Para escribir sobre Cristo

1) Una teología que no se embarre en el día a día de los más necesitados, podrá ser una hermosa metáfora de salón pero no una traducción perfecta del Amor al prójimo.

2) El Poeta estuvo en la primera noche del Verbo, con su corazón expuesto al Viento de todas partes.

3) Una pálida ceremonia te amordaza y en tu orfandad ya no hablas de la resurrección ni esperas el regreso a contraluz. El llamamiento no depende de un lugar que dormita sino de los innumerables oxígenos de tu Fe.

4) Que Dios sobreabunde en tu boca. Pero sonrójate, al menos, si tu actuar se verifica falaz.

5) ¿Cómo aprehender a la Divinidad sino intentando auscultar, con visión profética, cada prodigio cotidiano? La Revelación no debe ser olvidada; tampoco la comprensión metafísica de la otra Realidad.

6) Lo inmundo es el aliento de quienes perpetran emboscadas con la sonrisa de sus dos caras.

7) A una estatua nunca pidas desenlaces propicios. ¡Abre los ojos y mira cómo sus dedos están mutilados y cómo el cincel la hizo sorda!

8) Unos versos del poeta-profeta Jeremías, tan actuales en su lamentación: “La lengua del niño de pecho se pegó a su paladar por la sed; los pequeñuelos pidieron pan, y no hubo quien se lo repartiese”.

9) ¡Vengan obras si derivan de una Fe inquebrantable en Cristo! Quien lo desee siga encadenado a otros cometas teológicos, pero resulta diáfano lo anotado por Santiago, el buen hermano de Jesús.

10) Aquellos de moral raquítica no están tranquilos ni en sus escondrijos.

11) Ante tragedias de horror y muerte que asolan a pueblos enteros, no aumentes su padecer voceando que es maldición por estar apartados de Dios. Tú, que gozas de bonanzas por doquier, intenta desprenderte de mucho o, al menos, acércate a esos estercoleros para servir como Dios manda.

12) Para escribir sobre Cristo hay que hacerlo desde el otro lado, desde la Liberación. Nada de sumisiones insuficientes o antiutópicas.

13) Medicinas para el alma son los Salmos. El cuerpo necesita del Cantar de los Cantares.

14) ¿Te engrandece una solvente cuenta bancaria, un coche de alta gama o una espaciosa residencia? Mal vas en tu camino, si es hacia Cristo adonde diriges tus pasos.

15) Con ardor, con vehemencia ejercita la hospitalidad.

16) ¿Tenemos un Reino? Lo que tenemos es un huerto, un frágil Edén que requiere siembra y cuidado. El Reino se atisbará cuando llegue la cosecha. No antes; no después.

17) La grasa del alma no se quita con detergentes o sahumerios.

18) Tu última esperanza: saber dónde se pisa para no caer; y llegar. Llegar siquiera al lugar de espinas donde el Galileo mayor dio sus penúltimos pasos.

19) Lejos ven los ojos iluminados y aquel festejante que se alumbra con relámpagos. Por las tierras más altas (entre brasas y espadas fosforescentes) están sembrados los símbolos y el rostro auténtico del milagro. Cojos y ciegos buscan el lugar donde no hay rechazadores. Allí sólo arriban quienes ven viejos cielos y revelaciones. ¡Cómo reverbera esta intuición!

20)El padre se regocija cuando el hijo hereda su quehacer de justicia.