Siete mitos del amor romántico

Existen muchos mitos sobre el amor y el romance; le invito a reflexionar conmigo sobre los 7 mitos que considero más frecuentes en las relaciones de pareja. Los mitos deben ser reemplazados por verdades que otorguen estabilidad a la relación, o bien, que enciendan luces rojas sobre cambios que deben realizarse para mejorar. Por lo que le invito a analizar el tema desde una perspectiva que nos ayude a crecer en el arte de amar.

Mito 1: El amor puede llenar nuestros vacíos emocionales

Buscar sentirnos plenos y completos a partir de una relación romántica es imposible. Porque siempre vamos a encontrar que la otra persona tiene una forma diferente a la nuestra de interpretar las cosas y sobre todo, de expresar amor. Por lo tanto, nadie puede llenar nuestros vacíos emocionales plenamente. La misión de encontrarnos con nosotros mismos, y la de sentirnos plenos emocionalmente, es una tarea personal.

La idea de que un día encontraremos “una media naranja” que por fin nos complete, es un mito, que podría impedir que vivamos a plenitud lo que somos en el presente.

Estamos completos cuando nos encontramos con Dios y con nosotros mismos. El único que nos conoce a plenitud y nos completa, es Dios.

Mito 2: El amor romántico es la fórmula perfecta para ser felices

La felicidad es una decisión personal que podemos tomar en cualquier momento de nuestra vida, y nunca debe depender de lo externo. Como adultos, somos responsables de nuestra propia felicidad, por lo tanto, no podemos responsabilizar a otra persona de lo que nos corresponde conquistar a nosotros mismos. Lo que sí podemos hacer, es contribuir a la felicidad de la persona que amamos, pero no podemos asumir lo que es intransferible.

Mito 3: El amor es una emoción o un sentimiento

El amor romántico inicia con la emoción de estar enamorados, pero es imposible hacerlo prevalecer en el tiempo porque las emociones suben y bajan. Por lo que es un mito pensar, que siempre vamos a sentir la intensidad del enamoramiento; vendrán decepciones, momentos difíciles, crisis y desencantos.

Lo que hace crecer el amor, es el compromiso de permanecer juntos en las buenas y en las malas, en riqueza o en pobreza, en salud o en enfermedad, y es esta decisión sostenida en el tiempo la que nos permite escribir historias maravillosas.

El amor es la decisión de apreciar, valorar, respetar, cuidar y ser fiel hasta el final. Es esta decisión la que nos permite hacer que surjan las emocionas más intensas que se puedan imaginar. Si insistimos en amar, la relación será fuerte como una roca.

Mito 4: El amor es una “fiesta constante”

No nos engañemos, incluso en el amor romántico hay que trabajar con dedicación, porque se requiere ser respetuoso cuando deseamos ser groseros, ser gentiles cuando queremos ser toscos. El amor hace grande a la otra persona, se sacrifica con tal de que el otro crezca y esté bien. Amar, es renunciar a nuestros deseos egoístas para hacer prevalecer el bienestar de ambos.

Mito 5: Por amor permitimos el abuso

Cuando una persona tiene nobleza en su corazón, puede pensar que por amor debe permitir el abuso y soportar agresiones, maltratos y humillaciones. Esto es un mito, porque el amor no es egoísta, no hace nada indebido y no avergüenza. El amor se disculpa cuando ha lastimado y procura no volverlo a hacer de nuevo. Cuando hay abuso y agresión, ya no es amor, es una relación de subyugación donde la intimidación es la que prevalece y el amor no está presente.

Mito 6: El amor es un golpe de suerte

Es un mito pensar que el amor es un golpe de suerte o una cuestión del destino. El amor piensa, analiza, toma decisiones inteligentes, medita en las consecuencias, distingue cuando solo es una estrategia para conquistar o cuando la otra persona solo busca una aventura. El amor crece con el tiempo, cuando nos convertimos en los mejores amigos, y nos aceptamos tal cual somos. El amor pide consejo, aprende y decide sabiamente.

Mito 7: Amar no necesariamente significa compromiso

Es imposible construir algo importante sin el debido compromiso que nos lleve a perseverar hasta el final, porque todos los proyectos pasan por crisis, dudas, temores y desilusiones. Igual ocurre en el amor, si dejamos que sea la emoción de estar enamorados lo que conduzca el amor, en la primera crisis, la relación fracasará, por eso, es un mito pensar que el amor crece sin compromiso.

Correr en la primera ocasión que se nos demande compromiso es más fácil y cómodo que quedarse hasta saber de qué es capaz nuestra perseverancia. Es el compromiso lo que nos permite superar las crisis, la desilusión, la duda y sobre todo, el desgaste que trae el paso del tiempo. El compromiso es lo que nos invita a superar los momentos difíciles y a perseverar en medio de la desilusión. Es lo que nos permite disculparnos cuando nos hemos equivocado y cambiar para que la relación crezca.