Hay que disfrutar de la vida

¿Verdad que pocas veces aprendemos a apreciar el valor y la belleza de cada día?

A pesar de tener todo a nuestro alcance, no sabemos disfrutar de la vida. Dejamos pasar los momentos, los días (a veces meses enteros) preocupados por muchas cosas y agobiados por mucho trabajo, sin contemplar la belleza de la naturaleza y de las demás personas. Olvidamos que no tenemos mucho tiempo para hacerlo. Mañana puede ser demasiado tarde.

Dios hizo todo lo que nos rodea para nuestro placer. Las flores, los colores, los miles de tonalidades que aparentemente no tienen ningún sentido, pero que Dios los creó para que nosotros fuésemos felices disfrutando de su belleza, son parte del propósito del Creador de que nuestra vida esté llena de significado.

Porque cada día es diferente. Cada experiencia es diferente.

Y eso siempre empieza desde dentro.

El valor y la belleza de lo que está a nuestro alcance se observa desde el fondo de nuestro ser... "En lo íntimo del corazón, en la belleza incorruptible de un espíritu suave y tranquilo"*.

Nuestra sensación de encontrar y disfrutar la belleza de las cosas comienza en nosotros mismos.

Busca un momento para...
- Pasear con tus padres y/o tus amigos
- Jugar con los niños
- Salir con tu mujer y dar un paseo por la playa (si estás casado/a y hay playa cerca)
- Cantar una canción junto a alguien que quieres
- Llamar a alguien que amas y recordar algo bonito
- Buscar a alguien que lo necesite y darse una panzada a reír.
- Salir sólo/a para contemplar la naturaleza
- Dedicar algunas horas a dar un paseo pensando y recordando
- Sentarte en tu lugar de la naturaleza preferido, sin hacer nada

Puedes añadir más cosas a la lista. De hecho DEBES hacerlo. Y aprende a disfrutar de todo lo que Dios te da.

---

* 1 Pedro 3:4