1) Cristo: es mucho; es tanto. Ante su pasión, ¿qué importa la incursión de alguna flecha?
2) En el vertedero ves cómo brota una flor. ¡Ésa la regeneración moral que necesitamos!
3) Hay tiempos domesticados y hay tiempos azotados por fieras tempestades: nada de presuntuosidad en los primeros; nada de claudicación en los segundos.
4) Volvamos a Unamuno: su relectura siempre es necesaria, más todavía en tiempos anémicos, como los actuales. Allá por agosto de 1924 y ya en París, recién liberado de su destierro de Fuerteventura, Jean Cassou le pidió que escribiese sus impresiones de viaje. Aquí un extracto: “Todo poder espiritual que ha tratado de unificar la vida europea ha fracasado. Y entre ellos el catolicismo. Y es muy difícil, creo que imposible, que la Iglesia católica pueda imponer disciplina a las almas de las naciones porque tratará de hacerlo en nombre de dogmas en que ya no cree. Reducir su papel a imponer una disciplina, poner la organización por encima de la verdad del dogma es confesar que hoy, en el fondo, es una institución pagana”.
5) La excesiva pulcritud impide descender.
6) No creas que tu bandera es la más vistosa; no te jactes de que tu fe es más genuina que la del otro.
7) La gente ha perdido el hábito de esperar. Y apremian a los otros con su creciente impaciencia. Y se apremian a sí mismos, acelerando la velocidad de su existir. Aunque yo antaño estaba por la comparecencia de lo inmediato, hoy lo moroso prima en mi proceder.
8) Los prejuicios se alimentan por simples intereses de parte; no lo olvides.
9) Niégate a aceptar que todo debe ser tinieblas, demoliciones o fétidas arengas.
10) Ten claro de qué parte estás: no me refiero a capilla o equipo o partido alguno, sino al sentimiento de bondad por sobre toda consigna inmisericorde.
11) Exilio interior lo es también estar exiliados de la posibilidad de encontrar trabajo, de educarse, de tener una vida digna…
12) La eternidad está hecha de poesía: por ello no envejece nunca.
13) Los conflictos bélicos desparraman a la gente. También el cambio climático, especialmente a los más desfavorecidos: en las próximas décadas, millones de pobres serán refugiados ambientales.
14) No cuestiones el almirantazgo de la duda. Más arenas movedizas pisan los fundamentalistas de cerrados muros.
15) Repintan el desorden con infinito esmero. Yo prefiero mojarme en la esperanza.
16) Cuando te simplifican la realidad de una forma estúpida, bien pronto estarás preparado para encajar el pensamiento irreflexivo, los esquematismos…
17) ¡Acércate a la Escritura y embriágate con sus savias no perecederas!
18) Te introduzco en mi fe para que protestes ante males e injusticias. La ética es indisociable de lo espiritual, si en verdad quieres mirar de frente los ejemplos de Jesús.
19) Fascina conocer a quienes recomponen la Esperanza.
20) ¿Cómo evitar tanto parloteo, tanta inanidad de la palabra? Peligrosa situación la que tenemos pues ello conduce a que muchos descrean de ellas, desconfíen del lenguaje y estimen que todo gira en torno a una construcción vacía. ¡Saquémoslas del lodazal donde están embarradas para acompañar un decir hipócrita, propio de la corruptela del pensamiento y del sentimiento! Rescatemos, al menos, las palabras esenciales: Solidaridad, pan, Cristo, libertad, justicia, humildad… ¡Hagamos que la Palabra vuelva a ser salvación!
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