1) La benignidad es pieza clave para el corazón cristiano, para el entendimiento y la práctica de un Amor que no es fácil de prodigar, pero que, una vez alcanzado, te baja del vacío por el agua filial de la felicidad.
2) Cierra los ojos, ángel, y lleva mi mensaje al Niño cuyo pan consumimos.
3) Hay quien vive la mentira como un trabajo a tiempo completo.
4) La teología idónea no es aquella de sesgo imperativo y arrogante (pseudocientífica), sino la que imanta, entusiasma y despierta el deseo de conocer más, por ti mismo, del poder creador de la Palabra. ¡Cuidado con el propósito de algunos de querer hacer de la Teología una disciplina científica! Al cristiano le conviene una aproximación sentimental, que es aquella que conmueve y, a la vez, incita a ampliar sus indagaciones. Esto siempre será mejor que esos otros desafueros y arbitrariedades que, por lo general y de forma tediosa, se avientan a los oídos u ojos de los creyentes. Quede constancia que no estoy contra las buenas exégesis, reflexivas pero que a la vez propician disfrute en el oyente o lector. La pena es que son escasas.
5) El mediocre evita el contraste, la comparación. Por todos los medios: con silenciamientos u horrísonos gruñidos.
6) ¿Qué Teología se merecen quienes aman con la admiración perfecta? Recomiendo la lectura de un librito que en sus pocas páginas dice más que cien tratados. Lleva por título
“Hacer teología junto a María” (Kairos ediciones, Buenos Aires, 2006, pp. 86), del teólogo brasileño Valdir Steurnagel, doctor por la Escuela Luterana de Teología de Chicago: “Es una pena que se haya excluido a la poesía de la teología. Es una pena que la hayamos tratado de convertir en objeto de análisis. Al aplicarle el bisturí de lo que llamamos ‘alta crítica’, intentamos someterla a nuestras intenciones iluministas. Al insistir en hacerle preguntas que ella no quiere responder y al formular respuestas teológicas para las preguntas que reflejan tanto la incredulidad de nuestros días, acabamos haciendo de ella un pobre instrumento de la acción de Dios, La teología, transformada así en el verbo cerebral conjugado por el hombre blanco, acabó convirtiéndose en algo pesado y aburrido. Expresada con largas frases y articulada en un lenguaje filosófico rebuscado, perdió mucho de su encanto”. En nueva entrega citaré otro fragmento de profunda autocrítica al (mal) hacer teológico.
7) Lo fundamental es la Palabra. Su deformación lleva al descreimiento en el lenguaje.
8) Poderosa realidad la de una ciudad amurallada donde Teresa de Cepeda inauguró la incandescencia de su fe. Poeta siempre aguardando el prodigio y, a la vez, poeta siempre colmada de primicias:
“Ya toda me entregué y di,/ y de tal suerte he trocado,/ que es mi Amado para mí,/ y yo soy para mi Amado”. No desfallecía, a pesar de zancadillas y ninguneos. Para los apedreados escribió estos versos:
“Nada te turbe, nada te espante./ Todo se pasa.Dios no se muda./ La paciencia todo lo alcanza./ Quien a Dios tiene, nada le falta. Sólo Dios basta”.
9) No permitas que te confunda la apariencia de los demás; tampoco emitas juicios basados en el aspecto del prójimo. Puede que para los otros seas tú quien vista de forma extraña. Sal de tu entorno y verás cómo se desvanecen muchos prejuicios o aires de superioridad.
10) El que clama tiene anclaje bíblico, pues su voz no está ensillada en otras galaxias. ¡Clama, quéjate de toda injusticia o desastre colectivo! Luego vendrán días de ternura indecible, pero no cuando a diario ajustician la verdad o tontean con el porvenir de muchos.
11) Una luz diferente bajaba del cielo. Otorgaba una plenitud que nadie más despertará en nosotros.
12) Si hay pobreza material en nuestras vidas, al menos no dejemos que nadie socave nuestras ilusiones.
13) Noticias bien tensadas en la abierta eternidad: ¡ésa es munición que traspasa cualquier blindaje! Pero ninguna monserga enarbolada en lo inseguro; ninguna lágrima fletada al que perdió su identidad; ninguna baratija o vidrio común. Noticias de que estamos bien despiertos: ¡ésa es la munición!...
Si quieres comentar o