domingo, 24 de noviembre de 2024   inicia sesión o regístrate
 
Protestante Digital

 
4
 

Chagall, Jesús y la cruz

En su casa no había imagen alguna, pero pintó cien veces la cruz como símbolo universal del sufrimiento.
MARTES AUTOR José de Segovia Barrón 02 DE ABRIL DE 2012 22:00 h

Sorprende que un judío como Marc Chagall (1887-1985), tenga tal obsesión por la cruz, que llene muchos de sus cuadros con la figura misma del crucificado. Algunos se pueden ver en la exposición que ahora le dedica el Museo Thyssen y la Fundación Caja Madrid. El artista creció en la comunidad judía de Vitebsk –la actual Bielorrusía–, donde predominaba un jasidismo que prohíbe representar nada de lo creado. En su casa no había imagen alguna, pero pintó cien veces la cruz como símbolo universal del sufrimiento.

No era fácil la vida para un judío en medio de las dos guerras mundiales y la revolución soviética. El mayor de nueve hermanos de una familia de origen levítico –su nombre es Shagal o Segal–, que vive del comercio del arenque –por eso pinta con frecuencia tantos pescados–, mientras su madre lleva una tienda de ultramarinos en casa. Cada mañana su padre va a la sinagoga, antes de trabajar, cargando pesados barriles –cuenta Chagall en Mi vida, su autobiografía–.

En aquella época, los judíos no tenían acceso a la educación rusa. Su formación era por lo tanto en una escuela religiosa judía, donde aprende hebreo con la Biblia. “Desde mi más temprana infancia, he sido cautivado por la Biblia” –le cuenta a su biógrafo Franz Meyer–. “Siempre me ha parecido la mayor fuente de poesía de todos los tiempos”. Tal fascinación le produce, que dice: “Yo no veía la Biblia, la soñaba”.

Logra entrar con un pasaporte falso en una academia de arte de San Petersburgo, pero en 1910 se establece en París, donde mantiene el folklore ruso y la espiritualidad jasidica. Vuelve a su pueblo, se casa y llega la revolución. Al regresar a Francia, tiene a Ambroise Vollard como marchante –que se encarga de la obra de Cézanne, Renoir, Picasso, Gauguin y Van Gogh–. Es él quien le pide que ilustre el Antiguo Testamento, viajando a Palestina en 1931.

EL SUFRIMIENTO DEL CALVARIO
Chagall veía la Biblia como “historia humana”. Para él, “Cristo era un gran poeta, cuya enseñanza se ha olvidado en el mundo moderno”–dijo a la Revista Partisana en 1944–. Lo imagina como “un Jesús pre-cristiano”. Le dice a su hijo David después, que, para él, está en la línea de los grandes profetas judíos. En 1912 hace una obra Dedicada a Cristo, que hoy conocemos como Calvario. En el centro de la pintura coloca a Jesús crucificado, junto a Juan y María. José de Arimatea lleva una escalera y el cuerpo desnudo de Cristo está tapado por un chal de oración judío.

En sus representaciones del Antiguo Testamento incluye ya cruces, pero a partir de la persecución nazi, ve en la crucifixión el sufrimiento del mundo. Lo refleja como en un espejo. No es que esté concentrado en él, ni le sea transferido, para hacer un sacrificio, sino que forma parte de lo que considera “el destino permanente del hombre”.

En La crucifixión blanca (1938), los judíos huyen de los nazis, mientras Jesús cuelga sobre ellos en la cruz. Está tapado con lo que parece un tallith por sus rayas negras, mientras sus píes se queman sobre un candelabro de siete brazos. Debajo una sinagoga arde, los rollos de la Torah se convierten en antorchas y los ancianos se lamentan. Y ¿qué hace Cristo para protegerles?

Chagall dice que “el hombre en el aire, que hay en mis pinturas, soy yo” –afirma en una entrevista de 1950–. En la vida y en el arte, el artista flota sobre la adversidad. Y parece que también sobre las distinciones humanas. En su experiencia y su obra, quiere ser nos sólo ruso para los rusos, o francés para los franceses, sino también judío para los judíos, y cristiano para los cristianos. ¿Se identifica entonces Chagall con Jesús?

EL MESÍAS DE LOS JUDÍOS
En La crucifixión amarilla (1943), Jesús lleva las filacterias de un devoto judío y sostiene el rollo de la Torah en su mano derecha, rodeado de un grupo de judíos que huyen en su sufrimiento. Durante la guerra empieza a pintar su famoso tríptico de Resistencia, Resurrección y Liberación. En el primero un judío con la Torah está de píe a la izquierda de la cruz, una mujer con un bebé extiende sus brazos al crucificado y Chagall cae boca abajo, junto al cuerpo de Jesús, como si él mismo fuera crucificado.

Después de la guerra, los judíos tienden a ver estas crucifixiones como un símbolo del sufrimiento judío, que no tiene carácter mesiánico alguno, hasta que el artista pinta la cruz detrás de la escalera de Jacob. En el catálogo de la exposición, Chagall le añade una cita de su amiga Raissa Maritain, convertida al catolicismo, que dice: “El Antiguo Testamento es precursor del Nuevo, y el Nuevo cumplimiento del Antiguo”.

Esto se hace aún más evidente en su representación del Éxodo de 1955. En este oscuro cuadro, se levanta la cruz en la esquina superior izquierda. En su famoso Sacrificio de Isaac, Jesús está llevando la cruz, superpuesto en el fondo. El rojo que se derrama desde la cruz sobre la figura de Abraham, sugiere la idea de un sacrificio de sangre. Esa imagen de Isaac prefigurando a Cristo, aparece incluso en los tapices que hace para el Parlamento de la Knesset en Jerusalén.

VARÓN DE DOLORES
El registro de la Pasión no sólo ocupa gran parte de los evangelios. Está ya anunciada en el Antiguo Testamento. Jesús es presentado como el Varón de Dolores anunciado por Isaías 53:3. Cristo conoció el sufrimiento antes, pero a partir de Getsemaní “se entristece y angustia en gran manera” (Mateo 26:37), diciendo: “Mi alma está muy triste, hasta la muerte” (v. 38). En contraste con la dulce calma y paz del aposento alto, Jesús está alarmado ante la horrible perspectiva de un tormento sin igual, que le sobrecoge.

La muerte de Jesús no tiene nada que ver con la forma en que Sócrates bebe la copa envenenada. Su actitud no es serena y calmada. Los héroes, además, que los judíos admiraban, como los macabeos, se enfrentan a la muerte con gesto desafiante, presentando sus miembros para ser amputados. Cristo sin embargo aparece agitado y en completa agonía (Lucas 22:44), pidiendo al Padre si no hay forma de evitar su muerte (v. 42). ¿Por qué tantos “ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas” (Hebreos 5:7)?

La muerte de Cristo es diferente a cualquier otra, porque no sólo experimentó un dolor terrible –tres horas sofocado y desangrado–, sino que esa muerte física supuso una muerte espiritual. Lo que la Biblia llama la muerte eterna, la maldición de ser separado de Dios. Cuando clama a Él, gritando “¿por qué me has desamparado?” (Mateo 27:46), muestra la agonía de la ruptura que se produjo en el propio corazón de Dios. Verdaderamente –como el Credo Apostólico dice–, sufrió los tormentos del infierno.

REDENCIÓN Y SUFRIMIENTO
Jesús entró en la oscuridad, para que nosotros no tengamos que pasar por ella. El dolor físico que todavía sentimos, no se puede comparar con la experiencia espiritual de abandono cósmico que Cristo sufrió. En la cruz padeció un dolor que excede el que nosotros podamos conocer y soportar. Es por eso que el cristianismo es la única fe sobre la faz de la tierra que proclama que Dios se hizo verdaderamente hombre, para experimentar de primera mano nuestra desesperación, soledad, rechazo, angustia y muerte.

¿Por qué Dios permite el sufrimiento? No tenemos la respuesta a esa pregunta, pero miramos la cruz de Jesús y sabemos que por lo menos no es indiferente a nuestro dolor. Dios lleva así nuestra miseria. Es verdaderamente Emmanuel –Dios con nosotros–, incluso en la hora más oscura, pero por su resurrección sabemos que nuestro sufrimiento no es en vano. Su victoria frente a la muerte, no sólo nos trae consolación, sino el anuncio de la restauración de la vida.

Esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva, donde ya no habrá muerte, llanto, clamor, ni dolor (Apocalipsis 21:4). Porque Dios mismo estará con nosotros, limpiando cada lágrima. Será la renovación de todas las cosas, cuando el Hijo del Hombre esté sentado en su trono de gloria (Mateo 19:28). La Creación danzará entonces, como en los cuadros de Chagall.
 

 


4
COMENTARIOS

    Si quieres comentar o

 
Respondiendo a

Lola Calvo
09/04/2012
08:55 h
4
 
¡Genial hablar de Chagall! ¡Genial hablar de pintura para hablar de Cristo! A veces desde los ámbitos evangélicos echamos de menos este tipo de expresiones. Gracias José.
 
Respondiendo a Lola Calvo

Esteban Soto. Protestantólogo
05/04/2012
09:50 h
3
 
Alguien debe pintar un cuadro de las irregularidades del juicio a Cristo, se encuentran hasta veintisiete ilegalidades. Entre las normas que regulaban el Sanedrín como tribunal penal estaban las siguientes: no podía juzgar ni reunirse en sábado ni en día de fiesta; tampoco lo podía hacer en la víspera de un sábado o de un día de fiesta. No podía instruir un asunto capital durante la noche, ni comenzar la sesión antes del sacrificio matutino y continuarla después del sacrificio vespertino. Los testigos debían ser dos, como mínimo. Si se debatía una sentencia de muerte, ésta sólo podía dictarse al día siguiente del juicio. La condena había de pronunciarse en la llamada sala Gazit o de sillería
 
Respondiendo a Esteban Soto. Protestantólogo

Alfonso Chíncaro (Perú)
04/04/2012
15:49 h
2
 
Lúdico, infantil, onírico, comunitario. Esos adjetivos vienen a mi mente cuando pienso en Chagall. Siempre me gustó la (poca) obra que le conocía, pero nunca supe qué pensaba y cómo vivió. Gracias por su artículo José, lo disfruté mucho, bendiciones.
 
Respondiendo a Alfonso Chíncaro (Perú)

Samuel Escobar
04/04/2012
08:40 h
1
 
Muchas gracias José! Qué bueno ser guiados por una mano experta para apreciar mejor a un artista de profundos sentimiento religioso y cercanía a Jesús. El talento puede ir de la mano con la sensibilidad y la fe en una combinación admirable. Samuel Escobar
 



 
 
ESTAS EN: - - - Chagall, Jesús y la cruz
 
 
AUDIOS Audios
 
La década en resumen: teología, con José Hutter La década en resumen: teología, con José Hutter

La conmemoración de la Reforma, las tensiones en torno a la interpretación bíblica de la sexualidad o el crecimiento de las iglesias en Asia o África son algunos de los temas de la década que analizamos.

 
Intervalos: Disfruten de la luz Intervalos: Disfruten de la luz

Estudiamos el fenómeno de la luz partiendo de varios detalles del milagro de la vista en Marcos 8:24, en el que Jesús nos ayuda a comprender nuestra necesidad de ver la realidad claramente.

 
2020, año del Brexit 2020, año del Brexit

Causas del triunfo de Boris Johnson y del Brexit; y sus consecuencias para la Unión Europea y la agenda globalista. Una entrevista a César Vidal.

 
7 Días 1x08: Irak, aborto el LatAm y el evangelio en el trabajo 7 Días 1x08: Irak, aborto el LatAm y el evangelio en el trabajo

Analizamos las noticias más relevantes de la semana.

 
FOTOS Fotos
 
Min19: Infancia, familia e iglesias Min19: Infancia, familia e iglesias

Algunas imágenes del primer congreso protestante sobre ministerios con la infancia y la familia, celebrado en Madrid.

 
X Encuentro de Literatura Cristiana X Encuentro de Literatura Cristiana

Algunas fotos de la entrega del Premio Jorge Borrow 2019 y de este encuentro de referencia, celebrado el sábado en la Facultad de Filología y en el Ayuntamiento de Salamanca. Fotos de MGala.

 
Idea2019, en fotos Idea2019, en fotos

Instantáneas del fin de semana de la Alianza Evangélica Española en Murcia, donde se desarrolló el programa con el lema ‘El poder transformador de lo pequeño’.

 
VÍDEOS Vídeos
 
Héroes: un padre extraordinario Héroes: un padre extraordinario

José era alguien de una gran lealtad, la cual demostró con su actitud y acciones.

 
Programa especial de Navidad en TVE Programa especial de Navidad en TVE

Celebración de Navidad evangélica, desde la Iglesia Evangélica Bautista Buen Pastor, en Madrid.

 
Primer Congreso sobre infancia y familia, primera ponencia Primer Congreso sobre infancia y familia, primera ponencia

Madrid acoge el min19, donde ministerios evangélicos de toda España conversan sobre los desafíos de la infancia en el mundo actual.

 
 
Síguenos en Ivoox
Síguenos en YouTube y en Vimeo
 
 
RECOMENDACIONES
 
PATROCINADORES
 

 
AEE
PROTESTANTE DIGITAL FORMA PARTE DE LA: Alianza Evangélica Española
MIEMBRO DE: Evangelical European Alliance (EEA) y World Evangelical Alliance (WEA)
 

Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores se realizan a nivel personal, pudiendo coincidir o no con la postura de la dirección de Protestante Digital.