1. No olvidar a los maestros. No olvidar.
2. Eres presa posible de tantos leones. Tras ellos están al acecho los chacales. Ten cuidado, pero no te asustes: la vida que escogiste les ahuyentará en gran manera.
3. Eso tan poco que tienes, no lo derroches. Tu última moneda será para el invierno.
4. Por el mañana de Cristo, que no te venza el extremismo, siempre perjudicial.
5. Nunca te abatan ciertas voces discordantes, ni aunque excreten sobre otros.
6. La poesía siempre tiene un lugar en el corazón del hombre.
7. Ahora que son pálidas las cifras, ahora que no cuadran las cuentas, podrán entender mejor cómo sobrevive la Poesía. Quienes la portan tienen espíritus fuertes.
8. Indaga a tu memoria, que no mienta.
9. Por un camino sin vientos la soledad golpea tu corazón.
10. Confianza en no perder el equilibrio; confianza en la mujer amada; confianza, inmensa confianza proporciona el sosiego.
11. No para todo hay una segunda oportunidad aunque el Génesis sea un camino abierto, un cálculo de fugas sobre las aguas o tras las huellas del tigre que rompió la cerca del Edén. ¡Ayer en el poder y hoy encarcelado! No para todo hay una segunda oportunidad.
12. El ser interior es el que soporta nuestras mortales impaciencias, el que aprieta sus puños cuando lloramos lágrimas de verdad, el que se queda desnudo aunque afuera estemos cubiertos de mil colores.
13. En algunos altares suntuosos crecen ortigas. Quien es del campo sabe que estas plantas crecen en los huertos que son abandonados.
14. Hemos enterrado la tristeza debajo del panal de las ácidas mieles.
15. ¡Qué ilusión, conversan como hermanos dos que no se conocían hasta ayer! ¿Serán hermanos para siempre? Eso quisiera uno, sintiendo latir en la sangre la voz antigua del profeta que nos libra del Abismo.
16. Hermosas son las flores de loto. Pero recuerda que no florecen sobre el mármol sino sobre el lodo.
17. El tiempo vivido ya está muerto, enfriándose en otros amaneceres, detrás de ninguna puerta.
18. Hay seres marcados por la divina Providencia para realizar, huyendo de lo facilón o acomodaticio, una labor en la vida.
19. Algunos son devorados por sus propias máscaras.
20. Crisis moral, económica y política. Muchos sólo creen en la dignidad cuando padecen indignidades en carne propia. Antes, las injusticias o los chanchullos les parecían leves o, simplemente, volteaban la vista y cerraban la boca, pensando en sus propios intereses y no en lo colectivo. Así, la sociedad fue alimentando su propio cáncer. Y, para que vean cuán tópico es aquello de que la literatura es para evadirse de la realidad, les ofrezco una muestra excelente de todo lo contrario. Lo escribió la norteamericana Ayn Rand (seudónimo de A. Z. R.), en su novela
“La rebelión de Atlas” (1950). Aprecien su actualidad: “Cuando advierta que para producir necesita obtener autorización de quienes no producen nada; cuando compruebe que el dinero fluye hacia quienes trafican no bienes, sino favores; cuando perciba que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias más que por el trabajo, y que las leyes no lo protegen contra ellos sino, por el contrario, son ellos los que están protegidos contra usted; cuando repare en que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un autosacrificio, entonces podrá, afirmar sin temor a equivocarse, que su sociedad está condenada”.
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