La carrera del River Plate (y la nuestra)

El club argentino River Plate es uno de los mejores y más queridos equipos de fútbol de toda América. Su mayor "desgracia" deportiva sucedió al final de la temporada 2011, cuando descendió a lo que podríamos llamar segunda división en su país.

Fue algo espectacular porque jamás un club con tantos títulos había caído tan bajo.

Para retornarlo a la máxima competición, los responsables del equipo contrataron al entrenador Almeida, que vino acompañado de Jose A. Chamot como su segundo. José siempre ha proclamado su amor por el Señor, y su deseo de honrarle en todo lo que pueda hacer en el mundo del fútbol.

Y lo consiguieron.

¿Cuál es la meta de nuestra vida?El escritor a los hebreos, en el versículo dos del capítulo doce, después de enfocar la vida cristiana como una carrera (en el anterior versículo) dice de una manera muy clara cuál es el objetivo de nuestra vida:"Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe..."(Hebreos 12:2)

Puede parecer obvio para todos. Si hablamos de la vida espiritual, El Señor Jesús es el centro de todo. No existe la vida cristiana sin Cristo, cualquiera puede entenderlo. ¿Cualquiera? ¿Por qué entonces tenemos tantos problemas en las organizaciones, iglesias, misiones, etc.? ¿Por qué tantos creyentes no encuentran su lugar en la vida? Te lo aseguro, no es una pregunta superficial, es LA pregunta: ¿Cuál es la meta de nuestra vida?

Déjame decirte que para muchos creyentes, lo más importante en sus vidas son las bendiciones de Dios. Para otros el ministerio, la organización y/o la iglesia. Para otros la doctrina y las creencias que defienden. No faltan los que viven "alrededor" de los milagros, el poder y lo extraordinario. Otros viven para servir y para trabajar.

Cualquiera de estas cosas no son malas en sí mismas, pero no pueden ser la meta de nuestra vida.

Las bendiciones que Dios nos da, el trabajo en la iglesia, el servicio, las misiones, etc. nos harán sentir desencanto, desánimo y tristeza en muchas ocasiones, porque sólo el Señor puede llenar nuestro corazón. Cuando todo va bien, somos felices, pero en cuanto llegan las dificultades, nada puede sustituir a nuestro Señor.

Si en nuestra vida el ministerio, la iglesia, las predicaciones, los milagros, el poder, la alabanza, la evangelización, el servicio, etc. son lo que llenan nuestro corazón de gozo, tarde o temprano vamos a sentirnos defraudados y desanimados. Sólo una persona puede amarnos incondicionalmente, es el Señor. Sólo uno puede saciar nuestra vida, Jesús. Dios quiso que todo "girase" en torno a Él. El Espíritu de Dios le glorifica en todo, y vive dentro de nosotros para que le glorifiquemos a Él.

Una vez más, ¿Cuál es la meta de tu vida?Necesitamos examinarnos a nosotros mismos. Gran parte de los problemas que tenemos y vivimos, vienen de algo tan sencillo como eso. Necesitamos poner nuestros ojos en el Señor Jesús siempre, lo demás vendrá a su tiempo.

No hay nada que podamos hacer que llene de significado nuestra vida como amar al Señor Jesús.