Nuestra victoria no es que lo malo desparezca, sino que absolutamente todo (incluso lo malo), Dios lo permite para nuestro bien.
Sergio Kresic era el entrenador del Valladolid CF en la temporada 1998- 1999. El equipo no iba bien y todos decían que ya estaba prácticamente «en la calle»; ya sabéis que suelen ser los entrenadores los que pagan el pato cuando hay malos resultados. De repente el equipo comenzó a ganar partidos y él pudo conservar su puesto. Después de uno de esos partidos ganados, le dijo a la prensa una frase genial: «Cuando se gana no hay explicaciones, y cuando se pierde no hay perdón».
Dios lo ve todo de otra manera. Para él sí hay perdón. Somos nosotros los que solemos presionarnos sin darnos cuenta de que no somos perfectos. Tenemos que aprender a perdonar nuestras equivocaciones, rectificar en todo aquello que podamos y seguir adelante. Para Dios, cuando se pierde, sí hay perdón.
Vivimos obsesionados con el éxito, así que si algo no va del todo bien, inmediatamente creemos que es culpa nuestra o que Dios no está con nosotros. Nada más lejos de la realidad. Bajo un punto de vista humano, la vida del Señor Jesús podría ser considerada un fracaso: era pobre, su familia le despreció, ninguno de los responsables religiosos o políticos le escucharon, y prácticamente todos sus discípulos y seguidores le abandonaron cuando murió en una cruz. Pero esa era exactamente la voluntad de Dios para su vida. ¡Y ya sabes que la historia no terminó así!
Si piensas siempre en el lugar en el que no estás y en lo que no tienes, jamás vas a disfrutar del lugar en el que vives y de lo que Dios te ha dado. La vida cristiana es una vida de sacrificio en muchas ocasiones. Es una vida que nos permite crecer para disfrutar de la eternidad. A Dios no le interesan tanto nuestras victorias como nuestro carácter. Las circunstancias están en sus manos. Lo que nosotros somos depende de nuestras decisiones. «Sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien» (Romanos 8:28).
Cuando leemos ese versículo inmediatamente pensamos que todo lo que nos ocurra será bueno, pero eso no es lo que Dios está prometiendo. Pablo escribió cuáles son las cosas que nos ayudan: tribulación, angustia, hambre, peligros, espada. Él mismo sufrió todo eso. Nuestra victoria no es que lo malo desparezca, sino que absolutamente todo (incluso lo malo), Dios lo permite para nuestro bien.
Jamás queremos sufrir. Preferimos cualquier medicina que nos quite el dolor sin darnos cuenta de que, a veces, en el dolor está la inspiración. No sufrimos porque queremos, es más, Dios hará todo lo posible para ayudarnos, ¡pero tampoco huimos del dolor! Oramos y buscamos a Dios en esos momentos. Seguimos adelante aunque nos estemos derrumbando por dentro. Sabemos que en la derrota sí hay perdón.
Algunos declaran que la vida de victoria significa que nada ni nadie puede hacernos caer. Si fuera así, no habría una sola persona victoriosa en toda la Biblia salvo el Señor Jesús, porque él fue el único que jamás pecó.
No es así, lo que la Palabra de Dios dice es que él hará que todas las circunstancias cooperen para nuestro bien. Sean cuales sean esas circunstancias, Dios está detrás de ellas.
La conmemoración de la Reforma, las tensiones en torno a la interpretación bíblica de la sexualidad o el crecimiento de las iglesias en Asia o África son algunos de los temas de la década que analizamos.
Estudiamos el fenómeno de la luz partiendo de varios detalles del milagro de la vista en Marcos 8:24, en el que Jesús nos ayuda a comprender nuestra necesidad de ver la realidad claramente.
Causas del triunfo de Boris Johnson y del Brexit; y sus consecuencias para la Unión Europea y la agenda globalista. Una entrevista a César Vidal.
Analizamos las noticias más relevantes de la semana.
Algunas imágenes del primer congreso protestante sobre ministerios con la infancia y la familia, celebrado en Madrid.
Algunas fotos de la entrega del Premio Jorge Borrow 2019 y de este encuentro de referencia, celebrado el sábado en la Facultad de Filología y en el Ayuntamiento de Salamanca. Fotos de MGala.
Instantáneas del fin de semana de la Alianza Evangélica Española en Murcia, donde se desarrolló el programa con el lema ‘El poder transformador de lo pequeño’.
José era alguien de una gran lealtad, la cual demostró con su actitud y acciones.
Celebración de Navidad evangélica, desde la Iglesia Evangélica Bautista Buen Pastor, en Madrid.
Madrid acoge el min19, donde ministerios evangélicos de toda España conversan sobre los desafíos de la infancia en el mundo actual.
Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores se realizan a nivel personal, pudiendo coincidir o no con la postura de la dirección de Protestante Digital.
Si quieres comentar o