El polaco: no podemos, no debemos callar

He tratado de encontrar sentido a lo sucedido: En la España del siglo XXI, un país del primer mundo, alguien puede morir desnutrido; ¡cómo hemos cambiado!. ¿O no?

ACTUALIDAD AUTOR Carmen Delia Medina 03 DE OCTUBRE DE 2013 22:00 h

Foto de un “sin techo” inglés de Brad Gerrard (2010) / Flikr, Umblr

Oyendo la noticia de la muerte de un indigente en Sevilla como consecuencia de su estado de extrema desnutrición, llegaban a mi cabeza los sones de una vieja canción de “Presuntos Implicados”:

Ah! Cómo hemos cambiado
qué lejos ha quedado
aquella amistad.

Así como el viento lo abandona todo al paso,
así con el tiempo todo es abandonado;
cada beso que se da, alguien lo abandonará.

Así con los años unidos a la distancia,
fue así como tú y yo perdimos la confianza;
cada paso que se dio, algo más nos alejó.

He tratado de encontrar sentido a lo sucedido: En la España del siglo XXI, un país del primer mundo, a pesar de la crisis, alguien puede morir desnutrido; ¡cómo hemos cambiado!. ¿O no?

El relato de los hechos que nos hacen los periodistas resulta estremecedor: el joven fue llevado al hospital tras encontrarse mal en la calle. Allí le atienden y “como responde bien al tratamiento” es dado de alta con diagnóstico de problemática social.

Hace unos años, un joven, el hijo de la eurodiputada Francisca Sauquillo, sufrió una hipoglucemia y se desmayó en la estación del metro Lista y los vigilantes de seguridad del metro le sacaron a la calle. El joven moriría unas horas después en el Hospital la Princesa.

Recientemente, 200 inmigrantes han perdido la vida frente a las costas de Lampedusa.

Pobreza e insolidaridad, combinan mal.

¿Cómo hemos cambiado? En realidad siempre hemos sido así, y prueba de ello es la respuesta de Caín cuándo Dios le pregunta por el paradero de Abel: ¿Acaso soy yo el guardián de mi hermano?

Hoy responderíamos, ¿acaso tengo yo la culpa de la pobreza en África? ¿quién mandó a ese inmigrante polaco a venir a España?; incluso podemos encontrar argumentos de peso: en sus países de origen habrían muerto de hambre igualmente.

La causa de estas tragedias es más profunda que la crisis económica; no es un problema ideológico; la verdadera causa está en la pérdida de identidad de nuestra condición humana.

Hemos perdido la capacidad de ver en el otro a mi próximo, alguien como yo, ser necesitado, aunque no lo sepa. Carecemos de la sensibilidad ética del buen samaritano, y lo peor es que se trata de un pecado bastante común: ¿cuántas veces no cambiamos de acera cuando vemos a alguien cuyo aspecto no nos gusta?

Probablemente no esté en nuestras manos acabar con la crisis, pero si lo está no permanecer impasibles ante la situación: ¿qué puedo hacer yo?; ¿qué puedes hacer tu? No es una cuestión sólo de caridad, aunque también hay que aportar recursos.

Tiene más que ver con la justicia, tiene que ver con lo que ya decía el profeta Malaquías:

Declararé en contra de los que estafan a sus empleados con sus sueldos, de los que oprimen a viudas y huérfanos o privan de justicia a los extranjeros que viven entre ustedes, porque gente que hace estas cosas no me teme, dice el Señor de los Ejércitos Celestiales.

A veces da la impresión de que los cristianos estamos impasibles ante lo que pasa a nuestro alrededor. Es cierto que tendemos nuestra mano “al necesitado”, a través de la acción social que desarrollan las iglesias, pero… ¿dónde está la voz del pueblo de Dios denunciando la injusticia extramuros?

No podemos, no debemos callar…

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Daniel B

10/10/2013

15:15 h

A todos nos gustaría que hubiera sanidad, educación, ayudas familiares,vivienda gratis para todo el mundo, nacionales y extranjeros, pero el problema es que no hay dinero y eso hay que pagarlo, no hay nada gratis. El problema de lo que paso en Lampedusa, la culpa es totalmente de los países africanos de origen 1ª por no vigilar sus costas y 2º por que son países ricos en petróleo y son totalmente corruptos y empujan a la gente hacia europa, para sacarse el problema de encima.

Respondiendo a Daniel B

EZEQUIEL JOB

10/10/2013

07:11 h

HAY QUE EMPEZAR HACIENDO MISERICORDIA NOSOTROS, Y NO ESPERAR QUE LOS DEMÁS LO HAGAN, SEAMOS TESTIGOS DE CRISTO EN JERUSALEN, JUDEA, SAMARIA, Y HASTA LO ULTIMO DE DE LA TIERRA, QUIERE DECIR QUE SIEMPRE DEBEMOS EMPEZAR POR NOSOTROS MISMOS, QUE NOS QUITEMOS LA VIGA DEL OJO PARA VER BIEN LA PAJA EN OJO AJENO. EMPECEMOS POR CASA ( 1Ti 5:4 Pero si alguna viuda tiene hijos, o nietos, aprendan éstos primero a ser piadosos para con su propia familia, y a recompensar a sus padres; porque esto es lo bueno y agradable delante de Dios.)

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Pablo Cruz

08/10/2013

11:38 h

No puedo acabar con los problemas del mundo, pero no es lo que se me pide. Por un lado la reflexión es ayudar al que está cercano a mi y eso debo hacerlo yo. Por otro está el denunciar la corrupción, la injusticia social. El texto que cita de Malaquías, como los otros de otros profetas tiene la firma del mismo 'Señor de los Ejércitos'. Es nuestra responsabilidad 'obedecerle humildemente'.

Respondiendo a Pablo Cruz

Marcos Sanz

06/10/2013

22:06 h

Desde la ONG Visión de Futuro estamos trabajando de continuo con personas que por la razón que sea hay caído en la misma situación, personas que no saben sí mañana estarán vivos o si podrán llevarse algo a la boca. No escribo desde África, sino desde España, concretamente desde Javea (Alicante), trabajamos con indigentes, algunos de ellos también polacos, con desnutrición, sin recursos, sin ayudas dado que muchos de ellos han perdido o les han robado sus documentos, sin techo. Esta es la otra cara de turismo en esta zona, y las autoridades políticas ni siquiera nos reciben. Esto es una vergüenza.

Respondiendo a Marcos Sanz

Sergio de Lis

06/10/2013

22:05 h

A la primera noticia aparecida sobre este drama ya hice un comentario. Y ahora solo quiere hacer una petición -como entonces-: que se busque al responsable de esa muerte, porque lo hay.

Respondiendo a Sergio de Lis

amparo

06/10/2013

22:06 h

No pude evitar que se me humedecieran de lagrimas los ojos , que en un sitio parte de Europa alguien a la cola de pedir para comer muriera de hambre¡¡

Respondiendo a amparo

luis gomez

04/10/2013

14:42 h

Buena conclusión ,malos ejemplos.En Africa no tienen dinero para emigrar los pobres de los pobres.Ni los mas incultos y peor preparados,Africa se desangra de sus jóvenes mas capaces y muchas veces por las mentiras de compatriotas que les dicen lo fácil que resulta en Europa ganar dinero,lujos y otras cosas .La solución seria abrir nuestras fronteras ,pero quizás no seria conveniente