Texto publicado por primera vez en la revista Restauración, en febrero de 1981.
Tomo la noticia de la pluma de Pilar Narvión, periodista del diario madrileño Pueblo. Tengo a esta mujer por una de las mejores firmas del periodismo español. Leo sus penetrantes comentarios desde sus tiempos de corresponsal en París.
Hace poco decía Pilar que tres diputados socialistas, los señores Bono, diputado por Albacete; Torres, por Guadalajara y Ramos, diputado por Toledo, habían elevado una comunicación a la Mesa del Congreso quejándose por el mantenimiento del nombre de Dios en los escritos oficiales. Estos escritos finalizaban con la fórmula “Dios guarde a V.E. muchos años”. Ya se retiró lo de “muchos años”, porque nada irrita tanto a nuestros políticos como la permanencia en el cargo de otros políticos, sean compañeros de partido o estén en la oposición. Ahora, ustedes tres, amparándose en textos constitucionales y en resoluciones ministeriales, preguntan a la Mesa del Congreso de los diputados si el Gobierno considera conveniente que los escritos oficiales contengan referencia a Dios; “en caso afirmativo, ¿por qué? En caso negativo, ¿tiene intención el Gobierno de dictaminar alguna disposición en este sentido?”.
Señores: parecen ustedes niños en el país de las hadas; parecen ustedes chiquillos que se distraen con palitos y tortas de barro. España está a oscuras, con casi todas sus luces apagadas, y ustedes ponen sus ojos en las nubes que se van.
¡Qué barbaridad! ¡Qué problemón para esta triste nación nuestra, que el nombre de Dios se mantenga aún en los escritos oficiales! ¿Se han enterado ustedes, señores diputados, que pasa de un millón el número de parados en este país, que hay gente que se acuesta sin comer, que el terrorismo nos tiene a todos con los nervios a punto de estallar, que los españoles de las grandes ciudades se encarcelan en sus casas al caer la tarde ante la falta de seguridad, que la crisis económica está hundiendo a las familias, que nuestra escala de valores principia ahora a partir del barro, que la convivencia ha saltado hecha añicos hasta los mismos bordes del infierno, que la democracia cojea peligrosamente y además ha perdido las muletas?
¿Saben ustedes todo esto? ¿Les preocupa, o toda su manía la han volcado en suprimir el nombre de Dios de los escritos oficiales?
Además, señores diputados, ¿por qué les molesta a ustedes el nombre de Dios? ¿Es su nombre o es Él quien no les deja vivir? Si fuesen ustedes hombres de Biblia les pediría que leyeran o releyeran el Salmo número dos. En sus tres primeros versículos aparecen otros diputados políticos, que gobernaban hace unos tres mil años, oponiéndose a Dios y a sus designios. En sus sueños laicos imaginaban al Eterno espiándoles y subyugándoles y gritaban: “Rompamos sus coyundas, arrojemos de nosotros sus ataduras”. El texto bíblico continúa con este fino toque de ironía divina: “El que mora en los cielos se ríe, el Señor se burla de ellos”.
No lo tomen ustedes a mal. Dios se ríe del desvarío humano; Dios se burla de quienes intentan construir sociedades al margen de sus planes. ¿Cuál fue el resultado del laicismo querido por la revolución francesa, sino una gigantesca burla celestial cuyos silbidos llenaron el orbe? ¿Y no está ocurriendo ahora lo propio en países cuyas Constituciones pretenden ignorar a Dios? Lógico, ¿no? No se puede construir una sociedad basada en el secularismo y en el humanismo ateo; la ética humana es falsa y falsas han de ser siempre sus consecuencias. Un secularismo que conciba al hombre en sus meras funciones naturales no es posible, señores diputados; porque la humanidad del hombre no puede admitirse independientemente de su espiritualidad. Ustedes, señores Bono, Torres y Ramos, deben el cuerpo a la tierra y el alma a Dios. Están tan ligados a Él como el calor al fuego. Si quieren excluir el nombre de Dios de los papeles oficiales, háganlo; pero que sea para trasladarlo al corazón.
La conmemoración de la Reforma, las tensiones en torno a la interpretación bíblica de la sexualidad o el crecimiento de las iglesias en Asia o África son algunos de los temas de la década que analizamos.
Estudiamos el fenómeno de la luz partiendo de varios detalles del milagro de la vista en Marcos 8:24, en el que Jesús nos ayuda a comprender nuestra necesidad de ver la realidad claramente.
Causas del triunfo de Boris Johnson y del Brexit; y sus consecuencias para la Unión Europea y la agenda globalista. Una entrevista a César Vidal.
Analizamos las noticias más relevantes de la semana.
Algunas imágenes del primer congreso protestante sobre ministerios con la infancia y la familia, celebrado en Madrid.
Algunas fotos de la entrega del Premio Jorge Borrow 2019 y de este encuentro de referencia, celebrado el sábado en la Facultad de Filología y en el Ayuntamiento de Salamanca. Fotos de MGala.
Instantáneas del fin de semana de la Alianza Evangélica Española en Murcia, donde se desarrolló el programa con el lema ‘El poder transformador de lo pequeño’.
José era alguien de una gran lealtad, la cual demostró con su actitud y acciones.
Celebración de Navidad evangélica, desde la Iglesia Evangélica Bautista Buen Pastor, en Madrid.
Madrid acoge el min19, donde ministerios evangélicos de toda España conversan sobre los desafíos de la infancia en el mundo actual.
Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores se realizan a nivel personal, pudiendo coincidir o no con la postura de la dirección de Protestante Digital.
Si quieres comentar o