¿Alguno ha leído este pasaje?

Algunas personas que predican se sienten tan espirituales que piensan que la congregación desconoce el contenido de la Biblia y durante la predicación hacen preguntas tan absurdas como: ¿Alguno de vosotros ha leído antes este pasaje? Comienzan aquí las diferencias de status entre unos y otros. Entre los listos que se posicionan tras el púlpito y los torpes que oyen sentados. Unos saben mucho (no hablo de teología o de estudios profundos sino de la simple y llana lectura de los textos), otros no saben nada. Unos leen más la Palabra y se la tiene aprendida, los otros, no. Unos son adultos y otros criaturas inmaduras.

En ese momento se toma a los miembros de la congregación como si fuesen verdaderos estúpidos que ni leen ni aprenden a pesar de llevar en el Camino casi toda la vida, ¿dudarán también de la conversión? ¡quién sabe!

Al oír la pregunta: ¿Alguno de vosotros ha leído antes este pasaje?, no cabe otra que sentirse ofendido y humillado.

Algunos predicadores creen que es la primera vez que los presentes, y gracias a ellos, abrimos la Biblia. Sienten el orgullo de mostrarte e ilustrarte con textos tan conocidos para ti como para él, por poner un solo ejemplo, El Sermón del Monte, tan hermoso, tan ilustrativo, tan edificante, tan remachado, estrujado y aprendido.

Ante este tipo de preguntas absurdas no se sabe como reaccionar, si devolverles la pregunta, pensar que son ellos los que han leído el texto por primera vez y por eso parecen convencidos de que los demás están en la misma situación. Lo peor es la inmadurez de quienes se atreven a actuar así.

Es posible, también, que simplemente se trate de una coletilla aprendida, un modo de entablar contacto con los congregados, de llamar su atención; pero hay maneras más sensatas y respetuosas de hacerlo. De ser así, coletillas como estas tienen que desaparecer, más que nada para no ofender.