Dios y las ciudades

¿Y no tendré yo piedad de Nínive, aquella grande ciudad donde hay más de ciento veinte mil personas que no pueden discernir entre su mano derecha y su mano izquierda, y muchos animales? Jonás 4:11

EL NUEVO MUNDO
Alrededor del mundo millones de personas que antes vivían en el campo están migrando a las ciudades. Según estimaciones de la ONU, en algún momento del 2008, por primera vez en la historia de la humanidad, la población urbana superó a la población rural[i]. Cada día se añaden casi 180,000 personas a la población urbana mundial. Para 2030, se estima que 60% de la población mundial vivirá en áreas urbanas. Estamos viviendo durante uno de los mayores cambios sociales en la historia de la humanidad.

Mientras que en otras partes del mundo la urbanización es una realidad reciente, España ha contado con ciudades importantes a lo largo de su historia. A finales del primer milenio Córdoba y Sevilla eran dos de las tres ciudades más grandes de Europa, siendo Córdoba juntamente con Constantinopla, la ciudad más poblada con 450.000 habitantes[ii].

Las ciudades más grandes de España al día de hoy (Madrid con 3,2 millones, Barcelona con 1,6 millones y Valencia con 0,8 millones[iii]) no tienen punto de comparación con las megaciudades[iv] de Asia o América aunque no podemos negar que la urbanización ha ido cambiando a España en estas últimas décadas. Hace falta una nueva reflexión misionológica para discernir lo que Dios está llamándonos a ser y hacer en nuestras ciudades, pero ésta requiere reflexionar sobre nuestra teología de la ciudad.

UNA NUEVA TEOLOGÍA DE LA CIUDAD
La Biblia nos proporciona abundantes ejemplos de vida urbana. Encontramos en sus páginas ciudades humanas pero también divinas, ciudades temporales y ciudades eternas, ciudades que son lugares de rebelión y otras que son lugares de devoción, ciudades que son objetos de juicio, siendo otras de bendición y refugio. Para muchos cristianos la ciudad se asocia con la maldad pero el salmista nos recuerda que “hay un río cuyas corrientes alegran la ciudad de Dios, las moradas santas del Altísimo” (Salmos 46:4).

La ciudad es una entidad espiritual. A pesar de parecer una realidad secular y material, en realidad es el locus de una batalla espiritual para las almas de los hombres. El hecho de que Dios escogiera la ciudad humana – símbolo de la rebelión del hombre desde Babel – como también el escenario de su acto salvífico en Cristo Jesús en Jerusalén, debe hacernos tener la esperanza de que Dios aún tiene “planes de bienestar y no de calamidad” (Jeremías 29:11) para las ciudades españolas.

De ahí el desafío de la misión urbana y esos versículos en los que se nos anima a hacerlo: “y procurad la paz de la ciudad a la cual os hice llevar cautivos, y rogad por ella a Jehová; porque en su paz tendréis vosotros paz” (Jeremías 29:7).

CUATRO DESAFÍOS URBANOS
El Compromiso de Ciudad del Cabo identifica cuatro realidades urbanas que son desafíos para la evangelización: los jóvenes, la migración de personas no alcanzadas, los moldeadores de la cultura y los más pobres de entre los pobres. Utilizaré esta misma estructura para analizar la situación actual en España y sugerir respuestas misionológicas.

1. LOS JÓVENES
Casi la mitad de los 7.000 millones de personas que viven en el mundo tienen menos de 24 años[v]. La concentración de jóvenes en las ciudades, muchas de ellos desplazados por motivos de trabajo o estudios, es un gran reto para la evangelización.

No obstante en España la realidad es distinta. Sólo uno de cada cuatro españoles tiene menos de 24 años, ese es el resultado de muchos años de baja natalidad. Aunque sigue habiendo inmigración, el Instituto Nacional de Estadística prevé que el saldo migratorio en 2012 será negativo. Frente a los 376.696 inmigrantes que se esperan, la salida de españoles hacia el extranjero se estima en 558.175 personas. Dicha previsión predice que hasta 5,2 millones podrían hacerlo en los próximos diez años[vi].

La Organización Internacional del Trabajo analiza la prolongada crisis del empleo juvenil que afecta a los jóvenes en muchas partes del mundo y prevé una subida del desempleo juvenil mundial de 12,6 a 13,6 por ciento[vii]. Si consideramos que en España la tasa de paro juvenil ya ha superado el 50% podemos entender porque se habla de “una generación perdida”. Además la proporción de jóvenes de 30 a 34 años con titulación universitaria ya supera el 40%[viii]. Nunca antes han existido tantos jóvenes tan bien preparados y con tan pocas esperanzas laborales. Existe el peligro real entre los jóvenes de que la situación actual les lleve a una dependencia crónica de sus padres y abuelos.

¿Cómo debemos evangelizar a los jóvenes españoles de hoy que viven esta situación dramática? Creo que más que nunca será necesario entender la evangelización como misión integral. Como se expresa en el Compromiso de Ciudad del Cabo:

"La misión integral o transformación holística es la proclamación y la demostración del evangelio. No es simplemente que la evangelización y el compromiso social tengan que llevarse a cabo juntos. Más bien, en la misión integral nuestra proclamación tiene consecuencias sociales cuando llamamos a la gente al arrepentimiento y al amor por los demás en todas las áreas de la vida. Y nuestro compromiso social tiene consecuencias para la evangelización cuando damos testimonio de la gracia transformadora de Jesucristo. Si hacemos caso omiso del mundo, traicionamos la palabra de Dios, la cual nos demanda que sirvamos al mundo. Si hacemos caso omiso de la palabra de Dios, no tenemos nada que ofrecerle al mundo."

Sin ninguna duda, es un hecho que hay que predicar a los jóvenes sobre las buenas nuevas de Jesús pero también tenemos que demostrarles el amor de Cristo, y en esta situación actual, va a requerir más que palabras. Esto va mucho más allá de revestir el evangelio en formas comprensibles a la juventud (en cuanto a música o el uso de la tecnología por ejemplo). Amar al prójimo joven tiene que incluir también medidas prácticas para ayudarle a salir adelante, incluyendo el fomento de opciones de auto-creación laboral con el que se pueda combatir el victimismo que paraliza y quita toda esperanza de futuro.

2. LA MIGRACIÓN DE PERSONAS NO ALCANZADAS
Las ciudades de hoy existen debido a las personas que han emigrado para vivir en ellas. Por lo tanto un alto porcentaje de sus habitantes o son, emigrantes nacionales, o personas que han llegado de otro país en busca de una mejora de vida. La llegada de millones de inmigrantes a lo largo de los últimos veinte años ha transformado la sociedad española ,y especialmente, dicha sociedad en las ciudades.

Las cifras no dejan de ser llamativas. En 1991 hubo 360.655 extranjeros con permiso de residencia en España, un 0,91% de la población general. Para el 2011 el INE el número de extranjeros había crecido a 5.730.667 que representa un 12,2% del total[ix]. Ningún país Europeo ha experimentado un cambio tan radical en su población en tan poco tiempo.

El Compromiso de Ciudad del Cabo incluye el compromiso necesario de llevar el evangelio a los pueblos no alcanzados. Pero Dios en su soberanía no ha esperado a que las iglesias y las misiones cumplan con este desafío. Él ha traído a los pueblos no alcanzados a nuestras ciudades y pueblos para que puedan escuchar el evangelio aquí mismo, en España.

La Tabla que viene a continuación expone esta verdad de una forma simple y clara. Marruecos, China y Pakistán son tres países donde la evangelización libre está prohibida, sin embargo Dios en su sabiduría, ha traído más de un millón de ellos a nuestras ciudades. La presencia de inmigrantes en nuestras ciudades es una de las oportunidades más grandes en cuanto a la evangelización mundial a lo largo de toda nuestra historia.

Población extranjera por países (principales nacionalidades)
Datos provisionales del Padrón a 1 de enero de 2012
Pais	Número de personas	% del total de extranjeros
Total	5711040	100,0
Rumania	895970	15,7
Marruecos	783137	13,7
Reino Unido	397535	7,0
Ecuador	306380	5,4
Colombia	244670	4,3
Alemania	196729	3,4
Italia	191713	3,4
Bolivia	184706	3,2
Bulgaria	176216	3,1
China	175813	3,1
Portugal	138501	2,4
Perú	121851	2,1
Francia	121513	2,1
Argentina	108390	1,9
Brasil	99043	1,7
Rep. Dominicana	92231	1,6
Ucrania	88438	1,5
Paraguay	87536	1,5
Polonia	84197	1,5
Pakistán	79626	1,4

3. LOS MOLDEADORES DE LA CULTURA
Las ciudades desde siempre han sido lugares de poder. Son el locus del poder político y económico pero también son los lugares donde la cultura, los valores y las creencias se gestionan. De allí su influencia en la educación, las artes, la música, la literatura, los medios de comunicación y mucho más. Lo que se desarrolla en la ciudad tiene un efecto sobre el país y el mundo. Tal y como van las ciudades, así van las naciones del mundo.

En las ciudades se concentran y potencian el conocimiento. Se juntan personas con talentos, dones y capacidades muy específicas, y juntas, son capaces de influir a un país entero. La confluencia de talento humano junto con la competición y colaboración que pueda existir, produce grandes avances en tecnología, negocios y artes. Pero las posibilidades de utilizar esto para mal también se potencian, de ahí, que de la misma forma en la que las ciudades nos proporcionan grandes avances culturales y económicos también crean muchos de los problemas más graves de la humanidad.

Nadie puede negar que el poder en España se centre en Madrid y Barcelona. A pesar de que unidas, ambas ciudades, cuya población no llega ni a 5 millones, que es un poco más del 10% de la población total. Su influencia sobre el resto del país es enorme. En cada uno de los ámbitos anteriormente mencionados (política, economía, educación, artes, música, literatura, medios de comunicación) es en Madrid y Barcelona donde encontramos los principales “moldeadores de la cultura”. Tampoco podemos negar que en las capitales de las Comunidades Autónomas también se concentran gran influencia dada la política regional que predomina en la España actual.

Las iglesias y creyentes que viven en las ciudades de Madrid y Barcelona, y en las otras capitales autonómicas, tienen que entender la vital importancia que tienen sus ciudades en el rumbo del país y de su región. Dios les ha llamado a ser sal y luz en estos lugares de influencia, pero para ser eficaces tendrán que implicarse en dichos ámbitos sociales.

“Procurar la paz de la ciudad” (Jeremías 29:7) requiere un compromiso con la ciudad, una decisión de no apartarse de los ámbitos políticos, económicos y culturales como ha sido la costumbre de muchas iglesias evangélicas, sino más bien implicarse en todo. Y significa también, animar a nuestros jóvenes a posicionarse para influir en la ciudad. Necesitamos a creyentes que escriban libros, que monten empresas, que hagan películas, que produzcan música, y que estos mismos creyentes reciban el apoyo de sus iglesias en esta labor misionera esencial para la ciudad.

4. LOS MÁS POBRES DE ENTRE LOS POBRES
De la misma forma en la cual las ciudades crean riqueza y concentran el poder económico, también son aquellos lugares donde encontramos a los más pobres de entre los pobres.Muchas son las ciudades del mundo donde podemos encontrar las sedes de bancos o empresas multinacionales en rascacielos de acero y cristal justo al lado de barriadas de extrema pobreza. Y España no es diferente en éste aspecto.

La Cañada Real de Madrid es una población ilegal de más de 8,000 habitantes a lo largo 14 kilómetros de la antigua vía pecuaria que se extiende desde los términos municipales de San Fernando de Henares hasta Getafe, al sureste de Madrid. Esta concentración de infraviviendas, donde niños conviven junto a ratas en chabolas inmundas y donde se encuentra el gran mercado regional de la droga, se encuentra a menos de diez kilómetros del centro de Madrid[x].

Pero la crisis económica ha hecho que la pobreza se extienda a muchas barriadas de las ciudades de España. El número de personas desempleadas ha crecido de 1,85 millones en 2007 hasta 5,8 millones según la última Encuesta de Población Activa, superando ya el 25% de la población activa[xi].

Y el impacto de esta situación en los niños es dramática. Un estudio[xii] realizado por Unicef sobre la infancia en España ha revelado una serie de datos espeluznantes. La pobreza infantil crónica ha crecido un 53% entre 2007 y 2010. Hoy, un 13,7% de menores de 18 años, viven en hogares con un nivel de “alta pobreza”. Como dicen en el estudio: “la pobreza ya tiene, definitivamente, cara de niño”.

En España son los niños los más pobres de entre los pobres, y sabemos muy bien, cuales son las palabras de Jesucristo al respecto “Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos.” (Mateo 19:14)

Las Misiones Evangélicas Urbanas de España han atendido a miles de personas a lo largo de la crisis con la distribución de alimentos, ropa, asistencia social y la provisión de comedores sociales en algunos lugares. Esta labor también es evangelizadora y es una tremenda oportunidad de compartir la verdad del evangelio. Pero la realidad infantil, debe hacernos reflexionar en la mejor forma de orientar nuestra misión hacia ellos. Lo que sí está claro, es que ellos no son los culpables de la crisis aunque sean aquellos que van a vivir con todas las consecuencias, y por tanto, los que más necesitan escuchar un mensaje de esperanza en estos días.

CONCLUSIÓN
Tenemos que reconocer la mano de Dios en la migración que componen tales ciudades y que nos trae personas desde el otro lado del mundo, para que lleguen a ser nuestro prójimo. Dios tiene un propósito para nuestras ciudades en España, pero hace falta una nueva concienciación para que se llegue a pensar en la ciudad de forma teológica y misionológica.

En cuanto a los jóvenes tenemos que reconocer su situación dramática y proporcionarles buenas nuevas en palabra y hechos, ayudándoles a ayudarse a sí mismos, en vez de caer en una dependencia inútil y un sufrido victimismo. La llegada de inmigrantes a nuestras ciudades, es una tremenda oportunidad para alcanzar a personas de países que bloquean la Palabra de Dios y esa oportunidad, tenemos que aprovecharla. Si la situación económica no mejora puede que se marchen a otros lugares y perdamos dicha oportunidad.

Las ciudades ejercen una gran influencia sobre la cultura y los valores de todo el país. Tenemos que concienciarnos de esta realidad e implicarnos de lleno en la vida social, política, económica y cultural para sembrar sal y luz por doquier. Y no nos olvidemos de mencionar a los más pobres de los pobres, que en las ciudades españolas ahora mismo, son sobre todo, los niños.

Jonás tuvo que callar ante la misericordia de Dios por la ciudad de Ninive. No hay duda de que Dios también tiene compasión de las multitudes, de ovejas perdidas que se concentran en las ciudades de España. La pregunta es – si las vemos nosotros y si las vemos, con estos mismos ojos de compasión.