4.
El título de esta conferencia lo propuso Juan María Galán Luce, anciano de la iglesia evangélica de Segovia y miembro de la Asociación Socio-Cultural Gabriel Sánchez.Mucho aprecio su empeño por traerme a compartir una pasión anclada en el Amado Galileo. Por ello mi total acatamiento a la temática requerida.
El ejemplo de Cristo es magna irradiación inspiradora: Sus días carnales sobre la tierra son latidos enllamarados para quienes siguen su horizonte de Buenas Nuevas. Esa inspiración llevó a dos creyentes castellanos a dar su vida y su poesía para expandir la Palabra por tierras de España.
Del primero de ellos, decir que en Navaluenga (Ávila) las tropas franquistas ejecutaron al segoviano Gabriel Sánchez, allí afincado haciendo obra protestante. Fue a principios de octubre del 36. Su viuda y sus dos hijas tuvieron un primer refugio en Valladolid -hospedados por Mariano San León, notable poeta evangélico-, antes de pasar a Barcelona.
¿Quién, que sepa lo mínimo del movimiento evangélico español, podría poner en duda la integridad pastoral de Mariano San León (Valladolid, 1898 – Barcelona, 1963)?Presumo que nadie, pues abundan los testimonios sobre su correcta teología, sobre su bondad espiritual y material. Y claro, también hoy se le conoce por los bellos himnos que escribiera y que se cantan en la alabanza de muchas iglesias.
Pero también
era un poeta con versos preñados de Evangelio, preocupados por la dimensión totalizante del ser humano. Y escribió unos poemas que ciertos beatos podrían tildar como inspirados en la Teología de la Liberación, salvo que por entonces no existía tal corriente teológica. ¿No sería más bien que su inspiración estaba en los mandatos del Jesús que tanto amaba y a quien se había entregado por completo?
Quien alza voz profética para defender a los más desfavorecidos, es consciente que su proceder no será bien visto por el poder establecido. Lo cómodo y ‘espiritual’ es silenciar la reprobación. Entre abrazos y rasguños el creyente ora por la religación suprema; entre todo lo que tiene vida -pero también bajo el fósforo del porvenir-, el poeta que también es cristiano cobija al prójimo más de lo que su corazón puede contener. Y es que el poeta es un recomendado de Dios: clama contra lo que oprime; busca palabras que los faltos de ética o de práctica evangélica no soportan; ilumina la confianza de quienes abren su entendimiento al Reino de la solitaria paloma blanca.
Y es que el poeta que sigue a Cristo debe dejar que por sus venas fluya la savia de la inconformidad. Por ello debe hacer reforma tras reforma, con el fin de quitar la costra de anquilosadas tradiciones que no transparentan lo que Él dijo e hizo al principio. Aquí dos poemas de Mariano San León, para dejar constancia del voltaje de sus versos:
¿DE QUÉ TE SIRVE?
La vida del hombre
no consiste en la abundancia
de los bienes que posee
(SAN JUAN)
¿De qué te sirve la lluvia
de oro que te visita
y hace madurar el fruto
del huerto que tú cultivas,
si desconoces la mano
que tales dones te envía?
¿De qué te sirve la nube
deshecha en limpios cristales
que da canción a tu fuente
y aromas a tus rosales,
si muere de sed tu alma
cautiva en lazos carnales?
¿De qué te sirve la noche
cuajada de pedrería
si es mirada de los Cielos
que jamás al pobre olvidan,
si para ti tal mirada
es inconsciente y es fría?
¿De qué te sirve el pan blanco
que nunca falta en tu mesa
y el vaso que cual topacios
liquidados centellea,
si tienes a tu hermano
muriendo de hambre a tu puerta?
SOY HOMBRE
Soy hombre y cada hombre
es mi hermano.
El que lleva en su frente el sello de la vida
y el que yace en su propia celda condenado;
el que me niega una mirada
y el que me brinda la fuerza de su brazo;
el que llama temblando a mi puerta
y el que vive en regalo;
el que cruza cantando la floresta
y el que sube la cuesta de un calvario:
en su ser tal vez aniden igualmente
idénticos gusanos.
El rencor del indigente
y el amargor del saciado
mas de una vez clavados en mi pecho
los sentí como dardos.
Y la llaga que los ojos miran
y la que esconde fino y blanco paño
quisiera ver sanadas
por una misma Mano.
¿Se olvidaron -¡oh Cristo!- de tus palabras
selladas con la sangre del Calvario?
¿Lo que son tus brazos extendidos
Y tu voz al decir: “Amaos,
que uno es vuestro Padre
y todos vosotros sois hermanos”?
¡Por qué sus ojos brillan con fulgores de Infierno
y sus dientes castañean blancos y afilados?
Lobos y perros en su maldad se hicieron
¡y así la vida van atravesando!
¡Oh, si se hundieran con su ceguera las mansiones!
¡Si se hundieran con su ceguera las cabañas!
¡Y esta pobre humanidad que hiede,
la pobre humanidad que se engusana
respondiera a la Voz de Cristo
que a nueva vida llama!...
¡Oh pueblos que amáis la Verdad y la Justicia!
¡¡¡ Desatadla!!!
El poeta que hoy clama tiene anclaje bíblico, pues su voz no está ensillada en otras galaxias. El poeta protesta ante toda injusticia o desastre colectivo. Luego pueden venir días de ternura indecible, pero no cuando a diario ajustician la verdad o tontean con el porvenir de muchos.
5.
Nos nombraban como herejes. Los heterodoxos son siempre los llamados a re-escribir la Historia espiritual. Sus actos y sus decires arañan la piel del alma anquilosada, más pendiente del atavío y del amén; más fervorosa para el mandar que para el servir. Aún hoy no es infrecuente constatar que el propio Rabí resulte incomprendido, también por algunos que dicen seguirle. Con la creación la eternidad empezó a existir. La eternidad está hecha de Poesía: por ello no envejece nunca y el poeta es un genuino eternizador. Jesús es un poeta de dicho linaje, el más grande de los pasearon y pasean por la tierra.
La plegaria comenzada en la Cruz es voz que embaraza por siglos.
6.
La Poesíaresulta una fuerza numinosa, un sismo interminable, un código de entendimiento que trasciende el lenguaje cotidiano, un universo extraordinario, una inmensa revelación de mil pueblos, un pico más elevado que cualquier otro de la cadena montañosa de la literatura. La poesía es reflexión, síntesis, sugerencia…
Cuando escribí el libro
Cristo del Alma quise dejar evidente testimonio poético de mi entrega al Amado Galileo. Y aunque esperaba la consabida “crucifixión” de los poetas remilgosos a darse cuenta de lo sagrada que es la Poesía, para mí era una necesidad insoslayable, estando dispuesto a pagar el precio del ostracismo literario. Pero el Señor quiso que este libro me deparara múltiples satisfacciones. Gracias, Poeta que fuiste extranjero en Egipto.
7.
La poesía es el oficio del resistente. Cierto que en apariencia no soluciona nada, pero permite que algunos pasen la noche y esperen que llegue la semana venidera, y la siguiente y la siguiente…El poeta es un resistente. Muchos lo quisieran en un sarcófago o lagrimeando su identidad perdida, pero él renace en cada palabra que pule muy despacio. Resiste al tomar la delantera; resiste cuando un devoto lector hace suyo lo que él escribe; resiste porque no piensa nada en el dinero. El poeta es un resistente porque sabe que sus mensajes ayudan a seguir sintiendo.
El poeta no es contradictorio, y tampoco rechaza a gran parte de la sociedad que constantemente pretende ningunearlo.
La voz del poeta se ensambla en el cosmos, pero debe desangrarse en la tierra: sin tregua debe estremecerse en el humano mundo de los desposeídos, pues ellos son quienes acopian, genuinamente, el resto de la esperanza.
Debe estar dispuesto a pagar el precio por no considerar como perdidas las causas justas. Y debe advertir que tanto humo que a diario se ve sólo permite que atisbes sombras de la realidad. Leamos unos versos del poeta Jeremías, tan actuales en su lamentación: “La lengua del niño de pecho se pegó a su paladar por la sed; los pequeñuelos pidieron pan, y no hubo quien se lo repartiese”.
Finalizo recordando a una poeta de estas tierras, Teresa de Cepeda y Ahumada. No desfallecía, a pesar de zancadillas y ninguneos de jerarquías eclesiales. Para los apedreados, y en nombre del Cristo amado, escribió estos versos:
Nada te turbe, nada te espante.
Todo se pasa.Dios no se muda.
La paciencia todo lo alcanza.
Quien a Dios tiene, nada le falta.
Sólo Dios basta.
(*) Segunda parte de la conferencia ofrecida dentro de la VIII Semana Cultural Evangélica, organizada por la Asociación Socio-Cultural Gabriel Sánchez. Segovia. Viernes 26 de octubre, Salón de Actos de la Residencia Emperador Teodosio.
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