Alguien llora, Dios siempre escucha

Hace varios años encontré en una ciudad de Galicia a un chico que se llamaba Juan. Estaba pidiendo ayuda a los que pasaban. Parecía un deficiente físico, porque tenía muchas dificultades para moverse normalmente, y no podía hablar.

Cuando preguntamos por su historia, supimos que cuando era niño, se había caído desde un puente, y desde entonces pasaba casi todos los días en la calle, con la gente que le ayudaba.

Después de muchos esfuerzos por sus dificultades para hablar, nos dijo que se llamaba Juan. En ese momento, sólo pude decirle que nunca se olvidara que Dios le amaba. Que antes de que dijera una sola palabra, Dios ya le había escuchado, porque su vida era muy valiosa para Dios.

Nos hizo una señal con su mano y nos sonrió para que supiésemos que había entendido lo que le dijimos. Meses más tarde apareció en la Iglesia cuando yo estaba predicando, sin saber que nosotros estábamos allí. Sabía que Dios le amaba y le escuchaba siempre.

Cuando le vi, recordé uno de mis versículos favoritos en la Biblia:

¿Por qué te abates y te turbas dentro de mí, alma mía?
Espera en Dios porque aún he de alabarle,
mi salvación y mi Dios[1]

Y pensé en lo que tantas veces ocurre en nuestro mundo…

Alguien llora, nadie escucha, nadie se preocupa
Alguien sufre, nadie sabe lo que está pasando,
Nadie conoce las razones por las que la vida parece acabarse.
Alguien llora, y todos continúan con sus planes,
Porque eso es lo realmente importante para ellos,
Alguien se desespera y nadie es capaz de abrazarle.
Pero aún cuando todos parecen estar ausentes
la mano de Dios acaricia el rostro del que sufre,
porque Dios sabe exactamente lo que hay en el fondo del corazón.
Incluso lo que está escondido para nosotros mismos.
Alguien llora, Dios siempre escucha.

Nuestras lágrimas son el mejor medio para llegar al Creador.