Frenando el fin del mundo

Muchas películas intentan ser fieles a lo sucedido en diferentes momentos de la historia. La titulada “Trece días” narra los acontecimientos que sucedieron en los años sesenta cuando el bloqueo de los EE.UU a Cuba era más intenso y se descubrió que había misiles desplegados en la isla.

El actor Kevin Costner actuaba como uno de los principales consejeros del presidente Kennedy, y en el momento de mayor tensión, cuando una simple decisión podía desencadenar una guerra mundial, le dice a los miembros de su familia: “Si mañana vemos salir el sol será debido a hombres de buena voluntad, y eso es lo único que nos separa del diablo”

La buena voluntad sólo puede venir de nuestro Creador, y muchas veces, es lo único que nos mantiene vivos. La locura de la ambición, el querer pasar por encima de los demás, el buscar que todos nos honren y nos admiren, la amargura y falta de perdón, eso lo inventamos nosotros solos, y es lo que nos destruye.

Nos cuesta creerlo, pero muchas personas revelan lo que realmente son cuando están en puestos y en lugares donde no deben estar, en puestos y lugares que les quedan demasiado “grandes”. Entonces derrochan toda su arrogancia y su vanidad destruyendo con sus actitudes todo lo bueno que otros pensaron de ellos.

Algunas personas deciden vivir de espaldas a la buena voluntad cuando se creen suficientes y son capaces de poner los pies encima de la mesa.

Muchas personas olvidan lo que significa la tolerancia y el respeto cuando llegan casi por “accidente” a encontrarse tan arriba en algún lugar, que viven vencidos por el vértigo del poder. Queriendo o sin quererlo, comienzan a ver las cosas desde arriba, y eso es demasiado para ellos.

En ese momento, todo parece venirse abajo, porque la gente más peligrosa que existe son aquellos que se pasan la vida entera diciendo “yo”. Es su palabra preferida.

Les encuentras entre los políticos, entre los líderes religiosos, entre los actores, deportistas y artistas… Les encuentras entre las personas normales. Están por todas partes, no puedes mantener una conversación con ellos sin que te hablen de sí mismos y de lo que hacen casi todo el tiempo.

Parte de la culpa la tenemos todos, porque la arrogancia se ha convertido en la cualidad más admirada por muchos en nuestra sociedad. Parece como si la buena voluntad hubiera desaparecido como una de las cualidades más admiradas. Y esa es la razón por la que nuestro mundo cada día está más cerca de los presupuestos del diablo.

Si no aprendemos a crecer en una voluntad buena y firme el mundo puede durar muy poco.