“Rezad por España y su unidad” (Cañizares)

El cardenal católico y arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, ha llamado a los fieles de su diócesis a rezar "por España y su unidad", y ha convocado con este fin una vigilia en la Catedral el próximo viernes, al tiempo que ha pedido a todas las parroquias incluir oraciones por esta misma intención durante un mes en todas las misas.

Los seres humanos se acercaban a los dioses clásicos como seres temerosos, sabiendo que aquellos dioses tenían la facultad de hacerle a uno la vida muy complicada.

La cosa era tenerles contentos, ya se sabe que los dioses son de carácter caprichoso, y más vale tenerles de tu lado. Hay que ofrecerles un sacrificio suficientemente caro, de tal modo que su ego quede apaciguado y no sean capaces de rechazarlo.

Nosotros, los humanos, siempre hemos querido tener el dios de cara, más que de espaldas. Persuadidos de nuestra razón le hemos llevado en estandartes a las guerras, le hemos rezado para que nos diera la victoria en las batallas, suponiendo que Dios está de nuestra parte, que para algo es nuestro dios, esa divinidad pequeña y local, con el que hemos establecido un intercambio razonable de favores.

Sacrificios a cambio de su parcialidad.

Hoy en día, no falta quien le rece al “dios” cuando ve el partido de fútbol muy cuesta arriba, porque Dios es del Barça, ¿verdad? Creo que este Dios tribal, el Dios de los nuestros, es el Dios del cardenal Cañizares.

No hemos aprendido a que, en el mejor de los casos, y eso no por mérito nuestro, si no por mérito de Jesucristo, nosotros somos suyos. Llegamos a poder ser hechos hijos de Dios.

Desde ese momento, nosotros estamos para servir para la gloria de Dios, para esos propósitos eternos que combinan de una forma única la gloria de Dios y nuestro bien último.

Orar, hablar con el Padre, no es una forma de manipulación, para que él haga lo que yo quiero, sino para que como pidió Jesús en el Padre nuestro, la que sea hecha sea su voluntad tanto en la tierra como lo es en el cielo.

Quizás es que el cardenal Cañizares está tan cerca de Dios que ya sabe cuál es su voluntad. A veces se me olvida que el Vaticano es la delegación o la sucursal oficial de Dios en la tierra.

Mientras el pueblo de Dios ora buscando la voluntad de Dios. En lugar de tratar de retorcer el brazo de Dios para que dé lo que no quiere dar, entiende que la oración es que llegue a entender que hay un Dios que me ama y que dirige el universo para su gloria y para mi bien.

El pueblo de Dios no quiere que Dios haga la voluntad de ellos, sino que busca a Dios para que sea nuestra voluntad la que sea cambiada para llegar a desear lo que Él desea.

De momento me quedo con esa maravillosa frase de Pablo en Atenas cuando nos recuerda que es Dios quien fija las fronteras y los tiempos de los pueblos y lo hace con la intención de que eso sea un testimonio a través del cual los seres humanos lleguemos a conocerle.

De cara al domingo, orad, pero no para que se haga nuestra voluntad, sino para que se haga la de Dios.