1). Consufrir el drama de los otros. He ahí el principio de la Esperanza.
2). La realidad de todos los días es dura y descoyunta hasta los omóplatos. De esa honda realidad debe estar hecha, para ser creíble, la esperanza.
3). Nuestra fe tiene la Palabra. Pero cuidado con quedarse con la letra y no con el espíritu. Cuidado con caer en el fanatismo ciego y no en la obediencia razonada. Cuidado con espantar a los empobrecidos y poner en primera fila a los enriquecidos, sabe Dios cómo. Cuidado…
4). Si alcanzas cierta relevancia debe ser para servir, no para dominar.
5). Rebélate ante tanta quincalla moral (hipócrita, quiero decir); rebélate ante la tiranía de los mediocres de este entorno que anda desalmado. Lo trivial, lo frívolo, las corruptelas… dejan la puerta abierta al desastre económico. Rebélate ante el triunfo de la banalidad, ante líderes de cartón piedra, ante ídolos de barro. No callar.
6). ¿Quién nos llama? ¿El gallo del próspero existir, en medio del circo paupérrimo de las gentes? Pocos a la escucha de la profecía; innúmeros atentos a la ensoñación del otro canto.
7). El acatar no es ya siempre; el mandar no es ya siempre… La humilde emoción, sí, ésa Sí. También el asombro que en sí mismo permanece, porque es agasajo de Dios.
8). ¿Acaso no es la Poesía la que proporciona incandescencia a la Teología? Por ello, hermanos, tárdese el desdén.
9). La poesía es una cuestión de fe; es palabra revelada. La poesía es otra cosa porque nombra una realidad más real, al revelar las características vitales de ti o de los otros. Y también es el lenguaje de la oración, que mejor nos acerca a Dios.
10). Testificar la Vida después de la Cruz última. Que los durmientes sean otros; también otros los pirotécnicos.
11). ¿Por qué silenciar las horas negras? El alma amanece temblando y se echa sobre las arenas del desierto…
12). Eso de ser hermanos hay que ganárnoslo a diario. Si el corazón canta, habrá fraternidad incomparable; si rebuzna (en castellano o cualquier otra lengua) habrá que pensar que la semilla no acabó de germinar.
13). Candorosidad es lo que se necesita para ser honesto y llegar a la verdad profunda, y convertirse en ángel de denuncia, de raigambre ética contra las penitencias impuestas por los que deciden.
14). El dinero no es un pequeño Dios, pero hay quienes combustionan su corazón ante tal presencia. No resulta sacra esa costumbre; tampoco la de corromperse por tenerlo cerca.
15). Hasta qué nervadura del alma estará enquistada la envidia en nuestra sociedad, que para manifestar algo que se gustaría tener o ser, la expresión más oída resulta: ¡Envidiable!
16). El hombre sabe que su fin esta a la vuelta de cualquier esquina. Pero desconoce cuál esquina es la que le corresponde.
17). Hay días en que uno se siente más mortal que de costumbre.
18). Tantas contiendas por la verdad que olvidan la Verdad del Amor y se centran en luchas de poder, a veces sostenidas con medios violentos. El disidente, el que piensa de otra forma, bien lo podría hacer desde la limpidez de sus intenciones y razonamientos. Pero pone en peligro al Sistema, y por ello es separado, en el mejor de los casos.
19). ¡Dispararán a quemarropa sobre tu talón más débil! Ve por otra senda y así no darás opciones a los que te persiguen.
20). Vengo vivo porque el amor arde cuando crece el vientre de la amada y un hijo en camino embellece el goce total en este tiempo de Dios.
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