¿Te has preguntado alguna vez...?

Fueron comparados con los mismos Beatles, y la verdad es que no era para menos: en cuestión de un par de años, sus canciones sonaban por todo el mundo. De repente, y en lo más alto de la fama el grupo se disolvió, y su carrera se vino abajo allá por el año 1984. Estamos hablando de “Supertramp”. Casi 20 años después, uno de los componentes más importantes del grupo, Roger Hodgson, volvió al mundo de la música con un trabajo en solitario titulado “Open the door”. Tras haber pasado todo ese tiempo “desaparecido”, Roger dijo: “No supe manejar la fama”.

Fama: ese amigo-enemigo al que muy pocos pueden controlar. Fíjate lo que el actor Tom Hanks, manifestaba en una entrevista en El País Semanal: “He recibido más atenciones de las que nadie en este mundo merece. ¡Me hacen más caso a mí que al inventor de la vacuna contra la polio! y creo que no es justo”.

Todos somos culpables de ese cambio de valores, porque todos lo aceptamos en nuestra propia vida. Pocas veces nos paramos a pensar sobre lo que admiramos o lo que nos asombra. ¿Te has preguntado alguna vez…?

• ¿Qué es lo realmente importante?


• ¿Qué o quién se lleva toda la fama?


• ¿Cuáles son los libros que leemos, las revistas que compramos?


• ¿En qué invertimos nuestro dinero?


• ¿A qué le damos valor?


• ¿Quiénes son nuestros héroes y los de nuestra familia?


• ¿Qué estamos haciendo por los que sufren?


• ¿Qué cambios hay en nuestro entorno como fruto de nuestras palabras y nuestro trabajo?


• ¿A quién estamos ayudando, o es que sólo nos preocupa “sentirnos bien”?


• ¿Estamos agradeciendo lo que otros hacen por nosotros, o simplemente los utilizamos?

Yo no voy a contestar esas preguntas por ti, tú mismo tienes que hacerlo. Es un riesgo que corremos en demasiadas ocasiones, queremos siempre darles a todos las respuestas que creemos mejores para nosotros. Yo no quiero poner nada en tu corazón que tú mismo no hayas sentido y pensado de antemano.

La verdad es que no debemos intentar poner las respuestas en el corazón de cada uno. Si realmente queremos tender una mano a los que están a nuestro lado debemos ayudarles a pensar, a sentir, a vivir…