Mi clan

“Triste es el día que descubres que no ha sido un accidente, el tiempo o la fortuna lo que te ha impedido hacer las cosas, sino tú misma”.Lillian Helman

Aquí estoy. Soy. Pertenezco al Clan selecto de las mujeres que luchan. Las que, día a día, resisten el miedo que intenta aplastarlas.

Me siento mejor desde que decidí pasar por la vida dejando huella.

En mi Clan selecto voy con otras que, como yo, dejaron de ver turbio el horizonte y divisan ante sí la meta clara hacia donde quieren dirigirse a pesar de las bifurcaciones-trampas por donde, a veces, quieren llevarnos.

Nosotras nos hemos quitado la venda. Todas hemos tirado de la manta para conocer la realidad y nos sentimos victoriosas.Todas hemos abierto la boca.

Aquí estoy. No me dejo convencer por nada ni nadie más que por mí misma, pues, si cometo errores sólo yo seré culpable.

Mi Clan selecto es numeroso. Está formado por mujeres de todas las razas. Mujeres que, ya estén cerca, ya lejos, abren camino.

Puedo nombrar algunas especialmente significativas para mí, amigas no evangélicas, buenas samaritanas que prestan su ayuda: María del Mar Saleberría, agente para la igualdad en Puerto de la Torre, cuyo trabajo en la zona no puede medirse de tan grande, Dios nos la conserve por el bien que ella y sus compañeras hacen a las mujeres. Rosa María Badillo, escritora, maestra, humana más que nadie, amiga fiel, emprendedora. Cristina Consuegra, profesora inquieta, alegre y trasmisora de saberes... Mujeres. Grandes mujeres, muchas que ayudan a caminar a otras.

Somos. Aunque existen seres que cierran los ojos para no vernos, no nombrarnos, no aceptarnos. No obstante, somos; que estamos aquí y hoy somos mejores es una realidad.

Las de mi Clan tenemos nombres y apellidos. Tenemos cuerpo. Tenemos voz. Tenemos visión. Y, sobre todo, más que soñar, trabajamos.

Las que formamos mi Clan nos reconocemos incluso en la distancia. Nos amamos. Nos respetamos y nos alentamos. Somos una familia con propósitos reales.