A principios de 2011, el Papa Benedicto XVI manifestó su intención de convocar un encuentro mundial en Asís (Italia) para conmemorar el 25 aniversario del día de oración por la paz 1986, que inició su predecesor Juan Pablo II. A este evento asistieron representantes de varias comunidades de fe que se reunieron para orar por su propia cuenta, y también se congregaron en sesiones conjuntas de oración. Para muchos observadores, tanto evangélicos como católicos de los más tradicionales, Asís 1986 fue una muestra de universalismo y sincretismo antibíblico, mediante el cual gentes de diferentes comunidades de fe se agrupaban para orar (todo lo que la oración pueda significar en un contexto inter-religioso) bajo el liderazgo del Papa. Los críticos, muchos de los cuales están también en los círculos católico romanos, argüían que una cosa es unir los esfuerzos para fomentar la paz en el mundo, y otra completamente distinta es unir las oraciones en una petición multi-fe común en la forma en que se hizo en 1986.
ASÍS 2011
Después de 25 años, Benedicto XVI invitará de nuevo a los líderes religiosos a ir a Asís para orar por la paz y la justicia. En realidad, el nuevo título oficial de este acontecimiento es “Día de Reflexión, Diálogo y Oración”, y tendrá lugar el 27 de Octubre de 2011.
La diversidad de los que han confirmado su participación es impresionante:
- 176 representantes de religiones no cristianas (48 musulmanes, 67 budistas, 7 hindúes, 5 sikhs, 4 personas de religiones tradicionales africanas, etc.);
- 31 delegaciones oficiales de iglesias y comuniones cristianas (p. e., el Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, la Comunión Anglicana o el Consejo Mundial de las Iglesias);
- Representantes del judaísmo mundial;
- Diversos intelectuales seglares;
- Delegaciones diplomáticas (un recordatorio constante de que el Vaticano es también un estado soberano con relaciones diplomáticas oficiales con los demás estados del mundo).
La influencia positiva de Ratzinger está claramente visible en el título del evento. Después de las críticas que se hicieron acerca de que Asís 1986 había alentado el sincretismo, el énfasis del encuentro 2011 se centrará más en la reflexión común y el diálogo entre personas de diferentes religiones y culturas. La plegaria aparecerá únicamente como el signo final del acontecimiento, pero todavía está allí.
El programa no supone que haya una sesión de oración pública y común, sino que cada delegación orará o reflexionará (¡habrá también participantes agnósticos!) en espacios separados en el convento de San Francisco, según sus creencias y tradiciones.
Por otra parte, como ya se ha indicado, Benedicto XVI desea que los no creyentes, tanto agnósticos como ateos, formen parte del acontecimiento, implicándoles en la búsqueda de la verdad y de la paz. Por consiguiente,
Asís 2011 será todavía una reunión inter-religiosa, pero la envergadura del encuentro será mayor a fin de incluir personas de buena voluntad, aunque no sean religiosas. De esta forma el tema se expande y la audiencia se amplía.
El día incluirá varias sesiones con discursos breves pronunciados por distintos participantes y concluirá con un corto peregrinaje por las calles de Asís conducido por el Papa. Esto representará un compromiso final para la paz que será simbolizado por un encendido de velas y un tiempo dedicado a la meditación delante de la tumba de San Francisco. En cuanto a las otras sesiones, el programa será clausurado por el Papa, que es el convocante, el anfitrión y el actor principal de este día. Las palabras, el lenguaje, los gestos, los actos y los símbolos reflejan la riqueza del sistema católico para concebir y aplicar encuentros inter-religiosos que conservan la centralidad de la institución CR.
¿CONTINUIDAD, DISCONTINUIDAD O CATOLICIDAD?
¿Será Asís 2011 distinto de su precedente en 1986?Es probable que las medidas que ha tomado Benedicto XVI eviten las prácticas abiertamente sincretistas que caracterizaron el primer evento. Lo cierto es que se emplearán muchas palabras para dejar claro que cada participante conserva su propia identidad religiosa con el fin de evitar malentendidos.
A pesar de todo, la beatificación de Juan Pablo II (celebrada el 1 de Mayo de este año) instituirá el contexto emocional del acto 2011, y se subrayarán los principales puntos de continuidad entre 1986 y 2011.
El “espíritu de Asís”, con su enunciado “lo que nos une es superior a lo que nos divide”, prevalecerá, especialmente para los medios de comunicación y la opinión pública, y por tanto, habrá poco espacio para el cambio en la forma en que mucha gente perciba este evento.
El “espíritu de Asís” posiblemente se reafirmará como la única manera de avanzar en cuanto a las relaciones inter-religiosas se refiere, o sea, dejar a un lado las diferencias, celebrar la unidad, buscar juntos la verdad, apreciar las diferentes perspectivas sobre la verdad, o acogerse mutuamente como “hermanos y hermanas””. Este parece ser el “mensaje” de Asís.
Por consiguiente, Asís 2011 estará tanto en continuidad como en discontinuidad con Asís 1986, pero
la combinación global entre 1986 y 2011 será la extendida catolicidad del catolicismo romano, esto es, su habilidad para pensar y actuar en términos globales a la vez que se queda con sus peculiaridades, su destreza para aglutinar gente de todos los orígenes sin que pierdan su perfil, y su ingenio para estar en el centro del escenario en las relaciones entre las religiones y el mundo moderno.
El objetivo de fomentar la paz y la justicia en el mundo es bueno y urgente. Pero con todo, ¿es la plegaria inter-religiosa (cualquiera que sea la forma en que se lleve a cabo) una opción bíblicamente viable? ¿Es la inclinación universalista religiosa la única manera de tratar con las distintas tradiciones religiosas? ¿Son los acontecimientos tipo Asís la mejor forma garantizada bíblicamente para promover la paz y la justicia? La iglesia católico romana puede responder “sí” a las tres preguntas. ¿Y los evangélicos?
Traducción: Rosa Gubianas
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