Que nunca se sequen las fuentes de la bondad

1. Que nunca se seque la fuente de la bondad. Eso pidamos, día y noche, al Amado galileo.

2. La fraternidad hay que demostrarla en todo instante, no sólo el día de culto.

3. Consufrir el drama de los otros. He ahí el principio de la Esperanza.

4. El viaje siempre conduce hacia uno mismo, pero la llegada debe ser justo a tiempo de salvarse.

5. La fama aparente nada tiene que ver con el ser más verdadero, aquel que a diario se enfrenta y dialoga con el misterio.

6. ¿Antes el arte de la liturgia que el sentimiento del hombre que necesita a Dios?

7. Que nadie que porte la bandera de Cristo vaya por la vida chorreando mezquindad.

8. A veces es fácil constatar el divorcio entre las aspiraciones más profundas y las capacidades para plasmar dicho ideal.

9. Sentir la voluntad de Dios, su Creación. Así se entiende mejor el hecho de la vida y de la muerte.

10. Cuando crece el mal hasta el mediodía alumbra oscuridad.

11. Lo precioso es la amistad; no el oro.

12. Amar lo que se Ama es alzarse al futuro despreocupándose de geografías.

13. Mujer mía, más allá de mis ojos; más allá del cuerpo de mis sueños.

14. La excesiva pulcritud impide descender.

15. No creas que tu bandera es la más vistosa; no te jactes que tu fe es más genuina que la del otro.

16. Sostén en alto tu bandera blanca: no importa que sigan tiroteando los indóciles.

17. Un venero inagotable, apenas mensurable, es la sensualidad que se nidifica en el Cantar de los Cantares.

18. El fracaso es, a veces, la letra de cambio inicial que permite dar un vuelco a la vida.

19. Para un cristiano la honestidad no es una virtud sino la savia de su existir.

20. ¡La comodidad, una de las más devastadoras idolatrías!