Al pasar el tiempo

Puede que al pasar el tiempo nos olvidemos de los más insignificantes  Y delicados  detalles.

Puede que el aire que nos envuelve se vuelva frío y nostálgico, que sopesemos las razones del  por qué vivir y hallemos,  al final, la cruda realidad de un mundo demasiado trágico para tantas ganas de soñar.

Puede que se cuelen, traídos de una creída  desmemoria, los momentos pasados, los tristes encuentros con el desconsuelo huyendo  de nuestra cabeza el suave olor a  promesas por cumplir, quedando mitigadas por una capa de inquietante  amnesia.

Hoy ataviada de valentía arremeto contra la  pereza e intento  mostrándoles a quienes nunca creyeron en los milagros que Dios sigue eligiendo a los débiles para avergonzar a los fuertes.

Los tiempos pretéritos quedaron atrás, atenuados por el  olvido; sanadora panacea que no siempre juega a nuestro favor. Los miro con el deseo de  no volverlos a ver, de no sentir nunca más su punzante dolor y angustia.

Sé que todo ello puede ocurrir si nos atrevemos a dejarnos guiar por Él. Si no cedemos  a nuestras ganas de conquista, dejando  a un lado la apatía y arremetiendo  con arrojo ante todo lo que nos rodea, sólo así lograremos regalarles a quienes fingen ser  poderosos  nuestra torpe mano plagada de humanidad para que se agarren con fuerza y  enseñarles  así una forma sencilla de vivir.

Quiero que los miedos  e inseguridades también queden sepultados entre los más descoloridos paisajes del ayer, y que hoy,  ceñidos  con las armas del amor, mostremos que pese a las adversidades seguimos  en pie de guerra,  luchando contra todo lo que de forma desmedida arremete contra nosotros.

Os invito a que en este nuevo año los  días estén plagado  de ganas por hacerlos diferentes y que cada momento lo disfrutemos  con la intensidad que desprenderíamos  si fuese el último.

Que aprendamos a amar, a reír, a soñar a vivir, acurrucados siempre  bajo el manto del altísimo. Atesorando en nuestros corazones las promesas del Soberano Rey.

Obligándonos a ser fieles a su palabra, sirviéndole con sencillez y humildad.

Dios obrará en nosotros el cambio si queremos ser transformados.

Dios hará  proezas si seguimos creyendo en el poder de su fuerza.

Deseo, un buen y feliz año para todos.