El Eros sublimeforma parte de lo Sagrado. Y antes de que algún mojigato se escandalice, recuerde la Biblia, y especialmente uno de sus libros más hermosos:El Cantar de los Cantares.Y si todo libro que se contiene en el Libro de los Libros es inspirado por Dios, lo verdadero entonces es que Dios derrochó con nosotros su seminal pulsión erótica.
Pero nada de empalagos: basta el entremés de la sugerencia.
Ahora bien, tratándose del pleno Amor, lo fidedigno es Permanecer, entregado a ese magno fulgor que suelda carne con espíritu: A hombre y mujer pertenecen el Tiempo vivo y el humano derecho a lo Divino.
¡Oh Dios, cómo los nidificas para que se conozcan y prosiga el milagro de la Creación!
2.
Entre los esposos, el sexo es un mandamiento de Dios y hay que gozarlo y/o disfrutarlo como una bendición: “Que tu fuente sea bendita,/ disfruta de la mujer de tu juventud, / cierva querida, gacela encantadora;/ que sus pechos te embriaguen cada día/ y su amor te cautive sin cesar…”. Estamos en Proverbios, aunque muchos piensen en el Cantar: no se trata de alegorías y sí del invariante deleite que derrumba el falso tópico de lo pecaminoso.
Pero la sexualidad está más allá de lo físico: el goce no sólo es carnal sino también espiritual. Y el Amor todo lo trasciende para el que no apaga su fe. Aquí recuerdo lo escrito por Eunice Odio, costarricense-guatemalteca-mexicana (1919-1974):
“El poeta anda buscando a Dios y sólo lo encuentra en el fondo de todos los hombres. Y sólo es poeta cuando sabe lo de todos los hombres posibles; y lo sabe sólo cuando los ama inmensa y apasionadamente”.
Amar retrasándonos hasta la raíz del manzano.
Un desnudo cántico, una plegaria de Amor, una Pasión que se adensa como nunca, que torna pequeño augur a quien nada sabe de lo porvenir… Así el Cantar de los Cantares, el Poema que no crucifica a ese Eros que completa a los humanos.
3.
He aquí un nuevo exégeta del libro atribuido a Salomón: Stuart Park atreviéndose a ‘revolucionar’ la recatada fiesta moralizante: “El Cantar reivindica la unidad del hombre y la mujer en igualdad. No presenta una versión jerarquizada o patriarcal que reserva a la figura masculina el papel de salvador. Si somos la Sulamita, también somos Salomón....”.
Y va más allá, al entroncarlo con el Evangelio y las Epístolas: “…la mujer será ‘ayuda idónea’ para el hombre, una relación que implica idéntica solicitud por parte del varón hacia la mujer, puesto que la ayuda idónea sólo puede darse desde la igualdad y la reciprocidad, nunca desde la inferioridad o el servilismo”.
El cuerpo del Poema es único y por sus sendas hay un ir y un regresar más acá de la tentación, Cristo retocando el mapa de la felicidad, el Amor acumulando siglos en los dos que ya se han hecho Uno.
¿Por qué no enloquecer de gozo para ser bienaventurado? ¿Acaso la locura está mal vista entre los cristianos? ¿O es que la ‘locura’ de la Cruz solo se presta para seductoras pirotecnias?
Un jardín para los desenlaces propicios, un huerto de verdadera Luz…
4.
Ahora nombro a Fray Luis de León (projudío) y a Stuart Park (protestante).
En los interrogatorios en defensa de Fray Luis, el comisario Rodríguez, encargado por la Inquisición de Valladolid para que preguntase a ciertos testigos salmantinos, deja constancia de lo declarado por el maestro Francisco de Salinas, el l 7 de enero de 1573, con relación a las frecuentes visitas que Fray Luis le hacía, donde, anota Rodríguez: “…comunicava con este testigo cosas de poesía y otras cosas del arte…”.
Poesía, sol de los ciegos, Verbo del principio.
Poesía, la misma que es negada o desdeñada mil veces por quienes se dicen lectores de la Biblia. Y aquí la opinión de Fray Luis: “…es argumento que convence haber usado Dios della en muchas partes de sus Sagrados Libros, como es notorio…”.
El traductor del Cantar del hebreo al castellano, cuyo “… resultado es esplendoroso: una de las maravillas literarias de la España del siglo dieciséis…”, según el puertorriqueño Luis Rivera Pagán, destacado teólogo de la literatura. El inglés de Valladolid cuya exégesis (hecha el tercer año de la segunda década del siglo veintiuno) será paradigma en centurias venideras.
Y es que Stuart empieza bien: “El Cantar nos invita a presenciar una noche de amor, pero no como intrusos, ya que la unión de los esposos se expresa mediante metáfora y símbolo, como conviene en el mundo de la poesía”.
5.
Digo: Entretente por el cuerpo amado y luego sé auriga sobre su jardín cerrado. Entonces el aroma del alba…
Leo la explicación de Stuart en perfecto connubio con el Poema. Y quedo trasviendo dos mil quinientos años con un Amor escrupuloso por la Divinidad que está al fondo del alma y por el Eros de las bellas alegrías, del contacto que no se inventa, del sexo matrimoniado al Amor, de la ternura que empareja sin beatitudes ni desenfrenos.
Bienaventurados los que Aman.
Octubre y en Tejares (2013)
(*) Pórtico del libro
“Jardín cerrado”, de Stuart Park, un magnífico ensayo sobre
El Cantar de los Cantares, el insuperable poema atribuido a Salomón, que próximamente saldrá de imprenta bajo el sello de la vallisoletana Ediciones Camino Viejo.
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