Sembradoras

La semana pasada escribí sobre el periodismo evangélico en el siglo XXI. Entre las publicaciones que cité no mencioné a SEMBRADORAS. No lo hice porque se trata de una revista muy especial. Sólo se publica una vez al año. Por falta de recursos económicos, no porque su directora carezca de visión periodística; tampoco porque no tenga suficientes colaboradores. Lo contrario, le sobran hombres y mujeres para cubrir sus páginas con buenos artículos. Es víctima de la misma enfermedad económica que afecta a otras publicaciones evangélicas.

SEMBRADORAS fue fundada por una mujer, Jacqueline Alencar, quien a lo largo de siete años la ha dirigido con habilidad, dedicación y acierto. Yo la considero una heroína. Pertenece a ese grupo de mujeres que consiguen destacar por méritos propios. Porque han sido buenas trabajadoras, porque han tenido una gran dedicación a su obra. En el caso de Jacqueline, su pasión ha sido y es la literatura y, dentro de esta, el periodismo. Sus artículos en diversos medios descubren a una periodista de estilo muy particular. Sabe destacar la noticia; domina el comentario; y sus opiniones, fundamentadas en la Biblia, su libro de cabecera, tienden a iluminar, con luz divina, los hechos más oscuros de la actualidad diaria.

La SEMBRADORAS de este año 2015 consta de 58 páginas; está dedicada a la esclavitud en el siglo XXI. En el editorial que abre la ventana a los restantes trabajos, la directora explica: “hemos querido recordar a las mujeres víctimas de la explotación sexual, a los niños trabajadores, los niños soldados, entre otras muchas formas de esclavitud, dando a conocer la labor de algunas organizaciones cristianas que trabajan en la defensa de estos colectivos azotados por la lacra de la trata”.

Con dominio del lenguaje lírico, Gloria Sánchez escribe en la página que sigue al editorial un bello poema titulado SIN ESCLAVITUD, que me gustaría reproducirlo desde la primera a la última frase. Como muestra ofrezco cinco líneas de la segunda estrofa:

Mujer, prisionera en esta vida,

Maltratada…

Por una impune sociedad

¿Dónde queda esa clara libertad

De la que Dios nos dotó?

Revista Sembradoras.

 Entre los líderes evangélicos españoles a los que admiro ocupa un lugar preferente el pastor, licenciado en filosofía, Emmanuel Buch Cami. Si empiezas a leer las primeras líneas del artículo que escribe, titulado FUNDAMENTAR LA DIGNIDAD HUMANA, quedarás enganchado hasta la última frase. Divide su artículo en cuatro apartados: fundamentación antropocéntrica, fundamentación naturalista, fundamentación contractualista y fundamentación teocéntrica. Concluye así: “Si Dios se acuerda de nosotros, ¿cómo no nos vamos a acordar nosotros de nuestro prójimo?”.

No conozco personalmente a José Hutter, el autor que sigue a Buch. La ficha biográfica al pie de su trabajo, que titula LA IGLESIA Y LA ESCLAVITUD, lo presenta como autor de dos libros y profesor de Teología contemporánea. Hutter bosqueja en cuatro páginas de texto la esclavitud en el Antiguo Testamento, el propósito de la esclavitud en la Biblia y la visión del Nuevo Testamento. A la pregunta ¿por qué no lucharon los apóstoles contra la esclavitud?, Hutter responde: “Los autores del Nuevo Testamento saben que primeramente tiene que haber un cambio en el corazón humano antes de que pueda haber un cambio en el ámbito social”.

Al siguiente colaborador en este número de SEMBRADORAS, Juan Simarro, licenciado en filosofía, presidente de Misión Urbana en Madrid, lo conozco bien y me honro con su amistad de años. Simarro, que despertó la conciencia social de los protestantes españoles con libros como CRISTIANOS CONTRA LA POBREZA, en los cuales reflexiona sobre los temas bíblicos que se preocupan del pobre, del oprimido, del hambriento, del emigrante y, en general, de la capa social más necesitada, escribe en la revista de Jacqueline Alencar cuatro luminosas páginas en las que trata de la dignidad en los parámetros bíblicos, el concepto de imagen en los tiempos bíblicos, la prohibición de Dios de hacer imágenes, si bien Él nos hace imagen de sí mismo para conferirnos dignidad, y la presencia del hombre como auténtico lugar sagrado para Dios.

Juan Simarro acaba de publicar su primera novela: MUNDOS ROTOS.

José María Berrocal (en la ficha figura como José Moreno Berrocal), pastor en Alcázar de San Juan, traza una breve y bien documentada biografía del inglés William Wilberforce. El tomo X de la Enciclopedia Británica dice que Wilberforce, convertido a la fe cristiana en 1786, fue un apasionado defensor de los esclavos y criticó duramente la esclavitud en Gran Bretaña y en otros lugares del mundo. En su tiempo fundó la “Asociación para la abolición de la esclavitud”.

Berrocal, traductor y conferenciante, es autor de varios libros, entre ellos LA BIBLIA Y EL QUIJOTE, inspirado en mi libro de 1963, que va por la cuarta edición, LA BIBLIA EN EL QUIJOTE.

Corresponde el turno a Dani Benegas, presidente de Esclavitud XXI y profesor de secundaria. Buen ensayo, largamente pensado y bien documentado que titula ESCLAVITUD XXI Y LA LUCHA CONTRA LA TRATA. Un dato significativo: “la trata de personas es el crimen organizado de más rápido crecimiento a nivel mundial. Unos 2,4 millones de personas son traficadas cada año en el mundo”. Un reto: “los adolescentes son una población clave para combatir la trata porque ellos son los consumidores potenciales del futuro”.

María Alejandra Andrade, con un amplio curriculum, es una socióloga ecuatoriana de prestigio en su país. En SEMBRADORAS escribe seis páginas bajo el título EXPLOTACIÓN INFANTIL: UNA REALIDAD QUE NOS CONVOCA A ACTUAR. La dimensión que Dani Benegas ofrece sobre la trata en el mundo, Andrade lo aplica particularmente a los niños. Dice que “la explotación infantil es un mal tan antiguo como la humanidad. Se define como “el uso de un niño, niña o adolescente para el beneficio de otros”.

Marilyn Skiner, misionera juntamente con su marido en África, escribe un emotivo artículo relatando el trabajo que el matrimonio lleva a cabo mediante el centro ESPERANZA VIVA EN UGANDA. TRANSFORMANDO VIDAS EN UGANDA es su título. En esta labor, cuenta, “Dios nos ha ayudado a ver el potencial de cada vida. Nos ha ayudado a ver más allá de su pasado, su dolor y sus experiencias”.

Otra mujer, Lidia Martín, licenciada en Psicología Clínica y de la Salud, describe los tres procesos que sufre la víctima: ANTES, DURANTE, DESPUÉS DEL ABUSO, es el título de su trabajo para SEMBRADORAS. Hablando directamente a la conciencia del lector cristiano sostiene que el mayor drama ante el sufrimiento es no poder darle significado. Poniendo ante nuestros ojos una hoja de ruta, un “qué debemos hacer”, Lidia escribe: “se hace vital considerar el papel de la espiritualidad, no sólo en la recuperación posterior, sino en todo el proceso previo a la liberación o salida de la situación del abuso”.

Siguen dos entrevistas realizadas por la directora. Una a Virginia Guimares, diplomada en Educación Social, con un Master en Terapia Familiar y de Pareja, y otra a Sophia Joibl, procedente de Tailandia, quien fue víctima de trata cuando era una niña.

En la sección de bibliografía Chelo Villar comenta el libro de Margarita Burt PROBADO Y APROBADO. Otro tanto hace Alfredo Pérez Alencart con EL CORDÓN GRANA, de Stuart Park.

La brillante portada de la revista es obra de Miguel Elías, profesor en la Universidad de Salamanca.

Las páginas de noticias destacan la entrega del Premio JORGE BORROW al filósofo Plutarco Bonilla, canario de Las Palmas residente desde joven en Costa Rica. El año 1954 Plutarco y el autor de este artículo compartimos durante seis meses un piso de soltero en el Tánger marroquí. Nuestra amistad se ha mantenido y afianzado a través de los años.

Concluyendo este artículo, más largo de lo que en mi es habitual en las entregas a PROTESTANTE DIGITAL, he de decir que me maravilla la capacidad de Jacqueline Alencar para reunir a un grupo de valiosos escritores en torno a su revista. Esta mujer prestaría un gran servicio al protestantismo español haciendo de su revista una publicación mensual. Carece de dinero para este proyecto. Ni siquiera SEMBRADORAS cobra una cantidad por ejemplar. Si alguien desea contribuir a la difusión de la revista, aquí van las señas donde puede dirigirse:

Jacqueline Alencar

Calle Abastos, 7, portal 6, 1º B.

37008 Salamanca

Teléfono 923-192349.