos los niveles, tanto en negocios grandes como pequeños, de tal forma que al generar riqueza, empleo, y además influenciar sus comunidades a través del buen ejemplo para las personas que están a su alrededor, los emprendedores tienen el potencial de resolver tanto los problemas de pobreza económica como de pobreza de liderazgo sacrificial. Estos líderes tienen la capacidad de transformar la cultura empresarial de su entorno y de hacer discípulos, para la gloria de Dios.

Sinapsis es una comunidad de emprendedores enfocados en el Reino de Dios.

Depresión y Burnout

Se asume que si las personas van a trabajar es porque están lo suficientemente sanas para hacerlo y para ser productivas, pero el lugar de trabajo ciertamente genera un impacto en la salud mental de las personas, y en algunos casos este impacto conlleva trágicas consecuencias. Existen casos extremos como el de una periodista japonesa de 31 años, quien murió por un ataque al corazón, mientras dormía sosteniendo el móvil en sus manos, esperando la asignación de un trabajo, tras haber trabajado 160 horas extras durante el mes anterior. En Francia 35 trabajadores de una empresa de telecomunicaciones se suicidaron durante un proceso de reestructuración que implicaba la eliminación de cientos de puestos de trabajo.

La salud mental de los trabajadores también impacta en el lugar de trabajo. La depresión es la mayor causa de ausentismo y baja productividad. De acuerdo con la organización mundial de la salud, el coste estimado de la depresión y la ansiedad por la baja productividad que genera en la economía global es de 1 trillón de dólares al año. Las personas con problemas de salud mental, son menospreciadas a tal punto que los trabajadores afectados se rehusan a desvelar su situación por temor a ser rechazados o incluso despedidos. Este estigma hace que las personas sean reacias a buscar tratamiento médico, y al mismo tiempo contribuye a negar la importancia del problema y a reforzar el supuesto de que este problema solo se da en las clases sociales altas, las cuales pueden permitirse este tipo de problemas.

Antidoto Bíblico para el burnout

Aún entre cristianos existe la tendencia a definir lo que somos en función de la profesión. El trabajo tiene demasiado peso en nuestra identidad, cuando en realidad nuestra identidad ha de estar fundamentada en Cristo.

Para entender el trabajo es necesario entender el descanso. Isaías 58:13-14 nos dice:

"Guarden como santo el día de descanso; en ese día no se ocupen de sus propios intereses, sino disfruten del día de descanso y hablen del día con delicia, por ser el día santo del Señor. Honren el día de descanso en todo lo que hagan ese día y no sigan sus propios deseos ni hablen palabras inútiles. Entonces el Señor será su delicia. Yo les daré gran honor y los saciaré con la herencia que prometí a su antepasado Jacob. ¡Yo, el Señor, he hablado!".

El descanso no es el adversario del trabajo, es su compañero, ambos se complementan mutuamente. El descanso es un regalo de Dios a la humanidad. En Génesis, Dios lo instaura cuando asigna las responsabilidades al hombre. Aún en ese momento en que no había pecado, Adán y Evan habrían de descansar. Además Dios limitó el día y la noche, creando un momento para el descanso cada día. Existe también un descanso semanal, que sigue el patrón de Dios durante la creación, y que además es un recordatorio del descanso eterno, que también ha sido creado por Dios y restaurado a través de la obra de Cristo.

El empoderamiento económico de las mujeres transforma comunidades enteras

Margaret, una mujer keniana enviudó repentinamente, quedándose sola para criar a sus 5 hijos. Justo ese momento ella había sido aceptada para hacer su escuela primaria pero debido a la situación empezó a trabajar limpiando casas, para mantener a su familia y evitar que sus hijos tuvieran que trabajar. Margaret se unió al programa “Savings for life” Ahorros para la vida, donde conoció otras mujeres con una situación económica similar a la suya. Juntas comenzaron a secar raíces para vender en el mercado local, las mujeres reunieron este ingreso que estaban generando para pedir un crédito para su comunidad. Con el dinero obtenido del crédito ella abrió una pequeña tienda de té en el mercado local, y pudo escolarizar a su hija, pero además ella formó una comunidad de mujeres a su alrededor, que oraba por ella, creía en ella, trabajaba con ella y además ayudaba en el cuidado de sus hijos. De esta manera Margaret ha podido convertirse en una líder y ha visto obrar a Jesús a través de estas iniciativas. Este grupo de rotación de ahorros y préstamos pertenece a la comunidad y es gestionado por estas mujeres, quienes eligen 5 mujeres dentro del grupo para incrementar la confianza y la rendición de cuentas, con el objetivo de que estos créditos puedan ser usados para convertirse en emprendedoras dentro de sus comunidades.

Menos del 25% de las personas que ganan menos de $10 al día disponen de una cuenta bancaria. Se observa que las mujeres que toman las decisiones en la comunidad son las mismas que transforman las comunidades para el bien común. Las mujeres toman decisiones que las benefician a ellas, sus hijos y la comunidad antes que a ellas, invierten en alimentación, educación, salud, el cuidado de sus hijos y de los huérfanos. De los créditos otorgados por esta organización el 70% fueron otorgados a mujeres, estas mujeres se han convertido en los motores del crecimiento económico de sus comunidades.

Hay muchos retos por delante: 2.7 billones de mujeres en el mundo están legalmente limitadas para acceder a trabajos que son permitidos solo para hombres. En 59 economías del mundo no existe regulación contra el acoso y la discriminación sexual. En 18 países del mundo los esposos legalmente pueden impedir que las mujeres trabajen fuera del hogar. Muchas mujeres tienen trabajos en sectores vulnerables e informales y además trabajan en condiciones inadecuadas. La mayoría del trabajo no pagado realizado en el hogar lo hacen mujeres, aún siendo un trabajo clave para la economía. Muchas mujeres enfrentan violencia machista en sus entornos para poder ir a trabajar, como es el caso del Kongo, donde muchas mujeres que van a trabajar frecuentemente son víctimas de violencia de género. El 12 % de las mujeres en el mundo poseen tierras, el cual es uno de los activos más importantes en el desarrollo económico. El empoderamiento económico es esencial para reducir la brecha de género, no sólo para generar sus propios ingresos, sino para transformar comunidades.

Zulima Sáenz, presidenta de Tres-e