Las respuestas correctas

 B.J.Thomas colocó en el número uno de casi todo el mundo su famosa Raindrops Keep Falling On My Head, allá por los años sesenta; aunque también fue famoso por otras composiciones de carácter romántico. Como muchos otros cantantes tuvo graves problemas con las drogas y el alcohol, y su vida estuvo en un tris de perderse para siempre.

Justo en esos momentos, un amigo le habló de Dios, y B.J. abandonó todo aquello que le estaba destruyendo para seguir a Jesús. De esa decisión nació la hermosa canción:  What a Difference You´ve Made in my Life (¡Qué cambio has hecho en mi vida!) que ha sido versionada en innumerables ocasiones. El tema de la composición narra su propia vida, y explica como fue transformada cuando conoció a Jesús. Más tarde haría famosa otra canción titulada Happy Man y volvió a los primeros lugares de las listas interpretando bandas sonoras de películas, aunque su canción más conocida a finales de los ochenta fue el tema principal de la famosa serie de televisión Los problemas crecen (“Growing pains”)

Dios es el único que puede transformar nuestra vida. Cuando nos abrazamos a Él, todo cambia. Realmente de eso se trata, de conocerle y seguir su Palabra día a día. No tenemos que fijarnos en lo que otros dicen, sino lo que el Señor enseña, porque nuestra vida depende de Él ¡Recuerda! “El es quien perdona todas mis maldades, quien sana todas mis enfermedades,.. .quien me colma de amor y ternura, quien me satisface con todo lo mejor”(Salmo 103:3-4-5)

Vivimos en la cultura de las respuestas correctas, lo importante es que sepamos qué decir y que lo que respondemos sea lo esperado por todos, como cuando hacemos un examen y lo único que nos preocupa es aprobar. ¡Creer lo que decimos ya no tiene tanta trascendencia para muchos! En un mundo dónde lo que vale es lo políticamente correcto, algunos de los mayores enemigos de Dios son las personas que dicen y hacen lo correcto, aunque en su interior estén completamente en desacuerdo. Saben las “respuestas” correctas, pero no las viven. Sus vidas son un auténtico espectáculo de hipocresía.

Quienes no confían al cien por cien en su Creador, viven descansando en lo que otros dicen ¡Incluso en el terreno espiritual! Pasamos el tiempo viendo foros de internet para saber la opinión de éste o aquel maestro, profeta, apóstol, etc. Buscamos la iglesia más grande o el ministerio más conocido para seguir sus enseñanzas y vivimos de la comida que otros han masticado, cuando lo que deberíamos hacer es ir a la Palabra de Dios y ¡leerla por nosotros mismos! 

Si queremos vivir día a día con el Señor, necesitamos escucharle más a Él, y menos a los demás.