Alejandro Sanz y Dios

Pero me llamó la atención lo que decía Alejandro Sanz en una reciente entrevista al presentar su último trabajo: “Dios nos habló por medio de Jesús hace dos mil años, pero desde entonces ha estado en silencio; demasiado tiempo en silencio”

Bastantes personas han afirmado lo mismo en los últimos años. Parece como si en los últimos siglos Dios estuviese más ausente, o nosotros no le estamos escuchando de una manera tan clara como antes. Parte del problema comienza con la dimensión que les damos a algunas cosas y el desprecio a otras.

Déjame recordarte que hay un mundo espiritual. Hay un más allá, y un Dios Creador que te conoce y te ama. Y tu vida puede encontrar su razón de ser si miras hacia El. Y no digas que El no se comunica contigo, porque "Dios habla de muchas maneras, pero no nos damos cuenta" (1).

El problema somos nosotros, que no sabemos escuchar, porque Dios sigue hablando personalmente…
1. Habla por la Naturaleza: La Belleza de la creación nos dice muchas cosas de Dios
2. La ley: Todos admiten una ley moral absoluta que tiene que existir.
3. Nuestra conciencia: En nuestro interior, todos tenemos la sensación de lo que es bueno y lo que es malo. Todos sabemos en ciertos momentos lo que Dios quiere, incluso lo que nos puede estar diciendo.
4. Dios habla por medio de otras personas: Por ejemplo, ahora que estás leyendo estas palabras.
5. Tu propio corazón: En lo más íntimo de ti, Dios te llama y habla a tu espíritu.
6. La Biblia: la carta de amor de Dios al hombre, para que éste llegue a conocer su carácter. Dios nos dice cosas muy concretas de nuestra vida con su Palabra y nos ayuda a disfrutar de la vida.
7. Jesús: Dios mismo hecho hombre, que vino al mundo para que conociésemos a nuestro Creador.

El problema más grande es nuestra actitud. No dejamos que Dios nos hable. No le buscamos. Cuando tenemos un amigo le llamamos, nos comunicamos con él, no dejamos que pase el tiempo sin saber lo que piensa. Dios sigue esperando nuestra respuesta, nuestro corazón, nuestro deseo. Espera incluso que le desafiemos, porque El va a responder. Escucha cada palabra que pensamos o decimos.

En lugar de pensar que El está callado, prueba a hacer lo mismo que el conocido compositor de la antigüedad, no te quejes, y habla con El personalmente: “Cuando te llamé me respondiste; me infundiste ánimo y renovaste mis fuerzas” (2)

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(1) Job 33:14
(2) Salmo 138:3