Starman

*Desde la bóveda celeste, el hombre de las estrellas la espiaba sin miedo. Aguardaba el momento oportuno para franquear el espacio, para hacerse presente en su rutina, ¿llegaría a cumplir algún día la misión que había proyectado sobre aquella mujer? Por su parte, hacía siglos que, ella, a deshora y a oscuras, sentada en el alféizar de la madurez, aguardaba la señal secreta a través de alguna emisora de radio. En su soledad componía y descomponía versos intentando descifrar algún mensaje perdido. Nadie más que Starman podía devolverle la osadía que se le había quedado enredada a orillas de su infancia. Desde entonces se sentía atrapada en las costumbres diarias revestida por un sin fin de simuladas complacencias. 

Ven, hombre de las estrellas, entonaba jubilosa, oraba insistente en genuflexión apenas iniciada, a ti te invoco y conjuro, muéstrame tu luz y confiada brillaré para ti, sólo para ti en esta oscura infelicidad que a todos abruma. Estoy aquí, ¿me ves?

Cuando apareció por fin el anhelado, cuando oyó su lenta voz, no supo cómo reaccionar ante el encuentro, como responder a aquella visita que se hacía real en medio de la noche. Sí, fue al danzar y descubrir su propio brillo de mujer-luciérnaga. 

Hay un hombre de las estrellas esperándonos en el cielo, aguarda el momento para salvar distancias, para hacerse presente en cada uno de nuestros temores. Pretende hacernos volar, liberarnos la mente. Brillemos con fuerza para facilitarle el lugar exacto donde nos encontramos. 

*Texto inspirado en el contenido de la canción: Un mensaje de esperanza es enviado a la juventud de la Tierra a través de la radio. Con anterioridad, en la primera canción del disco se había anunciado la destrucción del planeta en cinco años. Ahora, la salvación se presenta de la mano de un extraterrestre al que se alude como “Starman”.